Un programa de espionaje de la Agencia Nacional de Seguridad de Estados Unidos conocido como Prism, para monitorizar el tráfico de Internet, ha generado indignación por su alcance indiscriminado.
El programa de Internet, que salió a la luz la semana pasada en documentos publicados por los diarios The Washington Post y The Guardian, permite a la Agencia Nacional de Seguridad (NSA por sus siglas en inglés) tener acceso a los flujos de datos de empresas estadounidenses (Facebook, Yahoo, Microsoft, Google y otras, algunas de las cuales apoyan una propuesta de transparencia) y apoderarse de correos electrónicos, chats de video, fotos y mucho más.
No se sabe cuánto se queda en poder del gobierno. James Clapper, director de Inteligencia Nacional, dice que se centra casi exclusivamente en blancos extranjeros, y las empresas de tecnología dicen que solo entregan la información requerida con una orden judicial. Así lo señaló hace poco Mark Zuckerberg al referirse al caso de Facebook.
Pero después de leer un documento judicial que se filtró la semana pasada y que permitió a la NSA revisar millones de registros telefónicos de estadounidenses, Trevor Timm de Electronic Frontier Foundation, dijo: La pregunta es el alcance que tienen las órdenes dadas a estas empresas.
EL ORIGEN PRISM nació a finales del gobierno del presidente George W. Bush, pero su linaje se remonta a las frenéticas secuelas de los atentados terroristas del 11 de setiembre de 2001.
Anteriormente, cuando el gobierno federal quería leer los correos electrónicos de un extranjero en Yahoo o Microsoft, se requería la aprobación de un juez. Después de los ataques, Bush autorizó en secreto a la Agencia Nacional de Seguridad para que obviara esa aprobación y pudiera leer cuentas de correo electrónico en tiempo real.
Cuando The New York Times reveló la existencia del programa, el gobierno de Bush apeló al Congreso argumentando que obtener la aprobación de un tribunal era demasiado arduo. Como había demasiados mensajes de correo electrónico para monitorear, obtener autorizaciones para cada uno de ellos tomaría demasiado tiempo.
En ciertos casos, el proceso para obtener una orden judicial se ralentiza, y en algunos casos puede obstaculizar los esfuerzos del gobierno para vigilar comunicaciones potencialmente vitales para la seguridad nacional, dijo Kenneth Wainstein, entonces el principal fiscal de seguridad nacional del Departamento de Justicia, en una comparecencia en 2007.
Así que, a veces, el gobierno revisará los correos electrónicos de los estadounidenses, pero no de forma intencionada.
Si se supervisa a algún extranjero posiblemente un estadounidense sea interceptado inadvertidamente, dijo Michael McConnell, entonces director de inteligencia nacional. El Congreso estuvo de acuerdo. No más órdenes. Con ello, nació PRISM.
PRISM EN ESCENA Ahora, el gobierno necesita explicar al Congreso y a un tribunal secreto cómo planea exactamente recopilar información, como correos electrónicos, videoconferencias de Skype y mensajes de Facebook. Y una vez que el tribunal apruebe las normas de recopilación de información, el gobierno podrá apoderarse de lo que quiera.
A juzgar por los documentos publicados por los diarios The Washington Post y The Guardian, Prism puede obtener una gran cantidad de datos y rápidamente.
Esto quiere decir que si un agente de inteligencia sospecha que un usuario cualquiera de los servicios de Internet puede estar involucrado terrorismo o ser un espía, podrá emplear el programa y acceder a toda la información privada contenida en cualquiera de estas plataformas online.
Un documento de la NSA dijo Prism era el programa de espionaje más utilizado por la agencia.