CONTROL DE IMPULSOS. Los celos, reales o imaginarios, se pueden convertir en paranoia, dice experta. (Foto: Fotoilustración)
CONTROL DE IMPULSOS. Los celos, reales o imaginarios, se pueden convertir en paranoia, dice experta. (Foto: Fotoilustración)

La espantosa muerte de Marysella Pizarro, en Tarapoto, y el cruel intento de feminicidio de Francisca Mamani, en Arequipa, ocurridos el 29 y 26 de mayo respectivamente, han causado indignación y puesto sobre el tapete un problema del que solo hablamos cuando la violencia contra la mujer alcanza límites inimaginables. ¿Quemada? ¿Taladrada? Pues sí. Y también acuchillada, envenenada, desfigurada, masacrada, abaleada o asfixiada.

Marta Rondón, especialista en salud mental, a cargo del programa de atención integral de la violencia contra la mujer del Instituto Nacional Materno Perinatal, considera que no solo somos una sociedad violenta, sino una en la que las leyes no se cumplen o son poco severas. Y es que en muchísimos casos, una mujer que realiza una denuncia por violencia doméstica debe volver a su casa y seguir viviendo con su agresor. “La justicia debe ser más drástica y detener y encarcelar a los denunciados”, advierte Martha.

¿Por qué tanta violencia e impiedad? ¿Qué nos está pasando?
La razón más importante por la cual hay feminicidios es el machismo. Hay hombres cuya conducta controladora tiene que ver con la posesión de la otra persona y con los celos y, cuando se posee algo, ese algo se convierte en un objeto que existe para el placer y el servicio. Entonces, si no lo puedo controlar, lo mato. Es la deshumanización del otro.

¿A qué se debe que algunos hombres quieran ejercer el control a cualquier precio?
Tiene que ver con algunas distorsiones de su pensamiento y su conducta. Y es que esos hombres no ejercen ningún poder ni control. Son maltratados en el trabajo o no tienen trabajo. Son discriminados por su origen, por su etnicidad, porque no tienen conocimientos, y esa impotencia y resentimiento también entran a tallar en la necesidad que tienen de dominar o controlar por lo menos a esa persona que tienen al frente y que ellos saben que es más débil. La otra distorsión del pensamiento tiene que ver con los celos. Al no poder controlar la conducta sexual de su mujer, real o imaginaria, ven afectado su honor y creen que deben defenderlo a cualquier precio.

¿Para explicar algunos casos de violencia contra la mujer tenemos que echarle una mirada a la salud mental de ciertos varones?
Los celos, reales o imaginarios, se pueden convertir en paranoia. Por ejemplo, cuando la mujer mira por la ventana y el hombre cree que está mirando al amante, no hay modo de convencerlo de que no es así. La paranoia es sentirse amenazado o injuriado por acciones de las otras personas que en realidad no tienen esa intención.

¿La paranoia se cura?
Hay medicación y psicoterapias. Mira, cuando una pareja joven comienza a tener problemas de celos, es imperioso que busque ayuda. Todas las enfermedades y trastornos se pueden controlar cuando se identifican tempranamente.

¿Un hombre violento puede dejar de serlo?

Hay muchos casos de hombres violentos, que yo conozco por mi consulta, que han cambiado. Pero hay a quienes les es más difícil cambiar por algún tema de patología cerebral. En el Perú tenemos mala atención obstétrica; al momento del parto, muchas veces el cerebro del bebé sufre deficiencias de oxígeno. No son graves, no van a originar una parálisis cerebral, pero pueden producirle estrés al cerebro del bebé, en algunas estructuras del sistema límbico que tienen que ver con el control emocional o de la zona temporal relacionada con el dominio de los impulsos. De otro lado, hemos tenido problemas, por ejemplo en el Callao, con la concentración de plomo en el aire. La gente que tiene intoxicaciones por metales pesados también tiene dificultad para el control de sus impulsos y es violenta. Son problemas reales que no sabemos aquilatar y que redundan en el resultado final: somos una sociedad violenta. 

Este artículo fue publicado por Teresina Muñoz-Najar el 10 de junio del 2017 en la revista Somos. 

Contenido Sugerido

Contenido GEC