​Sergio Ramos visitó en Piura en 2017. FOTO: GEC.
​Sergio Ramos visitó en Piura en 2017. FOTO: GEC.
Miguel Villegas

Existen los líderes futbolísticos y los religiosos, y aunque les toca convivir en el mismo vestuario, son claramente opuestos, pues los separa otra fe. El primero es un campeón, un genio con la pelota, más diseñado para hacer goles y el estilismo, a veces individual, otras veces ejemplo. El otro, rústico o fantasista, mira los partidos como si fueran una guerra y ejercen liderazgo desde que levantan una ceja. Los dos ejemplos más caros de los últimos años son Messi y Maradona, igual de notables, necesarios, y ganadores.

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