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Selección nacional de fútbol de talla baja
Oscar García

El día más feliz en la vida de Fabián Chira (25), el capitán peruano de la selección nacional de fútbol de talla baja, ocurrió hace poco más de un año, durante un viaje a Argentina. Aquella tarde, en los días previos a un amistoso con sus pares albicelestes, a Chira y al resto de pequeños seleccionados blanquirrojos se les ocurrió la idea descabellada de conocer a Diego Armando Maradona. Fue una aventura que emprendieron por su cuenta, sin mayores contactos. Al final, arribaron a un hotel ubicado al borde del río Paraná y, tras más de una hora de espera, consiguieron que ‘Dios’ bajara de su olimpo, intrigado por la comitiva de menudos que lo quería conocer.

–Qué hacés... me dijeron que eran de talla baja, ¡pero ustedes son casi de mi tamaño! –les dijo el ‘Pibe de Oro’, de 1,66 m, ni bien los vio en el lobby, emocionados. Esa fue la frase con la que se los ganó.

A Maradona se lo considera de estatura baja para los estándares profesionales de la FIFA. Comparado con Lionel Messi, al que apodan la ‘Pulga’, es dos centímetros más pequeño. La altura de los jugadores de la selección nacional de talla baja oscila entre el metro veinte y el metro treinta, debido su condición genética. La mayoría de ellos tiene acondroplasia, un trastorno que hace que sus extremidades no crezcan. Pero lo que les falta en tamaño lo compensan con optimismo, fuerza, una vistosa habilidad para la pelota y un tesón guerrero para cerrar los partidos que serían la envidia de los dirigidos por Gareca.

Lo bueno, en frasco chico
Conocer a Maradona, vestir la blanquirroja y viajar por el mundo gracias al deporte son sueños acariciados por muchos aficionados al balón, pero nuestros personajes jamás lo creían realizable, por su condición. Solo tres años antes, cuando se estaba formando el equipo, algunos no se animaban a salir a la calle por el temor a las burlas que la sociedad despacha al que considera diferente. A Chira, por ejemplo, no lo dejaron subir a un micro una vez, luego de un día de trabajo y de estudio, porque el cobrador lo vio y pensó que quería vender caramelos.

La idea de armar un equipo es justo darles un espacio de inclusión, en donde puedan conocer nuevos horizontes de expresión personal. Desde el primer día cuentan con el respaldo del Instituto Peruano del Deporte, mediante su Dirección Nacional de Recreación y Promoción del Deporte. La entidad les ha puesto a un director técnico, Mirko Varillas, para que los entrene tres veces por semana, justo cuando cae la tarde, en el Estadio Nacional. Otros, como la Federación Peruana de Fútbol, los han apoyado con las indumentarias.

Desde su creación, en octubre del 2014, el equipo peruano se ha enfrentado en más de una oportunidad contra Argentina, la pionera en las selecciones de talla baja en Sudamérica. La experiencia del representativo gaucho ha hecho que hasta ahora la victoria les sea esquiva. El primer partido acabó con un ajustado 4-3 a favor del rival. La revancha, jugada al año siguiente, tampoco favoreció a los peruanos.

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