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(Foto: Somos)
Nora Sugobono

Del legado ancestral a las campañas políticas: el cuy fue el emblema del ex presidente... pero no siempre es admitido en la mesa de los comensales. Nuevas propuestas gastronómicas abren el panorama y rompen con infundados prejuicios.

Era el 2014 y el Astrid & Gastón de la calle Canillarías se despedía de su local miraflorino tras dos décadas de trabajo. Gastón Acurio y su equipo ofrecían un menú degustación que incluía 20 platos representativos de aquellos años. El cuy pequinés -impecable variación del clásico hecho con pato- llegaba en el 2008, 14 años después de que el restaurante abriera sus puertas. Y es que en la europeizada Lima de 1994, a ningún comensal se le habría ocurrido pedir -ni a ningún cocinero ofrecer- un plato hecho a base de cuy en un restaurante de alta cocina.

Aquellas célebres apariciones en Astrid & Gastón y también en La Gloria (con las piernitas de cuy confitado), entre otras, promovieron el acercamiento de esta carne a nuevos públicos gracias a técnicas y presentaciones que se alejaban de la tradición más pura de la cocina regional. Pero hubo que tener mucha paciencia, pues el comensal no siempre aceptaba la invitación.

Hoy, un día después de celebrarse el Día Nacional del Cuy, te contamos algunas formas deliciosas de comerlo. 

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