La golondrina de la tempestad de collar se caracteriza por tener una banda gris en el pecho a manera de collar. Pueden ser avistadas a 300 kilómetros de la costa. (Foto: SERFOR)
La golondrina de la tempestad de collar se caracteriza por tener una banda gris en el pecho a manera de collar. Pueden ser avistadas a 300 kilómetros de la costa. (Foto: SERFOR)
Jorge Chávez Noriega

Es considerada una de las aves marinas más pequeñas del mundo (apenas alcanza los 21 centímetros en su adultez). Posee un plumaje oscuro en la parte superior de la cabeza, plumas blancas en la parte frontal y una banda gris en el pecho a manera de collar. Tiene la cola horquillada, las patas palmeadas (como un pato), el pico en forma de gancho y un orificio nasal proyectado como un tubo recto. A simple vista, la de la tempestad de collar (Oceanodroma hornbyi, por su nombre científico) puede parecer un ave cualquiera de la ciudad. Pero si nos fijamos bien, haciendo un ejercicio de calibración óptica, no lo es.

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A pesar de su tamaño diminuto, esta especie tiene la capacidad de hacer viajes de largo aliento, llegando a recorrer distancias de hasta 15 mil kilómetros. Pueden ser avistadas en mar abierto, a 300 kilómetros de la costa, pues solo se acercan a tierra firme en época reproductiva, entre diciembre y enero. Colocan un solo huevo al año y tanto el macho como la hembra lo incuban y se turnan en la búsqueda de alimento. Cuando las crías nacen y completan su crecimiento en los nidos, viajan solas hacia el mar. En ese trayecto, muchas de estas aves se acercan a la ciudad, por las noches, guiadas por la luna y las estrellas para evitar toparse con sus predadores, pero las luces artificiales hacen que se desorienten y se pierdan, provocando que caigan en avenidas, parques, edificios y casas.

DE VUELTA A CASA. La golondrina de la tempestad de collar es una de las aves marinas más pequeñas del mundo. Estas pueden caber en la palma de una mano. (Foto: Javier Jara/ SERFOR)
DE VUELTA A CASA. La golondrina de la tempestad de collar es una de las aves marinas más pequeñas del mundo. Estas pueden caber en la palma de una mano. (Foto: Javier Jara/ SERFOR)

“No se sabe con exactitud dónde anidan, pero todo indica que lo hacen en las zonas altoandinas del país. Cerca de Huaraz y Arequipa se han encontrado restos de nidos que podrían pertenecer a estas aves, pero aún son materia de investigación”, nos dice Jessica Gálvez-Durand, directora de Gestión Sostenible del Patrimonio de Fauna Silvestre en SERFOR. Este organismo, adscrito al Ministerio de Agricultura y Riego (Minagri), ha implementado un programa para rescatar, rehabilitar y liberar a esta especie en el litoral costero, por lo que es fundamental que la población las pueda identificar.

PUNTO DE PARTIDA

Este 2020, entre los meses de abril y julio se han recuperado y liberado a 106 golondrinas de la tempestad de collar. Según los registros, la mayoría de los casos alertados en Lima provienen de los distritos de Villa El Salvador (12), Surco (11) y San Juan de Miraflores (11). Hace unos días se liberó a dos aves encontradas en los distritos de Pueblo Libre y Callao, que fueron reportadas por los ciudadanos a través del WhatsApp de Alerta SERFOR (947588269).

RESCATE SEGURO. En medio de la pandemia, los especialistas de SERFOR han establecido protocolos de distanciamiento para recibir las aves encontradas por los ciudadanos. (Foto: SERFOR)
RESCATE SEGURO. En medio de la pandemia, los especialistas de SERFOR han establecido protocolos de distanciamiento para recibir las aves encontradas por los ciudadanos. (Foto: SERFOR)

¿Qué hacer en caso de encontrar una golondrina de esta especie? “Con mucho cuidado y con la ayuda de guantes o un paño, se debe colocar al ave en una caja de cartón con huecos de ventilación y una franela o toallita de base. No hay que darles de comer porque tienen una alimentación especial. Ellas se alimentan básicamente de peces pequeños o alevines. La buena voluntad de las personas podría enfermarlas”, comenta el médico veterinario Luis Delgado, quien forma parte de la iniciativa. Y sentencia: “La idea es que pasen el menor tiempo posible en cautiverio para lograr su supervivencia”.

¿Por qué son tan peculiares las golondrinas de la tempestad de collar?

Este año, debido a la pandemia originada por el coronavirus, se ha tenido que implementar protocolos para rescatar a las aves encontradas por los ciudadanos. La dinámica es muy parecida a la del delivery: los especialistas de SERFOR reciben la caja con el animal adentro manteniendo una prudente distancia. Tras el rescate, las golondrinas pasan por un minucioso proceso de rehabilitación y limpieza, pues el simple contacto con los seres humanos puede ensuciarlas y hacerles perder la impermeabilidad de su plumaje. “Si se colocan en agua y no se mojan, ya pueden ser liberadas”, explica el veterinario Luis Delgado.

La última parte del procedimiento de reinserción es un acto de desprendimiento. Luego de ser dadas de alta, las aves son llevadas de noche a distintas playas del litoral, en sus propias cajas, para finalmente ser soltadas por sus cuidadores temporales. Este ritual se hace cuando cae el sol para evitar que retornen a la ciudad y no sean advertidas por las gaviotas costeras, sus principales predadores dentro de la cadena biológica. Y así, libres como el viento, reinician su vuelo de retorno. //

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