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Ensayos desde la ceguera.
Ana Núñez

Que la fotografía es un arte o una técnica fundada en la visión, es solo una verdad a medias. En los últimos meses, Johanna Contreras (26) ha retratado a las personalidades de nuestro país que ella considera que “valen un Perú” sin que la ausencia de ese sentido (perdió la vista a los seis años, a causa de un accidente) se lo impida. Entre sus retratados están el reconocido cocinero Gastón Acurio e incluso el presidente Martín Vizcarra. Para fotografiarlos, Johanna se les acercó, los tocó, calculó con sus manos sus alturas, sus contexturas, les pidió que hablen con ella mientras se ubicaba en el lugar adecuado para su encuadre y una vez que se sintió segura de su toma, disparó: ¡clic!

Pero Johanna es solo el botón de muestra. Además de ella, Nilton Sánchez, Domingo Sierra, María León, Rosa Ticse, Renzo Ramos, Lourdes Aquije y Esteban Salgado –alumnos que finalizaron el taller de fotografía Foco Interior– recorrieron Lima junto a sus profesores guías y capturaron instantes que unas veces cuentan historias y otras, hacen denuncias. Al mejor estilo de un fotógrafo profesional.

Nilton Sánchez (20), el joven que inspiró al fotógrafo Paul Vallejos a crear en nuestro país este taller para invidentes, quiso contar con sus fotos la historia del fútbol en distritos populosos de Lima. Para tomar la foto principal de esta nota, por ejemplo, fue junto a su profesor guía hasta una canchita en Flor de Amancaes (Rímac) y luego de presentarse con los deportistas y recorrer la cancha para ubicarse en el espacio, subió a una de las zonas más altas del lugar y en el momento que consideró adecuado, disparó: ¡clic!

Paul Vallejos recuerda que un tiempo atrás encontró en la cámara de Nilton una bella foto de un arrollo en medio de la vegetación de Tingo María. Vallejos le preguntó a su joven ahijado cómo había tomado esa foto. La respuesta de Nilton lo dejó pensando. Incluso hasta ahora. “Tomé la foto porque la escuché”, dijo el muchacho. “Algún día quisiera poder tomar una foto porque la escuché”, agrega Vallejos.

FOTOGRAFÍA DE DENUNCIA
El taller de fotografía para invidentes se creó con el objetivo de mostrar que nada es imposible para ellos, para empoderarlos, para dejar en claro que con las oportunidades adecuadas, ellos pueden hacerlo todo. En el camino, sin embargo, quedó claro también que esta nueva herramienta es como un megáfono para sus ‘voces’.

María León (58) quiso contar con su trabajo el nivel de inclusión de personas invidentes que existe en las empresas e instituciones de nuestro país. Inicialmente, Paul Vallejos se preocupó por el hecho de que María tenga mucho menos tomas que sus compañeros, pero finalmente se dio cuenta de que esa ausencia era, precisamente, el reflejo de la realidad.

“Al comienzo me preocupaba que ella tenga menos fotos que el resto pero luego dije: claro, es que hay menos oportunidades de trabajo para ellos. Uno puede encontrar masajistas, teleoperadores, pocos abogados, catadores de vino, recepcionistas y ahí un poco que se acaba. No encuentras más profesionales invidentes que estén trabajando. Esa ausencia grita la falta de oportunidades”, comenta Vallejos.

Todas estas historias serán expuestas desde el 12 de febrero. Hablar de una exposición fotográfica de ciegos no es un oxímoron. Confírmelo con sus propios ojos. //

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