Michael Sayman: el ingeniero de madre peruana y la increíble historia de cómo conquistó Facebook, Twitter y Google

La afirmación es entendible si tomamos en cuenta que, desde los 13 años, Michael vive en una constante vorágine debido a su trabajo en la industria tecnológica. A esa edad desarrolló su primer aplicativo de videojuegos para Apple, ante la necesidad de aportar en los gastos del hogar, luego de que sus padres, migrantes latinos afincados desde hace varias décadas en suelo norteamericano –él es boliviano; ella, peruana- perdieran sus trabajos a causa de la crisis financiera del 2008.

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“Me habría gustado tener una vida normal, como la de cualquier adolescente. Me sentía muy presionado y eso repercutía en mi desempeño en la escuela. Mis notas eran muy malas. Me costaba mucho socializar”, confiesa.

A los 17 fue contratado por Facebook, convirtiéndose en el ingeniero más joven en la historia de la compañía. Y a los 21, ya con una fortuna estimada en 10 millones de dólares, asumió como gerente de producto en Google.

Michael cuenta que fue el propio Mark Zuckerberg quien lo contactó por correo electrónico para que forme parte de su empresa. A lo largo de tres años se desempeñó en el desarrollo de productos para adolescentes, como por ejemplo, las famosas stories de Instagram. “Con Mark nos reuníamos semanalmente para hablar sobre los proyectos en los que estábamos trabajando y les dé su aprobación”, recuerda el joven ingeniero. “Siempre fue bastante cordial. Hasta el día de hoy tenemos comunicación, pero trato de molestarlo mucho… Él ahorita anda muy ocupado con su metaverso”.

Sobre el rumbo que está tomando Facebook, orientado hacia la conexión e interacción de los usuarios en mundos virtuales o alternativos, Michael tiene una opinión. “Es la única forma que Facebook sobreviva”, enfatiza. “Ellos no son dueños de los celulares, solo de las aplicaciones. Entonces se han visto obligados a crear un producto que les permita tener el control del software”, complementa.

SALTO A OTRA REALIDAD

De su paso por Silicon Valley, Michael dice que aprendió dos cosas: escuchar a los que sabían más que él y entender que no siempre iba a tener la razón. “Yo, prácticamente, durante la segunda parte de mi adolescencia, fui criado por ejecutivos de Facebook”, ríe. “No fue fácil acostumbrarme a mi nueva vida. Nunca había salido de mi casa. Bajé de peso un montón, entré en pánico por estar en un mundo diferente”, añade.

Todas esas vivencias, buenas y malas, de caídas y altas, decidió plasmarlas en el libro ‘App Kid: cómo un hijo de inmigrantes consiguió un pedazo del sueño americano’. Hace unos días, invitado por la Embajada de Estados Unidos en el Perú, visitó las ciudades de Arequipa, Cusco y Lima para reunirse con sus seguidores y presentar y comentar la publicación. Asimismo, encabezó el ciclo de charlas ‘Tecnología para Todxs’, donde, como activista LGTBI, habló acerca de las oportunidades que brinda el mundo tecnológico, sin discriminar el lugar de origen y género.

“La mayoría de historias de gente exitosa, por decirlo de alguna manera, son imperfectas. Si yo voy a contar mi historia y esta puede servir de inspiración para otras personas, tengo que ser honesto y contar lo bueno y no tan bueno”, sostiene.

Michael considera que cualquier persona, con esfuerzo, dedicación e interés por la tecnología, puede labrarse un camino como él lo hizo. “No hace falta ser un genio para aprender programación”, afirma. “Todo lo que aprendí, fue de forma autodidacta, porque me gustaban los videojuegos. Creo que todos tenemos esa capacidad de aprender cosas por nuestra propia cuenta”.

Por eso sostiene que el Perú, un país que está en plena lucha por cerrar brechas de conectividad, es un espacio con potencial para el desarrollo de soluciones tecnológicas. “El acceso a Internet ha cambiado las cosas. Hoy podemos acceder a información, libros y sitios especializados que nos pueden enseñar a crear aplicativos y nuevos productos”, explica.

Por estos días está alejado de las grandes corporaciones, pero se encuentra inmerso en su proyecto más personal: Friendly Apps, una red social que busca ayudar a las personas “a conectarse de manera amigable, cuidando su salud mental y bienestar físico”. “Lo que hacen la mayoría de redes sociales es jugar con la psicología humana y sacarle provecho a la necesidad que tenemos de ser incluidos en algún grupo”, explica Michael Sayman. “Hay muchas maneras bonitas de conectar con los demás, sin estar enfocados en los likes, los comentarios, o los seguidores, como si viviéramos en sistema de puntos”, concluye. //

Además…

Una hisoria extraordinaria

En su autobiografía, Michael Sayman cuenta cómo se hizo millonario creando aplicaciones móviles y cómo ayudó a su familia a salir adelante, siendo adolescente. Se puede descargar gratis a través de “book cloud” o adquirirlo en físico en las principales librerías del país.