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(Foto: Anthony Niño de Guzmán)

El sol empieza a asomar su poder sobre las montañas ancashinas. Estas dibujan sombras e historias sobre los hombres y mujeres que habitan sus faldas. A punto de salir de su casa en el centro poblado Uranchacra, en Huántar, un inquieto niño apura algunas frutas como desayuno, se acomoda bien la ropita y empieza un recorrido de varios kilómetros hasta su escuela. Son las 6 de la mañana y debe llegar antes de las 8, como todos los días.

En su pueblo no hay ni caminos ni trochas para que lleguen autos o buses y las distancias entre los sueños y la vida solo pueden recorrerse a pie. Entonces, como hoy, el desafío no solo lo constituye una geografía agreste, con empinadas pendientes, caminos empedrados y espacios poco propicios para el andar de un niño a más de 4 mil metros de altitud. También lo hace vivir en el Perú y, al mismo tiempo, verlo tan de lejos.

La sombra de ese niño atravesando campos, lagos y montañas para ir a estudiar es, también, la sombra de muchos otros niños en todos los rincones del país. Comienzan los años 90 y, sin querer, Emerson Trujillo Flores, aquel tenaz pequeño, ya entrena para convertirse en el campeón de ultramaratones que es hoy. Porque, como la vida misma, una ultramaratón no es solo una competencia de velocidad, sino también de resistencia.

RICAS MONTAÑAS
Con 36 años, Emerson no solo ha conseguido numerosos triunfos en maratones de alta montaña realizadas en nuestro país, sino que también ha competido en el extranjero, representando al Perú, obteniendo medallas y podios, como el primer puesto en la carrera Wings for Life, realizada en Holanda en el 2018, o la medalla de plata en el Sudamericano de Trail y Montaña, realizado en Argentina, el 2017. Esto, además de sus destacadas participaciones en carreras similares realizadas en España, Uruguay o Portugal, lo ha convertido en uno de los valores más representativos de esa disciplina. “El año pasado, en el mundial de Valencia, quedé en el puesto 34 y fui el mejor sudamericano en aquellas montañas. Fue espectacular, una experiencia hermosa. Hice 86 km en poco más de 12 horas, sin parar”, nos cuenta hoy este hombre del campo, que antes de correr pensaba solo en cultivar su chacrita en Huántar –en pleno corazón del Callejón de Conchucos–, en la que hasta hoy crece trigo, maíz, papas, naranjas, paltas, tunas o pacay. Eso, sin mencionar su pasión por las abejas, que lo ha llevado a convertirse también en un apicultor empírico. Hasta los 28 años, el único deporte que Emerson había practicado era el fútbol, a nivel amateur, representando a su caserío en partidos frente a otros poblados. Había estudiado informática y educación, cuando su hermano mayor, Humberto Obregón Flores, también corredor y ganador hace unos años de la carrera de RPP, empezó a inculcarle la pasión por la velocidad y a mostrarle diversos métodos de entrenamiento. “Desde la primera vez que salí a correr en las montañas me enamoré de esos recorridos”, nos dice hoy, mientras lo acompañamos en la ruta entre Huaraz y la quebrada Llaca, uno de los puntos principales para las competencias de 12, 25 y 50 kilómetros definidas para el Ultra Trail Cordillera Blanca, que se desarrollará el domingo 30 de junio, en Huaraz. El círculo glacial de esta quebrada, definido por los nevados Vallunaraja, Ocshapalca y Ranrapalca –todos cerca de los 6 mil metros de altura– convierten a la laguna Llaca en uno de los puntos más representativos de este recorrido. No solo por sus 4.700 m.s.n.m. o por las impresionantes vistas que les obsequiará a los atletas, sino porque simboliza el enfrentamiento más puro entre la naturaleza y el hombre, en un entorno seriamente afectado por el cambio climático. Montañas nevadas, pendientes, quebradas, ascensos empinados, descensos accidentados, intimidantes precipicios, caminos de piedra y otras rutas inhóspitas y hermosas, recorridas desde tiempos ancestrales por los antiguos peruanos, son parte del reto. “Trabajamos con el Parque Nacional Huascarán y ellos ponen mucho énfasis en que todo se haga en un contexto ambiental correcto”, nos dice Benjamín Morales, director del festival de andinismo Cordillera Blanca, en cuyo marco se realiza la carrera.

Mientras tanto, Emerson se sigue preparando, un día sí y otro no, desde las 7 a.m., a veces en dobles turnos. Lo que viene para él es la carrera de Mont Blanc, en agosto, donde participará la élite del deporte, encabezada por Kílian Jornet; y la de Argentina, en diciembre, en la que el equipo peruano de ultramaratonistas espera ocupar uno de los lugares de honor. Después de todo, para él, estar en estas carreras es vivir una permanente película de aventuras. //

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