Autor de la nota espera la llamada del Minsa para poder retirarse la máscara o dejárselo 14 días más.
Autor de la nota espera la llamada del Minsa para poder retirarse la máscara o dejárselo 14 días más.
Oscar García

Miércoles 11 de marzo

2:30 p.m.

Hace más de 48 horas que me hicieron la prueba de descarte de en la Clínica Internacional, sede Lima, y aún no he recibido la llamada de nadie que ofrezca respuesta o arroje un dardo de tranquilidad sobre un asunto de salud pública tan sensible. La cosa al inicio no parecía tan complicada cuando te lo contaban. Parecía contener más bien la pureza de lo simple: “Listo, te vas a descansar a tu casa y te llaman en 24 horas”, es lo que dijeron. Nada de eso pasó.

¿Debo suponer que no llaman porque estoy sano y hay casos más urgentes? ¿Debo suponer, si no, que estoy enfermo pero que, por incompetencia de alguien, todavía no soy parte de las estadísticas que le entregan al presidente de la República? ¿Es posible semejante escenario? Quedan de lado otras interrogantes no menos urgentes: ¿es acaso digno el trato que se le está deparando a los sospechosos de coronavirus en el Perú y a sus familias? Sigo sin respuestas. Toca nomás seguir en cuarentena y admirando las grietas del techo.

5:00 p.m.

Los primeros síntomas del confinamiento comienzan a sentirse y las maratones de Neftlix ya no parecen tan buena opción cuando no tienes la tranquilidad mental para seguir una historia. Lo de la entrega de resultados se ha salido de control y cobra ribetes kafkianos. Debo haber marcado hoy unos veinte números de teléfonos distintos hoy, entre centrales y anexos varios. De esos me habrán contestado al menos unos diez, pero nadie con una respuesta satisfactoria o que sepa qué hacer en esos casos.

El resumen del día, para no aburrirlos, es como el juego del gran bonetón, pero sin humor: en la clínica dicen que ellos no entregan resultados porque no pueden, porque no los tienen y porque ellos no tomaron la muestra -aunque esta se hizo en su sede- y que eso le corresponde más bien al Instituto Nacional de Salud. El INS atienden a tu llamada, hace su investigación y determinan que ellos no acudieron a tomar la muestra sino que fue otra entidad de salud del gobierno llamada DIRIS CENTRO. Igual, el INS te recalca que los resultados de pruebas se los entregan a la clínicas, nunca a los pacientes. ¿Quién está mintiendo acá? En resolver ese disgusto se me va el día.

Jueves 12 de marzo

10:30 a.m.

Una llamada a la DIRIS Centro pone por fin el punto final a la espera, que nunca debió ser de martirio si existieran protocolos más claros de entrega de información a los pacientes del país. La noticia que me dan en la DIRIS confirma mi temor: vaya pérdida de tiempo esta cuarentena. El resultado de la prueba salió negativo para coronavirus, como supuse desde el mismo día en que pisé la clínica sin fiebre. Un correo de la DIRIS confirma el diagnóstico luego, como para darle mayor peso al asunto. La sensación que te deja todo esto al final es la de seguir a la espera de algo, aunque ya se tenga la respuesta.

No es un drama quedarse en casa unos días si se tienen síntomas de resfrío. Es lo mejor, dicen las autoridades, para contener la expansión de la pandemia. Lo que no es justo es que se tenga a personas en la penumbra del aislamiento o a la espera de una respuesta que debería llegar lo más rápido posible, para la tranquilidad de los sanos y los enfermos. Queda claro que estar descartado no implica estar vacunado contra la enfermedad, y que lo que toca es no relajar los estándares de higiene manual autoimpuestos estos días. Pero eso será en un rato. Es hora de cerrar esta computadora y salir a caminar un poco. //

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