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Dos cucharaditas de sangrecita a la semana. Ese es el poderoso secreto. Puede presentarse frita como tal, gloriosa en el plato o, si es necesario para los chicos, camuflada en una hamburguesa, en una tortilla, en el arroz chaufa, en la pizza. Hasta en una mazamorra morada. El kilo en el mercado: S/. 2 y alcanza hasta seis porciones. No hay forma más efectiva de combatir la anemia que este alimento extraordinariamente rico en hierro. Bueno, rico y económico. Ganador por donde se lo vea.

Lástima que eso, la gente, casi no lo sepa.

Para que los peruanos nos informemos mejor cómo darle de comer nutritivamente a nuestros hijos es que existe “Cocina con Causa”, un programa emitido por TV Perú, de lunes a viernes a las 10: 30 a.m., que busca promover que las madres y los padres de familia generen hábitos de alimentación saludable en sus niños aprendiendo a usar creativamente los variadísimos insumos que, por fortuna en este país, podemos hallar sin problema en el mercado. Tras un relanzamiento, la conducción del espacio ha caído, así es el destino, en manos de la periodista, empresaria, escritora y mamá bloguera Rocío Oyanguren.

Pero hay más. A diferencia de programas tradicionales en este rubro, “Cocina con causa” persigue una meta concreta: erradicar la anemia, la desnutrición crónica y la obesidad infantil en el Perú en los próximos 11 años. Ambicioso plan sí, pero no imposible si se suman esfuerzos. “Se trata de una iniciativa que nace de la mano de un sueño: Hambre cero 2030. El espacio de TV, pues, está impulsado por el Programa Mundial de Alimentos (PMA) de la ONU, y en la promoción del mismo se han sumado entidades del Estado como los ministerios de la Mujer y de Cultura, la empresa privada, entre otros. La idea es enseñar recetas nutritivas y económicas para nuestros hijos crezcan sanos y con buenos hábitos alimenticios. Nada de estar separando la cebolla en el plato, ni esas cosas”, explica risueña Rocío.

¿Qué es lo que puede verse a diario en el programa? Cocineros elaborando sencillas y prácticas opciones de menú, claro; pero también entrevistas a expertos como nutricionistas y más. Rocío se aventura, incluso, en los mercados de la capital con el fin de conseguir los insumos para un almuerzo destinado a cuatro personas, por ejemplo, con 10 soles (lo cual se traduce en un riquísimo guiso de trigo con pejerrey frito).

Conocimiento de causa
No hay casualidades en la vida, dicen. Y ciertamente parece haber estado escrito el que Rocío (49) tomara recientemente la posta en la conducción del programa de manos de Norma Martínez. La cocina y la anemia, para bien y para mal, son temas que han marcado su experiencia personal y profesional. La primera, cuenta, es su pasión y refugio al día de hoy. Es allí donde se guarece cuando los ajetreos de la agencia de relaciones públicas que maneja se vuelven intensos. En cuanto a la enfermedad, bueno, ella misma la padeció de niña, cuando solo existían épocas de vacas flacas en su casa de adobe en Piñonate, en San Martín de Porres.

“Nunca he tenido vergüenza de decir que mis orígenes son humildes. Que compartí un cuarto pequeño con mis tres hermanos o que mi madre trabaja en absolutamente todo para mantenernos porque tenía un padre cariñoso, pero que casi no estaba. Debido a la falta de recursos es que tuve anemia y fue mi madre quien me la curó dándome de comer bazo de res”, comenta Rocío.

Fue precisamente por esos tiempos que un ser querido llevó a casa un televisor blanco y negro de segunda. El primer programa de TV que Rocío vio en su vida no podía ser otro que el de la leyenda de la cocina, Teresa Ocampo. “Era mi ídolo. Yo me emocionaba al ver esas recetas espectaculares que en casa no podíamos hacer porque faltaba el dinero. Entonces pensaba que algún día iba a poder prepararlas y en la cocina he estado metida siempre de manera paralela a mi carrera profesional”, detalla la conductora. A Rocío la convocan del TV Perú porque la ven siendo entrevistada en distintos medios de comunicación a raíz de la publicación de su cuarto libro, “Las papillas de ¿Yo? ¡¿Madre?! Recetas dulces y saladas para bebés de madres primerizas”.

Hay que explicar, en este punto, que con esfuerzo Oyanguren, quien trabaja desde los nueve años, terminó de estudiar Periodismo. Que estuvo trabajando en diarios y, luego, incursionó en el mundo de las relaciones públicas hasta fundar su propia agencia. La maternidad no era una cuestión que estuviera en sus planes en lo absoluto hasta que se encontró embarazada de su primera hija a los 38 años. La hermosa locura que implica combinar ambas actividades la llevó a escribir en el 2009 “¿Yo?¡¿Madre?!”; y en el 2016, “Yo, ¡¿madre?! Recargada”, tras la crianza de su segundo hijo. Esto, finalmente, originó que creara una exitosa comunidad sobre el tema en redes sociales (@yomadrero). En Facebook tiene ya 220 mil seguidoras y en Instagram va por los 35 mil.

“Esta es mi primera experiencia en televisión, pero la verdad es que me siento como pez en el agua. ‘Cocina con causa’ se ha hecho una misión de vida para mí. Creo que es una herramienta poderosa para generar cambios, para servir. Si no pueden vernos al aire por las mañanas, están nuestras redes donde colgamos el programa, hacemos historias, en fin,  la cuestión es pasar la voz. Nuestros hijos no tienen que sufrir de anemia para que este tema nos interesa. Debemos verlo también como un tema preventivo y educativo. Que las generaciones más chicas aprendan a comer sano es uno de los mejores legados que podemos dejarles”, detalla la comunicadora.//

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