El director nacional de Inteligencia, James Clapper, especificó anoche en un comunicado que el espionaje de comunicaciones digitales extranjeras se realiza con el conocimiento de las empresas de Internet implicadas.
El director de inteligencia, del que depende la Agencia Nacional de Inteligencia (NSA), quiso quitar hierro a las filtraciones de prensa sobre el programa PRISM, que permite vigilar comunicaciones digitales de nueve grandes proveedores de Internet en EE.UU.
Clapper llamó a PRISM un simple sistema gubernamental interno de computación destinado a supervisar datos que se pueden recopilar por mandato judicial.
Según el documento de tres páginas, el Congreso ha sido informado de este programa en 13 ocasiones desde 2009.
LAS EMPRESAS SABÍAN El comunicado niega que el Gobierno estadounidense obtenga unilateralmente datos de servidores de proveedores estadounidenses de comunicaciones y aseguró que esa información se obtiene tras consentimiento judicial y con el conocimiento de los proveedores.
Cuando se conocieron los detalles del programa PRISM, filtrados por The Guardian y Washington Post, las grandes empresas de Internet como Google o Facebook negaron el conocimiento de dichas solicitudes de cooperación de las autoridades federales y la apertura a los ojos de gobierno de sus servidores.
Pese a que por primera vez, Clapper afirma que el programa PRISM existe, reitera que la NSA limita sus actividades a los ciudadanos extranjeros y no espía dentro de territorio o a ciudadanos estadounidenses.
El director nacional de Inteligencia dice que PRISM no es una colección o explotación de datos no revelada, sino un sistema pensado para facilitar la vigilancia de datos en el extranjero tal y como autoriza el Congreso.