MDN
Rodrigo Salazar
Vanessa Cruzado Alvarez

La pérdida de una parte del cuerpo, sea por accidente, cáncer o alguna malformación congénita, es algo que nadie desea y sin embargo pasa con más frecuencia de lo que se quisiera. La ciencia plantea algunas alternativas como las prótesis de brazos y piernas, pero ¿qué pasa cuando esa pérdida se produce en el rostro?

“Cuando alguien pierde parte de su cara, es como perder parte de su propia identidad. Alguien puede vivir -en sociedad- sin una mano o un brazo, pero la sociedad no está lista para aceptar instantáneamente a alguien sin rostro”, fue uno de los argumentos del cirujano dentista Rodrigo Salazar Gamarra en la ficha de presentación de su trabajo, a la que Somos tuvo acceso, al Instituto Tecnológico de Massachusetts. Es cierto que la sociedad no está preparada -en distintos temas-, pero -al menos- está abierta a soluciones y este peruano la tiene: prótesis faciales 3D a bajo costo.

Cuando inició su investigación, no habían tecnologías 3D de bajo costo disponibles para producir prótesis faciales. Solo sistemas de alto gasto con hardware muy costoso. Entonces, el cirujano dentista decidió usar celulares, software gratuitos e impresoras que cuestan no más de tres mil dólares. "Pasamos de medio millón de dólares de inversión [para hacer estas prótesis] a menos de tres a cuatro mil dólares, dependiendo del tipo de impresora", agrega. Esto representa una oportunidad para ofrecer este servicio en todo sistema público. El problema, comenta Rodrigo, es que así se quiera, no se cuenta con profesionales para hacerlo. "Tengo algunos amigos que eventualmente generan esfuerzos aislados [para llevarlo a cabo] pero no hay un sistema. No hay una red nacional", explica Salazar.

Su equipo está articulado en el Centro Tecnológico de la Información Renato Archer, el más grande de Brasil, donde trabajan ingenieros, programadores, diseñadores. "Estas personas están dirigidas al desarrollo de tecnología en el centro que desde hace 25 o 30 años viene funcionando y resolviendo las necesidades al público", agrega. Este centro es provisto/financiado por el Ministerio de Ciencia y Tecnología de Brasil y es una entidad que no existe en nuestro país. "Lo más cercano sería Concytec", comenta. Todo este apoyo lo motivó a dar el siguiente paso, -quizás- el más importante.

Más identidad
Rodrigo fue reconocido por el Instituto Tecnológico de Massachusetts en su lista de los innovadores menores de 35 años, quienes han destacado por su potencial para cambiar el mundo. Y lo sigue haciendo. "Cuando entregamos una de estas prótesis no estamos pensando en el hueco que tiene en el rostro. Estamos pensando este hueco que tiene en el alma este ser humano. Buscamos devolver la identidad y restituir su calidad de vida por medio de estos dispositivos", enfatiza.

La metodología está basada en la Universidad Paulista (UNIP) como parte de sus estudios de maestría y doctorado y articulados con el Centro Tecnológico de la Información Renato Archer (CTI), la Universidad de Illinois en Chicago (UIC), para que la ONG Mais Identidade pueda colocar en práctica su destino social.
Estas instituciones están representadas en este equipo de trabajo por Luciano Dib, Jorge Vicente da Silva, Rosemary Seelaus y Cicero Moraes.

Para devolverles la identidad, el equipo toma entre 15 a 27 fotos del paciente. Luego las sube a un software gratuito que reconstruye el rostro a través de un programa ya existente. "Creamos esta metodología pensando que sea bajo la filosofía de uso de herramientas accesibles", agrega el cirujano dentista. Posteriormente, realizan un diseño digital duplicando o donando una anatomía saludable y se imprime un prototipo en 3D para terminar estas prótesis manualmente.  El final: de película. "Muchos pacientes ni siquiera conseguían tomarse una foto porque no tienen rostro. Esta gente pierde su identidad", reflexiona.

Gráfica del proceso para poder desarrollar la prótesis 3D. (Foto: Archivo personal)
Gráfica del proceso para poder desarrollar la prótesis 3D. (Foto: Archivo personal)

Esta innovadora propuesta ha captado la atención internacional. Cerca de 200 medios de comunicación de 37 países han dado a conocer el proyecto. Pero este éxito -que va en aumento- viene acompañado de responsabilidad. "[El reconocimiento] me permite poder ayudar a otras personas a que también desarrolle sus innovaciones y hagan su camino", argumenta. Rodrigo sueña con ampliar el trabajo de su ONG con sedes en su país natal para seguir ayudando a quienes más lo necesitan.

Sobre Rodrigo Salazar, consultor de innovación tecnológica para la salud:
Estudió odontología en la Universidad Peruana Cayetano Heredia el 2006. Un año después de culminar la carrera, en la misma casa de estudios, obtuvo un diplomado en Implantología. En el 2012 hizo una especialidad en rehabilitación oral. Actualmente cursa un doctorado en la Universidad Paulista en Brasil. Docente de la facultad de odontología de la Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas (UPC). Es, además, presidente electo de la Asociación Internacional de Anaplastología en Estados Unidos para el período 2020-2021. Conoce más sobre su ONG .

Contenido Sugerido

Contenido GEC