El “sí” a Perú no pasa porque Gareca vea triplicado lo que podría ganar. Pasa por tener la garantía de recuperar el flujo de trabajo y las formas con las que llegó, en 2015.
El “sí” a Perú no pasa porque Gareca vea triplicado lo que podría ganar. Pasa por tener la garantía de recuperar el flujo de trabajo y las formas con las que llegó, en 2015.
David Hidalgo Jiménez

Desde que acabó el Mundial para Perú, veo y escucho en las cadenas internacionales que es uno de los favoritos para ocupar el puesto de en la selección argentina, con el ingrediente de tener a como director deportivo. Luego aparece con más fuerza el nombre del ‘Tigre’ para agarrar el mando de la selección colombiana “por lo bien que ha trabajado con Perú”, refirió un periodista de FOX Sports. 

Abro Twitter y algunos peruanos manifiestan su molestia por la última conferencia de Gareca en la que se declaró como “técnico libre” y otros se apuran en decir que si el entrenador “no desea continuar” en la bicolor, “no se le debe retener”. 

Otros —la mayoría— deseamos que se haga hasta el último esfuerzo por intentar que renueve con la selección peruana. Por eso acudo a mi fuente, le escribo por WhatsApp desde la semana pasada y anoche me dice que se intentará “convencer a Ricardo” para que este proyecto que empezó en marzo del 2015 no se detenga. 

Si nos quedó el mal sabor de haber podido hacer más en Rusia 2018, también nos queda la esperanza de pelear con una selección bien conformada la opción de llegar a

El operativo
La persona indicada para convencer a Ricardo Gareca es , por ser el director de selecciones y por ser quien lo trajo hace tres años. Y no se trata de ofrecerle más dinero, quizás como puede pensar un poderoso sector dirigencial de la encabezado por el presidente . La gestión tiene que ver con garantizarle al argentino y su comando técnico la seguridad de volver a trabajar como se hizo desde que pisó la Videna: que las facilidades para su labor lleguen a través del flujo que se siguió hasta poco después de la clasificación a la Copa del Mundo. 

Desde que Perú consiguió el boleto a Rusia algo empezó a contaminar la armonía de trabajo en la Videna. La interna de la FPF se comenzó a cargar, no solo por la tensión sobre el caso , sino también por afanes dirigenciales de hacerse notar y tratar de aprovechar la coyuntura para mostrarse delante del esfuerzo deportivo. 

Por eso, durante la conferencia de prensa del 3 de julio, Ricardo Gareca dijo, entre otras cosas, “no hay negociaciones con la selección peruana”, algo infelizmente cierto e inaudito, más aún si se sabía que otras selecciones están interesadas en contratar al ‘Tigre’. 

Y es que, adentro, en la Videna, las cosas no andan bien. Antes, los temas importantes y los pasos a seguir se discutían entre el comando técnico, el director y el gerente de selecciones, el comité consultivo y el presidente de la FPF. Eso no ocurrió más este año y no cambió después del Mundial. ¿Cómo se le iba a acercar una propuesta a Gareca si antes no se habían juntado para conocer sus pretensiones? 

No todo se soluciona con dinero, más aún si se trata de un técnico cuya primera vez arregló con Perú —bajo la gestión de Oblitas— y recién al final se habló del tema económico. Por eso el mensaje del DT: “Si Perú no mantiene los pies sobre la tierra, no habrá un crecimiento”, tiene más de interno que externo. 

El “sí” a Perú no pasa porque Gareca vea triplicado lo que podría ganar. No pasa tampoco por darle las primeras opciones a Argentina o Colombia, pasa por tener la garantía de recuperar el flujo de trabajo y las formas que se tuvieron desde marzo 2015 en la Videna. Y el único que puede garantizar que todo vuelva a ser como antes es el presidente de la FPF, el mismo que deslinda vinculaciones con el polémico juez Hinostroza, y el mismo que hoy se encuentra en Rusia con los altos directivos de la Conmebol y FIFA, listo para ver el domingo en el estadio de Luzhniki en Moscú la final de la Copa del Mundo. En la cabeza de Edwin Oviedo, todo lo demás puede esperar.

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