¿Qué debe cambiar en el Perú para que se cumplan los nuevos derechos de las trabajadoras del hogar?
Nora Sugobono:quality(75)/cloudfront-us-east-1.images.arcpublishing.com/elcomercio/FCS2R7YGF5DARAY3UJAKNUKRAY.jpg)
| Artículo informativo
Suscriptor Digital
Dejar en alto su tierra. Esa es la misión que se trazó Karem Vértiz hace más de una década, cuando decidió experimentar productos cosméticos con insumos de su natal Iquitos. Lo que en ese momento parecía una afición, es ahora su medio para ganarse la vida. La sangre de grado, el camu camu, la sábila, las algas, la toronja, el cacao y el aguaje se convirtieron en sus principales recursos para sus jabones y bloqueadores solares. Llegar a eso, claro, tomó de tiempo, capacitaciones, asesorías y sobre todo de mucha fuerza de voluntad.
Era mediados del 2001 cuando Karem estaba en Río de Janeiro, Brasil. Decidió estudiar cosmetología en el Instituto Cenap. Observó que en el mercado del cuidado personal había productos a base de burití. Es decir, de aguaje. El acercamiento con el emprendimiento, sin embargo, se dio tres años después y en un momento delicado. “Tenía a mi padre en sus últimos días. La estaba pasándola mal emocionalmente. Un día, comprando en el mercado de Magdalena, vi una revista de cocina y debajo había una de jabones. Me encantó la portada y empecé a practicar jabonería como terapia. Probé un jabón con la sangre de grado al que lo mezclé con sábila. Quería que mi papá lo pruebe porque por la diabetes tenía heridas abiertas, pero murió esa semana”.
MIRA: Un vistazo a la nueva colección de H&M con prendas teñidas en café y cueros veganos
Como parte de su terapia, siguió experimentando con otros insumos de la amazonía. “Regresé a mi tierra y ahí hay un pasaje llamado Paquito, en el barrio de Belén, donde están las cosas más exóticas que uno se puede imaginar. Empecé a leer y aprendí a hacer fermentos macerados en aceites vehiculares de alta gama (pepita de uva, argán, girasol, soya, rosa mosqueta). Uno macera el fruto o la planta y cada nueve días se le renueva. Saqué fermentos y macerados. Con eso, tenía la certeza de que el producto no se iba a malograr porque los mismos aceites tienen vitamina E en un alto porcentaje y eso los hace preservantes”. Así, de forma orgánica nació su primer emprendimiento: Jabones Amazónicos.
El siguiente paso fue la industrialización del jabón con sangre de grado, el más pedido de la marca. Para eso se contactó con Cidasa (Consorcio Industrial de Arequipa), especialista en jabón. Ahí conversó con el doctor Martín Montoya, que firma jabones como Neco. “Conversando con él pude hacer el jabón de higiene íntima para mujer con sangre de grado”, agrega Karem. Para ese entonces, cuenta, ya habían desarrollado el jabón de aguaje. “Preguntando con la gente de mi tierra, para sus largas jornadas donde se exponen al sol, se ponían la pulpa del fruto del aguaje. Eso contiene 30 de factor de protección solar”.
Se contactó con una especialista de un laboratorio de bloqueadores. Para que el producto salga al mercado, debía contar con un registro sanitario y una certificación que se consigue en Brasil. La inversión era fuerte y Karem no contaba con el capital. Postuló al concurso Innóvate Perú, del Ministerio de la Producción. Ganó y con ese fondo pudo lanzar el bloqueador solar de aguaje. En paralelo, participó del BioStartUp, de la Universidad San Ignacio de Loyola, donde recibió asesoramiento de un año para sacar adelante el negocio. “Me dijeron que si iba a sacar un producto netamente cosmético, debía haber una nueva marca. Ahí nació Kaivirí”.
Tomó dos años (entre estudios y registros sanitarios) para que salga el bloqueador solar de aguaje. “La dra. le sumó con pantalla mineral y logramos sacar un bloqueador ya no de 30 fdp sino de 50. Para hacerlo hoy en día -con estudios y legajo- la producción toma hasta dos meses”. Entre sus proyecciones está lanzar un champú de ají charapita contra la caída de cabello. “El ají charapita promueve la irrigación sanguínea y el motivo de la caída es la falta de irrigación. Pensamos fusionarlo con el ungurahui, que es el aceite de un fruto del mismo nombre, excelente para todo lo capilar”. //
Recomendado para pieles maduras, envejecidas, con manchas y/o flacidez. El camu camu tiene la propiedad de promover el desarrollo de colágeno saludable, estimula la regeneración de tejidos y alivia la piel dañada o marcada. También apoya la elasticidad y firmeza de la piel. Es Vitamina C en su estado natural.
El fango actúa impidiendo el desarrollo de bacterias y favoreciendo la regeneración celular. Tiene un alto contenido de un mineral llamado silicio orgánico, que estimula la producción de colágeno en la piel que lo hace un efectivo reafirmante. Su riqueza mineral lo hace un ideal depurador.
Tiene como principal característica el ser naturalmente protector solar. El jabón de aguaje revitaliza los dolores de las quemaduras e insolaciones. Ayuda también a las pieles cansadas, además de nutrirlas ya que posee pro-vitamina A, cinco veces más que la zanahoria.
Se extrae de este árbol amazónico que ayuda a sellar heridas en la piel, frenar la infección y acelerar la cicatrización. Se utiliza asimismo como antiséptico vaginal, mediante el sistema de lavado antibacteriano.
Si desea adquirir alguno de estos productos, puede llamar al 936 933 935, escribir a kaivviri@gmail.com o visitar su página de Facebook.
Muchos emprendedores nos escriben para que conozcamos sus historias. En el caso de Karem Vértiz fue la particularidad de sus productos lo que llamó la atención. Decidimos conversar con la creadora detrás de Kaivirí, quien fue ganadora del concurso Innovate Perú (2016), del Ministerio de la Producción y de BioStartUp (2017), de la Universidad San Ignacio de Loyola.
NO TE PIERDAS