Oscar García

La pérdida de una mascota es una experiencia muy triste a la que, no obstante, muchas personas aún no le otorgan la seriedad que merece. Para quienes comparten su vida con animales, el vínculo trasciende la compañía. Cuando ellos parten, el vacío que dejan puede ser tan profundo que apenas puede describirse. Esta semana, un proyecto de ley en el Congreso puso el foco en un tema que muchos han visto con extrañeza o cinismo: la posibilidad de tomarse un respiro laboral cuando llega el momento de despedir a un animalito. El debate ha involucrado a abogados laboralistas y empresarios, quienes analizaron la viabilidad de la propuesta: desde una trinchera señalan que el día de descanso planteado debería ser recuperable. Desde la otra trinchera defienden que solo un día sabe a poco cuando se trata de una pérdida significativa.

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