Pasta
Pasta
Nora Sugobono

Qué habrán hecho las anchoas para generar reparo, miedo incluso, en algunos comensales es algo que no dejo de preguntarme mientras enrollo una y otra vez mi tenedor en una porción de taglierini a base de sabrosas anchoas, ajo y ají. Una combinación simple; al grano; perfecta. Un poco de pangrattato (ralladura de pan tostado con especias) corona el plato que de inmediato escala en el ranking de las mejores pastas que se pueden encontrar hoy en Lima y que es, además, una excelente carta de presentación para la cocina de la cual proviene. Mientras sigo pensando por qué alguien no probaría anchoas en esta versión, acabo y quiero repetir.

pasta
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Al frente de Pasta –un pequeño local ubicado en el cruce de Choquehuanca y Conquistadores– están Juan Manuel Umbert y Janice Buraschi, pareja y dupla culinaria que alimenta la propuesta a diario con ingenio y creatividad. Pasta es un reflejo de sus vivencias dentro y fuera de nuestras fronteras, y también de las tendencias que van configurando nuevos formatos en el mundo. Esta no es la típica trattoria que prima en el imaginario cuando se habla de un restaurante italiano ni tampoco es una mesa sofisticada con platos impronunciables. En Pasta el producto brilla, el trato es casual y los procesos artesanales definen cada uno de los sabores. Empezando por la pasta, evidentemente, que se elabora a vista de los clientes y se prepara cada día desde cero. Lo único que no hacen en Pasta es el vino, el aceite y el parmesano; todo lo demás, desde los panes hasta las salchichas y quesos cremosos (como la stracciatella, ricotta y mascarpone) se preparan en casa.

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La carta no es demasiado extensa y suele tener unas ocho variedades de pasta y cuatro o cinco para entradas frescas y postres. Los taglierini con anchoas, más que una recomendación, son una obligación (S/ 27), por supuesto. El pici cacio e pepe (queso y pimienta; S/ 28) es una receta que sigue la misma línea de intensidad y sencillez, mientras que sabores más familiares se encuentran en unos pappardelle con ragú (S/ 31) o en unos agnolotis rellenos de hongos, con mantequilla y parmigiano reggiano (S/ 32). 

Pici cacio e pepe.
Pici cacio e pepe.
Agnolotis rellenos de hongos, con mantequilla y Parmigiano Reggiano.
Agnolotis rellenos de hongos, con mantequilla y Parmigiano Reggiano.

Ninguna experiencia gastronómica a la italiana, sin embargo, estaría completa sin un buen postre. La crema volteada con café (S/ 19) y la tarta de pistachio (S/ 20) que hay en el menú son el material del cual se hacen los sueños. Tan bien les está yendo a Janice y a Juan Manuel que debemos advertir desde ya que lo ideal será reservar si planea ir de noche (pasta.meitre.com), salvo que encuentre un lugar en la barra. En el día intente ir temprano: las mesas se distribuyen por orden de llegada. Yo correría.

Sedosa, dulce y con un ligerísimo –y muy italiano– toque de amargo gracias a un ingrediente clave: el café. Una crema volteada como pocas.
Sedosa, dulce y con un ligerísimo –y muy italiano– toque de amargo gracias a un ingrediente clave: el café. Una crema volteada como pocas.

DIRECCIÓN: Calle Choquehuanca 611, San Isidro.
HORARIOS: Almuerzos: lunes a viernes de 12:30 p.m. a 3:30pm / sábados de 1 p.m. a 4 p.m. Cenas: martes a sábados de 8 p.m. a 11 p.m.
CONTACTO: admin@pastaperu.com

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