Si uno introduce las palabras real cyborgs (cyborgs reales) en Internet, probablemente se encontrará con una lista encabezada por Neil Harbisson, el que algunos consideran es el primer cyborg reconocido del mundo.

La razón es que en 2004, las autoridades británicas (Neil nació en Irlanda del Norte pero se crió en Cataluña) aceptaron que figurara en la foto de su pasaporte portando su ojo electrónico, que él dice considera parte de su cuerpo.

Harbisson nació con acromatopsia, lo que quiere decir que no puede identificar colores, y su vida transcurrió en blanco y negro hasta que un día hace diez años adoptó un ojo electrónico que le permite escuchar, por vía ósea, muchos más colores de los que el ojo humano es capaz de identificar.

El ojo que Neil porta consiste en un sensor de color acoplado en el extremo de una antena, que envía información a un chip instalado en su nuca, que transpone los colores en un sonido que él capta a través de sus huesos.

Gracias a esta tecnología ahora puede percibir no sólo una gran cantidad de gamas de color, sino que también capta rayos ultravioletas e infrarrojos, dotándole así de una visión sobrehumana.

Por ejemplo, cuenta que es capaz de escuchar 40 tipos diferentes de turquesas y 60 azules. Y aprovecha su don para pintar cuadros de colores intensos, reproduciendo pictóricamente discursos de Hitler o Martin Luther King.

Un día, recuerda durante una entrevista con BBC Mundo, notó que el cerebro y el software que emplea su ojo electrónico se fundieron, que empezó a soñar los sonidos del color, y fue ahí donde admite, entendió lo que singnificaba ser un cyborg.

ENTRE NOSOTROS Aunque a muchos les pueda sonar que los cyborgs son algo exclusivo de Hollywood o historias de ciencia ficción, casos como el de Neil existen y probablemente van a ser cada vez más frecuentes en un futuro.

En Reino Unido, por ejemplo, ya pueden verse a personas con amputaciones portando brazos, piernas y demás miembros biónicos, y dentro de no mucho no es de extrañar que veamos a personas parapléjicas caminando con exoesqueletos mecánicos.

DERECHOS CYBORG En 2010 Neil Harbisson y la coreógrafa Moon Ribas decidieron fundar la Fundación cyborg, para ayudar a aquellos que quieren incorporar tecnología en su cuerpo, defender los derechos de los cyborgs y difundir un movimiento social artístico bajo el nombre del cyborgismo.

Este año, la fundación dio que hablar cuando Cyborg Foundation, documental realizado por Rafael Duran Torrent, contando la historia de Harbisson y su organización, se hizo con el premio al mejor documental corto en el Festival de Sundance de Estados Unidos.

Según Neil, los cyborgs necesitan defender sus derechos y darse a conocer, ya que él mismo ha sufrido las consecuencias negativas de portar en su cuerpo elementos cibernéticos.

Por ejemplo, le han privado de entrar en algunos cines, al pensar que pretendía grabar la película y distribuirla en versión pirata. Lo mismo le ha sucedido en supermercados y en 2011, durante unas protestas en Barcelona, la policía le arrancó la antena pensando que había una cámara.

Otra misión de su fundación es ayudar a las personas interesadas a incorporar tecnología a su cuerpo, como sensores para percibir dónde está el norte, como hacen los tiburones, entradas de audio por los huesos, como el que tienen los delfines o aparatos para percibir el entorno en 360º.

A la fundación viene gente de todo tipo, explica Harbisson a BBC Mundo, desde niños a adolescentes que quieren usar la tecnología com parte de su cuerpo a personas muy mayores que están interesadas en recuperar algún sentido que han ido perdiendo y si puede ser extenderlo.

¿HOBREES Y SUPER-HOMBRES? Neil ha estado trabajando en un rpoyecto para desarrollar ojos electrónicos para ciegos en Ecuador. En lugar de traducir un menú del restaurante en braille, explica, puedes leerlo a través de vía osea. Este ojo electrónico puede servir para muchas cosas, no sólo para el color. Lo mismo estaría estundiando hacer con grupos de ciegos en Pernambuco, en Brasil.

Incrementar el poder de nuestros sentidos, y no sólo entre las personas con alguna discapacidad, afirma, nos permitirá percibir mejor la realidad y eso podría tener consecuencias muy positivas, para entender mejor cómo estamos y quienes somos.

Pero cuando se le pregunta si promover este tipo de tecnologías para incrementar nuestra percepción, no daría lugar a un mundo de super humanos frente a humanos de a pie incapaces de acceder a esta tecnología, Neil responde que la tecnología necesaria para convertirse en cyborg como la que ellos sugieren es sencilla y barata, asequible por no más de US$15.

Por otra parte, señala, las clases existen ahora y han existido siempre. El hecho de convertirse en cyborg no va a provocar ningún cambio. No va a crear un problema nuevo en el mundo.

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