VIDA QUE SE ABRE PASO. Unas 70 mujeres en promedio acuden diariamente a la Maternidad de Lima para dar a luz. Susana Huaycha Cabana parió esta semana a una hermosa bebe. Las dos están bien de salud.
VIDA QUE SE ABRE PASO. Unas 70 mujeres en promedio acuden diariamente a la Maternidad de Lima para dar a luz. Susana Huaycha Cabana parió esta semana a una hermosa bebe. Las dos están bien de salud.

Se supone que no debía ser así. Se supone que nada debería ser hoy como es. También se supone que Mauricia Condo Quispe (47) no debía darle la bienvenida al mundo a su segunda hija, Adrianita, temiendo a las personas a su alrededor. Asustada de que se le acerquen, la toquen. La angustia es mayor porque es enfermera y sabe bien lo que implica este tiempo tan oscuro que en el 2020 nos ha tocado vivir. La información es poder, pero también, a veces, muchas veces en estos días, zozobra. Ella trabaja en el Instituto Nacional Materno Perinatal, donde además dio a luz el 8 de abril, y a pesar de tener confianza en los protocolos de seguridad que se están tomando con las decenas de mujeres que a diario llegan allí a parir, no podía evitarlo. Tenía miedo de que ella y su recién nacida terminaran contagiándose de , esa pesadilla de la que nadie en el planeta puede despertar.

Desde su casa en San Martín de Porres, Mauricia narra que ha tenido el peor de los puerperios, esa otra cuarentena de días por la que atraviesan las madres tras el alumbramiento. Ese difícil periodo físico y emocional en el que las mujeres se van recuperando del hermoso terremoto que ha significado cargar a un ser humano en la barriga por nueve meses. A esa condición ya sensible se le sumó la preocupación de marcar las noches en el calendario, esperando que pasen 14 para así saber con certeza que no poseían síntomas del nuevo coronavirus, que otra mamá no las había contagiado en la fila de espera al ser admitidas en el hospital en pleno brote de la epidemia.

“Ha sido muy difícil. Desde que empezó la cuarentena y se cortaron las atenciones por consultorio externo, te quedas a ciegas, sin saber nada de tu bebe. Dar a luz ha sido también una experiencia solitaria. Tuvieron que hacerme una cesárea y por tres días no pude ver prácticamente a mi esposo, quien no podía entrar”, cuenta.

La pequeña Adriana ha cumplido ya un mes y mamá Mauricia se siente más fuerte. Tiene que seguir adelante superando el posparto y el temor a la pandemia por ella y su otra niña de 12 años. Porque así es cuando se tiene hijos. Hay que pararse aunque haya heridas abiertas, sanar lo más rápido posible y criar. El amor por esos adorables seres generadores de endorfinas es, sin duda, el mejor tratamiento. La mejor medicina.

ADRIANA DE MAMÁ. La enfermera Mauricia Condo  todavía se recupera tras la cesárea de su tercera hija.Dar a luz en medio de la pandemia ha sido de lo más difícil que le tocó en la vida.
ADRIANA DE MAMÁ. La enfermera Mauricia Condo todavía se recupera tras la cesárea de su tercera hija.Dar a luz en medio de la pandemia ha sido de lo más difícil que le tocó en la vida.

Mili Zaraza Gonzales (32) también confía en no haberse contagiado al dar a luz en la Maternidad de Lima. Está aguardando con fe que pasen esos 14 días sin malas noticias. Su tercera hija, Allison, nació el 3 de mayo. Ella es venezolana y vive en Lima hace casi año y medio. El esposo tenía un trabajo en el Mercado Central. Ya no más. “He sacado coraje de donde no sabía que tenía en estos últimos dos meses. Seguir mis instintos para saber si la bebe estaba bien. Esperar hasta la última contracción tolerable en casa para ir al hospital y no correr riesgos”, dice. El parto no tuvo compliciones, por lo que llegó el domingo 3 y se fue el lunes 4. Así es la rotación de camas en la Maternidad para evitar contangios, pero también por la alta demanda de gestantes que coincidentemente se ha generado por estas fechas, unas 70 al día. “Estamos en casa a salvo ahora. Dios nos mantenga así”.

Bienvenida, Allison. La tercera hija de Mili Zaraza no tiene ni una semana de nacida, pero ya está bien en casa, junto a su familia.
Bienvenida, Allison. La tercera hija de Mili Zaraza no tiene ni una semana de nacida, pero ya está bien en casa, junto a su familia.

A Hummelys Cubas (30), también de Venezuela, lo que le dio paz durante las menos de 48 horas que estuvo internada fueron los doctores y enfermeras, a quienes les agredece haber recibido con dedicación a su tercer hijo, Oliver. “Me explicaban todo lo que pasaba y eso calmaba mis nervios. En un pabellón con otras 10 mamás, todas con mascarillas y casi sin conversar, cada una besábamos y amamantábamos a nuestros niños como podíamos. Todos estaban sanos y eso, al final, es lo que toda madre quiere, con pandemia o sin ella. Eso es bastante”.

EL BUEN OLIVER. Nació el 2 de mayo, a las 38 semanas. Su mami, Hummelys, tiene fe en que ambos no presenten síntomas de COVID-19 en los próximos días.
EL BUEN OLIVER. Nació el 2 de mayo, a las 38 semanas. Su mami, Hummelys, tiene fe en que ambos no presenten síntomas de COVID-19 en los próximos días.


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