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Natalia Málaga Somos

Para 1986 la selección peruana de vóley había gozado su máximo punto de gloria, había obtenido el tercer lugar en el Mundial de Praga. Era un equipo que todos los peruanos admiraban por el progreso que había obtenido y las expectativas que generaba.

Como en todo equipo, se generaron rumores desde fuera del plantel. Se decía que Natalia Malaga y Cecilia Tait tenían cierta rivalidad y que muchas de las jugadoras migrarían al vóley italiano.
Sin embargo, Natalia Málaga se encargó de eliminar toda clase de rumor negativo sobre ella y sobre el equipo; pues desde siempre fue concreta en sus respuestas a periodistas, curiosos o platónicos admiradores.

Desde entonces Natalia Málaga con tan solo 24 años, sobresalía por su actitud y temperamento, ese que demostraba en cada mate con la camiseta número 12 por la selección. El vigor y el nervio se quedaba en la cancha, fuera de ella era callada y muy concreta en sus respuestas.

>>“Ella es coraje” Temperamento, fuerza, nervio, garra y mucho trabajo en los entrenamientos son las virtudes de Natalia Malaga, número 12 de la selección peruana. Ahora, en Seúl, la rubia matadora pondrá en juego sus talentos para que los peruanos podamos gritar, después de cada uno de sus mates, y con toda la fuerza de nuestros pulmones: ¡punto para el Perú!<<

Málaga empezó a jugar desde muy niña en el Regatas Lima. Gracias a la potencia de sus mates, fue considerada en el equipo de menores de la selección nacional. Norma Velarde, Lucha Fuentes y Olga Asato, encargadas de la dirección de ese equipo le dieron sus primeras y más importantes lecciones. Natalia siguió progresando y formo parte del ‘Histórico’, el equipo juvenil de 1981, que fue segundo del mundo. Ese equipo fue la base de una generación de jugadoras que no se cansaban de darnos éxitos y triunfos en la década de los ochenta.

Lamentablemente, Perú perdería en la final contra Unión Soviética. Las chicas se quedaron con la medalla de plata. Sin embargo, para su llegada a Lima se dieron con la grata sorpresa del reconocimiento de sus logros, por parte del pueblo y del estado. Sin dudar fue la mejor actuación obtenida por un equipo peruano en una olimpiada.

>>“Para Natalia a sus 24 años, el vóley es el norte principal de su vida. A pesar de su juventud, ha recogido una larga y valiosa experiencia. T si una medalla olímpica como la que todos esperamos, es la máxima aspiración de un deportista, para ella, por su juventud, están abiertas las puertas para logros aún más extraordinarios”<<

Natalia desde entonces no se ha desligado del Vóley, ahora como entrenadora ha mostrado su gran nivel, conquistó la primera Copa Panamericana Juvenil tras superar a República Dominicana en el coliseo Miguel Grau del Callao. En su camino al título, la selección peruana ganó los cinco partidos que jugó, perdiendo solo dos sets.

En 2012 logró obtener la medalla de oro en el Campeonato Sudamericano de Voleibol Femenino Sub-18, tras el último campeonato de 1982 obtenido por Perú luego de 32 años, en el que Natalia fue parte. En el 2012 fue elegida la mujer más influyente de nuestro país.

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