Miguel Villegas

Cincuenta años después, Alfredo Bryce Echenique conocerá por fin a Julius. Se ha puesto unos zapatos de gamuza, un saco de paño y hasta se ha afeitado muy temprano, allá en su casa de San Isidro. Una de las personas que lo acompañó en el viaje hasta aquí dice que estaba genuinamente nervioso por la cita. No solo iba a conocer a Julius, el protagonista de la obra que la literatura latinoamericana recuerda con mayor ternura; también iba a volver al Centro de Lima, mirar la ciudad pasar detrás del parabrisas y caminar unas horas en esta casona art nouveau, lo más parecida a lo que Julius llamaba, con inocencia, el Palacio Original.

Contenido Sugerido

Contenido GEC