MDN
Kimberly García
Vanessa Cruzado Alvarez

Una fría y gris mañana de domingo con el piso mojado por la llovizna que cayó la noche anterior era eclipsado por los colores rojo y blanco. Decenas de personas, paradas en los cercos de seguridad, flameaban la bandera nacional para alentar –y acompañar- a en los 20 kilómetros de competencia. Seria, la marchista de 25 años enfoca su mira en la meta. Apura el paso. Intenta alcanzar a la colombiana Sandra Arenas, pero 57 segundos la distanciaron del ansiado oro. Las felicitaciones y, por desgracia, críticas por el segundo lugar, no se hicieron esperar. Es probable que quienes opinaran en ese momento no supieran que Kimberly concursó con dolor.

“No hablé [antes] del tema porque [siempre] se paran enfocando más en la lesión que en la competencia. He hecho bastante trabajo psicológico para llegar con las mejores condiciones [a la carrera]”, confiesa la atleta al otro lado del teléfono. Fuera de las canchas, Kimberly es bastante alegre y risueña. La felicidad de ahora es evidente: aunque deja en claro que su meta era el oro, está contenta por figurar en el podio. Una revancha de los Panamericanos de Toronto 2015. Competencia que, por cierto, no recuerda. Su mente se puso en blanco y despertó en una camilla, recibiendo oxígeno. No tenía respaldo ni del Comité Olímpico, ni de la Federación, ni del IPD.

Luego del quinto lugar en Toronto, ¿se comunicaron contigo para brindarte apoyo?
No. Solamente [tenía] el de mi familia. Ellos me daban todas las facilidades. Solo me dedicaba a estudiar y entrenar. Después [de los Juegos Olímpicos] de Río 2016, las empresas privadas empezaron a auspiciarme y dijeron que es hasta Tokio 2020, todo un ciclo olímpico. Con el tiempo, se han ido sumando más empresas.

¿Cómo equilibras el deporte y tus estudios?
En la escuela me fue mucho más fácil, pero en la universidad se complicó un poco. Estaba estudiando odontología y -en ese entonces- quería ser parte de la categoría de élite para la marcha de 20 km. Los entrenamientos eran mañana y tarde, pero la universidad te pone [esos] horarios para ir a clases. No dan las facilidades y ahí se complicó. Por eso es que dejé odontología y me fui a estudiar administración, a distancia.

Qué hizo que te animaras por administración
Mi traslado no fue de inmediato. Después de cuatro años elegí administración pensando en lo deportivo. Ya sea tener algún trabajo en el IPD o tal vez ser entrenadora de marcha. Hay cosas que todavía estoy evaluando para cuando me retire. Voy a dar todo para conseguir una medalla en los próximos Juegos Olímpicos  y de acuerdo a eso evaluar mi continuidad. Mi retiro depende de Tokio 2020.

¿Por qué [retirarse en] Tokio 2020?
Porque ya tengo bastantes años con este deporte. Tengo el apoyo como para lograr una medalla en Tokio. Creo que ya es momento de lograr esto.

No hay día que Kimberly no entrene. Los lunes, miércoles y viernes practica en tres turnos que arrancan de 6:30 a 9:30 a.m. El segundo de 11:30 a.m. hasta la 1 p.m. y luego de 3 a 5 p.m. En las noches recibe terapia. Los martes, jueves y sábados de 6:30 a 9:30 a.m. y de 3 a 5 p.m. Los domingos solo un turno de 8 a 9:30 a.m. Aunque parezca sacrificado –y vaya que lo es- la atleta ya está acostumbrada. Se dedica a este deporte desde los cinco años gracias a una visita al estadio de Huancayo para ver entrenar a su prima, 10 años mayor. La conexión, cómo no, fue a primera vista. Cuatro años después, ganó su primera medalla de oro en un campeonato regional.

El apoyo de su familia fue crucial. Su padre hizo un esfuerzo para comprar las zapatillas, que en ese entonces costaban entre 400 y 600 soles. Ni qué hablar de la alimentación y vestimenta. Con mucho trabajo y perseverancia, en 2010 fue campeona en marca atlética en el Sudamericano de Cochabamba, Bolivia. Dos años después, a los 19 años, obtuvo el oro en la Copa Panamericana de Marcha Atlética en Guatemala. Desde entonces, deja el nombre de Perú en alto. Recalcamos: Sin apoyo.

Algunos deportistas han optado por la política para intentar mejorar las condiciones de los atletas en el país. De presentarse la posibilidad, ¿te animarías?
La verdad, no lo he pensado [risas]. A veces pasa que se olvidan de los deportistas y no hacen mucho.

¿Qué debería hacer el Estado para cambiar esa realidad?
Lo único que pido es que el apoyo siga creciendo para tener más preparación. Implementar los centros de alto rendimiento con mucha más tecnología y recibir el apoyo completo. Un atleta no debe estar preocupado de que le falta esto, le falta lo otro o de qué va a vivir más adelante. Sino estar 100% enfocado en la disciplina en la que se desempeña. Hay casos en los que, yo, deportista, tengo preocupación porque no alcanza el dinero y tengo que ponerme a trabajar. Sería muy distinto si solo nos dedicáramos a entrenar.

Kimberly pudo cambiar esa realidad. Hoy cursa –a distancia- el tercer ciclo de administración en la Universidad Continental. Su otra pasión es rescatar animales. En su foto de WhatsApp sale con un perrito que, cuenta, es adoptado. Cuando va a entrenar, lleva comida para las mascotas del recinto y trabaja en campañas de adopción. 

Su otro pasatiempo es mirar películas. Como dijimos, la joven es otra fuera de las canchas. Lugar del que va a estar alejada porque la van a operar de una fractura en la tibia. La recuperación toma, por lo menos tres meses. Provocando que no participe en futuras competencias. Toda su energía va para los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, a los que ya está clasificada.

Mucho se ha dicho de estos Panamericanos. Entre los puntos más resaltantes están la visibilidad de las mujeres atletas y deportes no tan conocidos…
Sí, hay muchos deportes que se están dando a conocer. Poco a poco se va a ir mejorando. De hecho hubo una mejoría en los últimos años. El IPD ha aumentado el apoyo al deportista. Por eso, creo, se ve en los resultados y la cantidad de medallas que estamos obteniendo.

Ahora más personas te toman de referente. ¿Sientes presión o responsabilidad por eso?
Me hace feliz. Yo contenta de que me conozcan y [piensen que] soy un buen ejemplo. A los padres les digo que envíen a los chicos a practicar cualquier disciplina. No solo es bueno para la salud, sino también los ayuda a ser perseverantes. Y nada, agradecer a todos los peruanos que me acompañaron y apoyaron ese día.

El preciso instante en que Kimberly García cruza la línea de meta en Lima 2019. (Video Marco Quilca - El Comercio)

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