El peruano que creó el primer centro cultural en Minecraft en forma de ‘Llamicornio’

Primero fue Pac-Man y su riesgoso trabajo de tragar pastillas y masticar fantasmitas. Luego Street Fighter, cuyo misterio nacía en Ryu, mitad judoca, mitad karateca, y unas manos con las que producía esas bolas de fuego que, recién con Google, sabríamos escribir correctamente: hadouken. Mario Bros anticipó la posibilidad de jugar en otros mundos: podía saltar cinco metros, respiraba debajo del agua, sabía volar, y había domesticado a Yoshi, un dinosaurio. Los videojuegos pasaron todas las fronteras de la hipérbole.

Hasta que llegó Minecraft, lanzado al público el 17 de mayo del 2009 desde el cerebro de su creador, el sueco Markus Persson (conocido comúnmente como Notch) cuyo único objetivo, más que pasar fases, conseguir mejores armas o pelear con dragones, es, sencillamente, construir una vida.

Como en Link Island Gallery, el primer centro cultural peruano abierto al público creado en Minecraft por el diseñador gráfico Kioshi Shimabuku, según su propia reseña en redes sociales, un poco peruano, un poco nikkei, un poco tusan. Produce, además, juguetes en papel a los que llama Llamicornios. Detrás de su look extravagante, lentes de carey negro y pelo color platino, tiene un solo objetivo: unir personas y cultura a través de Minecraft, en tiempos donde salir a conocer museos o respirar es tan difícil.

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Breve disclaimer: me he vuelto fanático de Minecraft. Sabía que existía en distintas versiones, pero fue hasta que Mateo, mi hijo de 9 años, lo descubrió para su tablet, que tuve que hacer un breve curso de introducción. Estudios Generales: en octubre del 2011 fue estrenada su versión final, para Android y el día de mi cumpleaños, 17 de noviembre, lanzada para iOS. Estudios Generales II: el 15 de septiembre del 2014, el gigante Microsoft lo compró, a cambio de una transferencia por encima de los 2.500 millones de dólares. Casuística: Mateo pasa por lo menos dos horas los fines de semana construyendo casas, inventándoles pasadizos ocultos, detonándolas, reconstruyéndolas; como un ejercicio infinito que lo prepara para el día en que, con ladrillos de verdad, lo necesite. “En el aspecto más visible —dice Guillermo Vera, periodista especializado en videojuegos de El Comercio— puede encontrarse esa comparación frecuente con respecto a Lego —o cualquier juego de bloques tradicional— en el sentido de que da rienda suelta a la imaginación y brinda al usuario capacidad de crear algo único, con un sentido muy personal. Sin embargo, Minecraft es también la interacción con un mundo insospechadamente complejo más allá de su aspecto minimalista con el que el jugador puede enfrentarse de forma creativa”.

Por eso gusta tanto en todo el mundo, pienso. Por eso, desde mayo del 2019, Minecraft es el videojuego más vendido de la historia, tras superar a Tetris con 176 millones de copias vendidas. También, por felicidad: “La idea de este centro cultural surge hace un tiempo, pues quería desarrollar una galería en Minecraft ya que es mi videojuego favorito”, dice el artista peruano Por eso, también, nació Link Island Gallery.

Como un juego.

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Kioshi Shimabuku estrenó el pasado 15 de agosto Link Island Gallery. Pero tiene una prehistoria: “Es, como te decía, mi videojuego favorito. Pero también el desarrollo técnico permite crear interacciones con el usuario y el entorno. Esto ayuda a crear una verdadera experiencia inmersiva para la experiencia de usuario. Minecraft es el juego mundo abierto o sand box por excelencia, nos permite explorar mundos infinitos y estos son siempre diferentes ya que se generan de forma aleatoria. Esto ayuda a que cada vez que juegues es una experiencia nueva. Link Island es no solo un modo de juego más, sino es llevar las plataformas culturales a un público joven de una manera fresca e inmersiva”.

¿Cómo se puede conocer Link Island? ¿Qué vas a encontrar allí? Primero: cualquier persona que tenga una cuenta (premium o no premium) en Minecraft puede ingresar al servidor del centro cultural (ingrese aquí). Dentro de Link Island, hay 5 salas de exposición, una biblioteca y una terraza para conciertos (streaming). Los nombres de los espacios son @la.cochera, @labotika, @dejameqtecuento, @llamicorniosnft y @_popap. En tiempos de restricciones, este centro cultural virtual propone algo más allá del divertimento: el plan es visibilizar la herramienta para que más artistas peruanos puedan exponer, de manera gratuita, en Link Island. “Tengo otros proyectos —dice Kioshi— como los art toys (juguetes coleccionables) de los Llamicornios (1) y Déjame que te Cuento, un laboratorio de exploración artÍstica y emocional en el cual los niños expresan sus emociones y sentimientos a través de la creación de cuentos ilustrados. Ambos proyectos son parte de Link Island también”.

Lo único que queda ahora es visitarlo.

Nunca le prohíbas a tu hijo jugar con el celular o la tablet un videojuego. Primero pregunta, acércate y acompáñalo en ese mundo que él mismo está descubriendo. O inventando para los dos.

(1) Según libre interpretación del autor, y luego de revisar bibliografía publicada, Llamicornio es un animal de cartón que surge tras el colapso de la raza por la contaminación.

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