Miguel Villegas

Dios los toca por épocas. Los elige. En los 30 fue Manguera, en los 70 fue Cubillas y pasados los 2000 Paolo. La justicia reúne determinadas condiciones en un solo futbolista como hace, digamos, con un arco iris o una tormenta. Patada, liderazgo, espíritu, fe. Y los siembra por azar o por nostalgia. Nuestra suerte fue que José Paolo Guerrero naciera en el Perú, el 1 de enero de 1984, tenga a los papás que tuvo, estudie allí donde estudió, quiera ser futbolista y se deje llevar de Matute a Alemania como un breve tránsito antes de llegar a la selección.

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