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jóvenes apristas
Ana Núñez

La vieja casona azul cielo de la cuadra 10 de Alfonso Ugarte luce casi vacía. Es miércoles por la noche y hace exactamente una semana miles de personas –entre militantes, simpatizantes y curiosos–, batallaban por surfear en el mar de gente que desembocaba en la mismísima Aula Magna de la Casa del Pueblo. En el mismísimo féretro de , para ser más precisos. Las largas bancas de madera han vuelto a su lugar, ahí donde se realizó el velorio, y hoy esta aula gigante vuelve a tener un aire de iglesia antigua. En sus columnas cuelgan las fotos de sus líderes históricos, quienes –siguiendo la analogía– podrían ser como los ‘santos’ de este templo: Luis Alberto Sánchez, Manuel Seoane, Armando Villanueva, Ramiro Prialé, Nicanor Mujica, Luis Heysen. Y Víctor Raúl, por supuesto. Inamovible en lo que vendría a ser el altar.

Parte de la nueva guardia del Partido Aprista Peruano (PAP) se ha reunido esta noche a hablar con Somos, apenas unas horas después de que en Curitiba el ex representante de Odebrecht en nuestro país, Jorge Barata, declarara a los fiscales peruanos que coordinó con Luis Nava (ex secretario general de la presidencia durante el segundo gobierno de García) el pago de millonarias coimas para garantizar la continuidad de diferentes obras. Y que el entonces presidente habría estado al tanto de todo ello.

Álvaro Quispe (36), secretario nacional de Formación Política del Comité Ejecutivo Nacional aprista; Katia Gonzales Arévalo (23), miembro de la comisión organizadora del XXV Congreso ordinario del PAP; Alfredo Cornejo (31), dirigente juvenil en la base de Los Olivos; y Renán Núñez (28), adjunto de la Secretaría Nacional de Juventudes, dicen que al final de las investigaciones Alan quedará limpio de cualquier acusación y lo consideran un héroe. Ellos creen en lo que les ha dicho Aurelio Pastor desde Brasil: que no hay nada concreto que incrimine a su líder, que se están filtrando versiones inexactas de lo que dijo Barata, que las responsabilidades son individuales, así que Nava y compañía serán quienes tendrán que responder ante la justicia.

Pero el tema principal de nuestra conversación es otro. ¿Qué es el APRA después de Alan? ¿Tienen alguna posibilidad de volver a ser gobierno o siquiera de tener una respetable plancha presidencial en las próximas elecciones? ¿O será acaso que con el disparo de García (y las posteriores declaraciones de Barata) quedó gravemente herido el partido fundado por Haya de la Torre casi 90 años atrás?

-EL ÚLTIMO WHATSAPP-
La tarde del martes 16 de abril, Álvaro Quispe sostuvo un breve intercambio de mensajes con el ex presidente García vía WhatsApp. Ese día, Alan dio varias entrevistas y le mandó un enlace con una de ellas. Álvaro lo abrió y, después de leer la nota, le ratificó su lealtad y apoyo. Dieciocho minutos después, el ex presidente le respondió escuetamente “gracias, Álvaro”. La respuesta sorprendió al joven no por lo breve, sino porque Alan nunca lo había llamado así, Álvaro, a secas. Siempre era “el compañero Álvaro” o “el compañero Juanito” (su segundo nombre). Puede parecer un detalle insignificante, pero a él lo dejó pensando.

Esta noche nos muestra el mensaje en su teléfono y cuenta que lo primero que se le vino a la cabeza al enterarse de los sucesos de la mañana del miércoles 17 fue esa respuesta inusual. Ese “Álvaro” a secas.

“Todo partido tiene un líder. ¿Alan tiene un sucesor?”, le preguntamos directamente. “Alan no tiene sucesor. Alguien con esas características será difícil que vuelva a aparecer en el partido y en la política peruana”, responde.

El joven miembro del Comité Ejecutivo Nacional (CEN) aprista nos cuenta que el APRA ha tomado la decisión de apostar por un “liderazgo en equipo”, un liderazgo estratégico y funcional que estará integrado por los dirigentes de mayor experiencia, los parlamentarios, los cuadros jóvenes y otros dirigentes.

Esta “dirigencia en equipo” tiene como objetivo relanzar el partido, decisión tomada hace un par de años y que tendrá como primer escalón del proceso el Congreso ordinario aprista que se realizará en octubre, tal cual se había previsto antes del suicidio del líder. En él se elegirá a la nueva dirigencia nacional, la que llevará las riendas de un APRA sin su figura máxima.

Pero será la nueva guardia del partido la abanderada de este relanzamiento, que incluirá también un proceso de renovación partidaria.

“Hay toda una generación de veinteañeros, treintones... ya el tiempo dirá quién toma la posta, pero hay aprismo y hay jóvenes preparados para asumir el liderazgo. Tenga usted por seguro que el APRA no acaba hoy. En once años, celebraremos el centenario del partido y seguiremos celebrando más campañas y victorias para el aprismo”, dice Katia Gonzales.

Alfredo Cornejo, por su parte, afirma que al concluir las investigaciones “se verá que el presidente [García]es inocente”, con lo cual el APRA “quedará limpio y resurgirá”.

Finalmente, Renán Núñez dice que alguien tan pragmático como García les diría en este momento: lloren poco y pónganse a trabajar. “Entonces, este es precisamente el momento de comenzar a trabajar para relanzar el partido que, al final, es una organización humana.Como tal, deben cambiar dos cosas: estructura y personas. Luego de ese cambio de personas y estructuras vendrá un relanzamiento con un nuevo programa de gobierno que, respetando los valores y principios históricos, dé propuestas frescas a la población”, explica.

Los jóvenes dirigentes no se animan a dar nombres de “presidenciables” apristas. “Estamos saliendo del duelo, sería una falta de respeto”, aseguran. Lanzan una sonora carcajada y bromean entre ellos cuando pregunto por Alfredo Barnechea. “Eso fue aprovechamiento político”, concluyen. //

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