AGENCIA MATERIA

“Lo que vimos inicialmente fue un tipo de hielo desconocido hasta ahora por nosotros: opaco, poroso y de un blanco brillante. Pero veinte metros después de eso vimos hielo transparente con agua blanca congelada en su interior” explicó a la prensa Vyacheslav Martianov, uno de los responsables de la misión rusa en el lago Vostok, uno de los acuíferos más intrigantes de la ciencia moderna. Sellado y aislado del resto del mundo desde hace al menos 14 millones de años bajo casi cuatro kilómetros de hielo antártico, el Vostok promete tesoros formidables sobre la evolución de la vida en la Tierra y sobre cómo sería la vida en mundos helados conocidos, como Marte, Europa o Encélado. ¿Qué secretos guarda este misterioso hielo blanco? ¿Cómo se ha desarrollado la vida en unas condiciones tan extremas e incomunicadas?

No lo sabremos hasta mediados de este año. El resultado de los análisis de la primera muestra del Vostok no se conocieron hasta octubre. Eran un par de kilos de hielo recogidos por casualidad en febrero del año pasado al alcanzar por primera vez sus aguas con la perforadora que agujereó los 3.766 metros que las separaban de la superficie. Las muestras no pueden volar en avión por las restricciones de seguridad, así que toda el agua blanca que se recoja en esta expedición llegará en mayo a los laboratorios de San Petersburgo, donde se estudiará su composición.

El jefe de la expedición rusa, Valery Lukin, ha declarado a la prensa que cuando el buque científico llegue a San Petersburgo “se practicarán análisis microbiológicos y químicos”. “En el plano de la biología estudiamos la biodiversidad de este objeto natural totalmente desconocido. Si llegamos a encontrar algún tipo de microorganismos, entonces, tal vez, obtengamos nuevos datos sobre otras leyes de la evolución, porque dichos organismos se encuentran allí en un medio natural inexistente en cualquier otra parte de nuestro planeta”, afirmó Lukin.

Los rusos consiguieron la primera muestra de esta peculiar agua blanca el 10 de enero, tras sumergirse hasta los 3.406 metros. Recogieron un cilindro de hielo de dos metros de alto con un caño de agua blanca con burbujas y helada en su interior, según describió en una nota el Instituto de Investigación Ártica y Antártica de San Petersburgo (AARI). Rusia, y antes la Unión Soviética, ha dedicado un trabajo de décadas a alcanzar las aguas del Vostok, uno de los hitos científicos del año 2012.

CARRERA ANTÁRTICA A TRES BANDAS En la actual temporada de expediciones antárticas, la expedición rusa no estaba sola. Un equipo británico tenía como objetivo alcanzar otro lago subglacial, el Ellsworth, a la primera intentona usando una larguísima manguera de agua hirviendo que derritiera el camino hasta el ansiado acuífero. A pesar de que el proyecto estaba estudiado al milímetro, y que el lago Ellsworth está a 3,2 kilómetros de profundidad, el equipo británico ya ha regresado a casa con el rabo entre las piernas, frustrados por un problema técnico irresoluble.

En estos momentos, un equipo de EE.UU. se acaba de situar sobre otro de estos lagos subglaciales antárticos para lograr lo que los británicos no pudieron: alcanzar el lago Whillans usando la técnica de la perforación con agua caliente. Esta tecnología ha sido muy criticada por los rusos, que consideran que pueden convertir los acuíferos helados en una sopa. Del mismo modo, sus colegas y rivales censuran que los rusos usaran queroseno para lubricar la broca perforadora, pues podría contaminar las aguas. Una pelea que vale la pena, ya que los descubrimientos que allí nos esperan pueden ser el hallazgo biológico del milenio, según algunos expertos.