MDN
Martín Vizcarra
Rafaella León

Hace 21 meses, cuando abordamos un vuelo con rumbo a Tacna y luego un auto para llegar a Moquegua por carretera, no podíamos imaginar que aquel hombre que en esos días asumiría funciones como primer vicepresidente del Perú iba a comandar, mucho antes de lo previsto, un país en estado de shock. Él tampoco lo pensaba. Esa noche de junio del 2016 solo quería llegar a su casa de la Urbanización Santa Catalina para recargarse de energías besando a su esposa, Maribel Díaz Cabello, y jugando al frontón con su cuarto hijo, Martino, de 11 años. Lo que nos dijo en las dos horas y media que tomó llegar por tierra a Moquegua fue mucho más determinante que lo que obtuvimos al día siguiente, cuando lo entrevistamos grabadora en mano. Aquella noche, en compañía de uno de sus íntimos amigos (quien manejaba el auto), y mientras mordisqueaba una marraqueta (pan típico tacneño), nos habló de su madre, Doris Cornejo, maestra de escuela fallecida no mucho atrás. Su tercer embarazo fue difícil. Era 1963 y venía en su vientre un niño con una severa complicación pulmonar. Solo viajando a dar a luz en Lima podrían salvarle la vida. Tras el alumbramiento, el 22 de marzo de ese año, una enfermera bautizó al niño como Martín, sosteniendo una estampita de San Martín de Porres. 

Mientras tomamos nota rápidamente de lo que va contando en aquel auto, alumbrados por la luz de un teléfono celular, recuerda que ella, Doris, le rogaba que no se hiciera político. No quería que siguiera los pasos de su padre, César Vizcarra Vargas, líder aprista que llegó a estar preso en El Sexto y que tenía como autor de cabecera a Víctor Raúl Haya de la Torre. Fue además alcalde y prefecto de Moquegua y miembro de la Asamblea Constituyente de 1978 que elaboró la Carta Magna al año siguiente. Tres colegios de Moquegua llevan su nombre. “Le tuve que pedir permiso a mi madre para ser gobernador regional de Moquegua”, nos dice Vizcarra. Las vueltas que da la vida: cuando tenía 18 años alguien le dijo que lo normal es que los hijos superen a sus padres, y que únicamente podría superar al suyo siendo presidente de la República. 

“En el ‘moqueguazo’ me hice conocido”, nos cuenta al día siguiente, apostado en el puente Montalvo, donde se gestó la protesta de 10 días contra la minera Southern en el 2008. Era entonces decano del Colegio de Ingenieros de su región, que recibía un canon mucho menor que el que la empresa destinaba a Tacna. Micrófono en mano, dijo ante los 15 mil campesinos que habían tomado el puente, que la razón de aquella abismal diferencia era la ineficacia de las autoridades para defender sus recursos. En ese momento en Lima se empieza a hablar de este ingeniero civil, que coge sus maletas y va canal por canal y programa por programa explicando por qué ante una injusticia la huelga es la única salida. “La presidencia del Consejo de Ministros me dio la razón. La Comisión de Economía del Congreso también, y se logró modificar la ley”. 

Dos años, después, el 2010, es elegido gobernador regional. 

Lea la crónica completa este sábado en Somos.

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