Un grupo de científicos logró trasplantar en seres humanos células que originaron nuevos folículos pilosos, un proceso que normalmente sólo ocurre en el cuerpo antes del nacimiento o después de sufrir lesiones, informaron hoy expertos del Centro Médico Universitario de Columbia (CUMC) en Proceedings.
Este método podría utilizarse algún día en pacientes que no tienen suficiente vello para llevar a cabo un transplante de pelo convencional, apuntaron los expertos.
En los roedores ya era posible desde hace tiempo reproducir células y transplantarlas de forma que después creciera nuevo pelo, explicó el equipo de la CUMC en Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS). Las células se extraen de la parte de los folículos pilosos que controla la formación y crecimiento del pelo.
Hasta ahora ese procedimiento había fracasado en seres humanos. Las células generadoras de pelo se habían transformado en células cutáneas normales durante el proceso de cultivo en el laboratorio, explicó una de las autoras del estudio, Colin Jahoda, de la Universidad británica de Durham.
DEBEN HACERSE MÁS PRUEBAS Sin embargo, un cultivo de células tridimensional logró ahora mantener la facultad generadora de pelo. Las células se multiplican en forma de gota, lo que corresponde con las condiciones naturales en el tejido humano.
Durante el estudio, este proceso se probó con células de siete donantes masculinos con problemas de caída de pelo. Pasados unos días, los científicos transplantaron las nuevas células en piel humana, que después fue trasplantada en las espaldas de ratones.
En cinco de los siete casos se generaron nuevos folículos pilosos en un plazo de seis semanas. Pruebas de ADN demostraron que eran de origen humano y que coincidían genéticamente con los donantes. Aun así, los científicos advierten que en parte se trataba sólo de pequeños pelos que a menudo no eran lo suficientemente fuertes como para atravesar todas las capas cutáneas.
Antes de que el procedimiento pueda probarse en seres humanos deben realizarse más test. Por ahora faltan datos sobre el color o la dirección de crecimiento del nuevo vello. También faltan investigaciones a largo plazo.