El infectado de coronavirus fue trasladado al centro médico de la ciudad de Everett en una cápsula de plástico y derivado a un área de cuarentena, para evitar contagios. (Archivo personal)
El infectado de coronavirus fue trasladado al centro médico de la ciudad de Everett en una cápsula de plástico y derivado a un área de cuarentena, para evitar contagios. (Archivo personal)
Oscar García

20 de enero del 2020. A las 8:30 pm, el Dr. George Díaz, el jefe del Programa de Enfermedades Infecciosas en el Centro Médico Regional Providencia de Everett (Washington), recibió una llamada urgente a su hogar que le alteró los planes. Del otro lado de la línea le informaban que su institución estaba por admitir al primer caso confirmado de COVID-19 en EE. UU. Se trataba de un hombre de 35 años proveniente de Wuhan (China) con síntomas de tos y fiebre. Estaba muy asustado, con miedo de morir. El médico, nacido en Nueva York de padres peruanos, de inmediato se puso en el control de la situación. Lo había ensayado varias veces con su equipo, en el hipotético escenario de un brote de ébola.

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