Aunque parezca parte del argumento de una película de ciencia ficción, es totalmente real. En España, ha nacido la Fundación Cyborg, una entidad que impulsa el uso de dispositivos cibernéticos no solo con fines médicos, sino para unirnos definitivamente a unas máquinas de las que ya dependemos.

La frase es de Neil Harbisson, un británico que fue el primer ciborg reconocido por un gobierno tras su lucha por aparecer en su foto de pasaporte con su eyeborg, un dispositivo que le permite percibir los colores ante una anomalía física, indica un reportaje publicado por el diario español La Vanguardia.

De acuerdo a la información, la Fundación Cyborg está “dedicada exclusivamente a convertir a los humanos en ciborgs”, que son seres formados por materia viva y dispositivos electrónicos, de acuerdo a la Real Academia Española de la Lengua.

Se trata de crear tecnología no como herramienta, sino como una aplicación del cuerpo, como una prótesis, declaró Harbisson, aunque él quiere que superen los fines médicos. Hay muchas personas que ya son ciborgs por razones médicas, afirma, y lo que él quiere es lograr que ser ciborg sea una opción personal a escoger.

Su fundación trabajará para ello en Mataró, Cataluña, donde instalará sus proyectos, como una biblioteca sobre ciborgs. No tiene fines de lucro y todos los beneficios se reinvertirán en ella, señaló. El proyecto se financiará mediante becas, subvenciones y premios.