El hombre que hizo la primera llamada desde un teléfono móvil, el 3 de abril de 1973, usa smartphones aunque no le gustan los celulares actuales debido a que todos son difíciles de usar.

Martin Cooper, quien hoy tiene 84 años, tuvo que hacer esa llamada para convencer al gobierno estadounidense de que opte por una red pública de celulares, tal y como planteaba Motorola, y no por una red privada para teléfonos instalados en vehículos, como postulaba ATT.

Cooper hizo esta llamada desde un móvil de gran tamaño, que pesaba un kilo y cuya batería no duraba más de 20 minutos, luego de cruzar la Sexta Avenida con un periodista. Pero lo más curioso de aquel día fue la elección de la persona a quien llamaría: Joel Engel, director de los míticos laboratorios Bell de ATT que buscaban, al igual que la gente de Motorola, un celular funcional. “No le hizo mucha gracia”, recuerda.

Esta historia, que ha relatado una y otra vez, es la que contó a La Nación, el diario argentino que también le preguntó si a Cooper le gustan los celulares actuales, obteniendo esta increíble respuesta.

“No. Me parecen todos iguales, todos difíciles de usar. Cuando entro en un negocio de teléfonos los veo y todos tienen el mismo aspecto, todos hacen lo mismo. Me gustaría que fuera más como con los autos, donde tienes variedad de tamaños, colores, diseños y formatos, y puedes elegir varias de esas cosas antes de comprarlo”, comentó.

“Están tratando de que los celulares actuales hagan de todo, y cuando quieres hacer todo con una sola cosa ésta termina no siendo particularmente buena en nada. Yo pienso en un futuro de dispositivos muy especializados interconectados, que lleves una suerte de computadora central en el bolsillo y a eso se le conecten otros elementos, un auricular en la oreja, un sensor biométrico bajo la piel para monitorear tu salud, cosas así. Hace unos años mi esposa creó Jitterbug, un teléfono muy sencillo que sólo hace llamadas y manda mensajes, y es fácil de usar. Tiene unos 500 mil usuarios, la mayor parte es gente mayor”, añade.

Ahora Cooper se dedica a su empresa, Arraycomm, que se dedica a diseñar antenas de telefonía móvil que hagan un uso más eficiente del espectro radioeléctrico.