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(Foto: Heroína Estudio)
Nora Sugobono

Si alguien concibiese una versión de Disneylandia dedicada –por qué no– al lomo saltado, la materialización de aquella idea sería algo similar a Doomo. De afuera no lo parece, pero una vez que se ingresa en este templo del wok y del fuego se confirma lo esperado: las cosas aquí se hacen a lo grande.

Doomo es un negocio familiar con una visión corporativa. Así lo entiende Edinho Hayashida –su formación ha sido más empresarial que gastronómica– y no en vano el crecimiento ha sido exponencial. Fue su padre quien tuvo la idea original: no se trataba únicamente de perfeccionar la receta del lomo saltado, sino más bien de ofrecer todas las versiones y acompañamientos que el formato permite. Quizá uno de los platos que mejor lo ilustre es el que viene con arroz gohan (japonés) y papa blanca. La amarilla se ve más bonita y es más crujiente pero, a la hora de absorber los juguitos del saltado, no hay ninguna que se le compare a la blanca. Este lomo se siente casero, cercano, solo que mejorado (¿quién tiene un fuego de esa intensidad en casa?).

Video: Nora Sugobono

Hay 12 maneras de probar el lomo saltado y 5 ingredientes para su preparación: langostinos, pollo, cuadril, lomo fino y vegetales. Lo primero que se debe hacer es elegir uno de estos. Luego, la manera en la que quiere que se presente su saltado de elección. Puede ser con chaufa, con tacu tacu, con tallarín a la huancaína, con causa, con risotto en crema huancaína, con crema de ají de gallina, con tallarines verdes, en tacuchaufa... y, bueno, también con ensalada. Los precios van de S/ 27 a S/ 42.

Si quiere ampliar horizontes, pero quedarse en el wok, debe saber que hay unas seis versiones de chaufa (el veggie, con hongos shiitake, es un gran acierto, a S/ 28) y otras seis de aeropuertos. La gran mayoría de platos son para compartir entre dos y hasta tres. Todo dependerá de las ganas pero advertimos que a un sitio como Doomo se tiene que venir con el apetito dispuesto. //

ORIENTE CERCANO:
La tradición japonesa define buena parte de la carta. Encontramos una surtida oferta de makis (10 piezas, S/ 28), nigiris y sashimi.

También hay otros platos calientes que continúan con esta misma línea. Entre ellos, yasaiitame, katsu de pollo (empanizado, con arroz y huancaína) y katsu don (de S/ 27 a S/ 30).

El clima invita a probar sopas: encontrará desde ramen de gallina (plato completo, a S/ 23) hasta un tonkotsu (a base de cerdo, S/ 28) y un imperdible Okinawa soba, con caldo concretado de gallina, cerdo y kamaboko o pastel de pescado (plato completo
a S/ 30).

DIRECCIÓN: Avenida Ignacio Merino 2501, Lince.
HORARIOS: Lunes a sábado de 12 m. a 10:30 p.m. / Domingos de 12 m. a 6 p.m.
CONTACTO: 471-1000

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