La implementación de Muros de Pagos (Pay Wall) en España se ha convertido en uno de los principales modelos que ha ayudado a salvar el negocio de la Prensa. (Foto: Pexels)
La implementación de Muros de Pagos (Pay Wall) en España se ha convertido en uno de los principales modelos que ha ayudado a salvar el negocio de la Prensa. (Foto: Pexels)
Sergio Sicheri

No recuerdo si fue la primera vez. Para mi memoria sí lo fue. Había cubierto desde un amanecer frío limeño, en el mes de julio, durante toda esa mañana y algunas horas de la tarde un Mundial de olas gigantes en la playa , en Punta Hermosa. Había terminado el período de espera y el mar se había encargado de arrojar inmensos muros de agua. Uno de los más contentos era el surfista peruano , que incluso, se atrevió con la ayuda y el acercamiento de una moto de agua de alta gama a correr una de esas empinadas paredes de agua salada con un .

Cuando regresé a la redacción no sabía por dónde empezar. Entre mis apuntes, imágenes del único fotógrafo del Grupo (‘Kike’ Cúneo) que se metía al mar, a ese mar, empecé a condensar la información. Tenía que cerrar la que sería mi primera nota escrita, publicada en papel. Soy uno de esos periodistas que comenzó al revés. Practiqué en la página web del diario desde el 2006, luego me desempeñé como de hasta el 2009 y me tocó la hora de debutar en prensa escrita en y con ese Mundial de olas grandes. Curiosamente, entre comisiones audiovisuales previas… nunca me había llamado la atención el Surf. Pero esa cobertura, con ese tipo de olas, me abrazó y me hizo especializarme en ese deporte.

Quería graficarlo todo. Me faltaban palabras. Mi mente pensaba más en imágenes. Se me complicaba escribir. Todo fluyó cuando encontré un hilo conductor: “para correr ese tipo de olas debes estar loco”. Sobre todo, estar solo. Bueno, con tu tabla y en esas peligrosas aguas. Esa demencia desprotegida merecía un mejor espacio en el periódico. Pasaban las horas y cuando pensaba que ya había cerrado mi texto, recibía una llamada de mi editor que pedía cortarlo. Había ingresado publicidad en la página. Lo que más me dolía era rebanar el titular. Y cuando sentía que la historia ya estaba lista, para enviar a la imprenta, de nuevo me pedían cortarla.

Hasta la fecha así se pasan las horas en prensa. Con reorganización de la información a cada instante. En esos días de suerte te tocan espacios amplios donde tu historia puede transcurrir con facilidad. Y en los más complicados (casi siempre), tienes que convivir con los recortes de texto. Pero digital tampoco es un espacio fácil para el Periodismo. Del bueno, claro. Y en los últimos tiempos se dice que cambió el rumbo de la prensa.

En parte es verdad. No podemos ocultar que se implantó una nueva estrategia que para muchos es el diablo de las redacciones: el SEO. Aquellas acciones orientadas a mejorar el posicionamiento de un sitio web en el resultado de buscadores como Google.

A diferencia de los que piensan que el ha incendiado el talento, creo que el periodista de hoy no solo debe de conocer esta y otras técnicas para posicionar mejor su texto, sino que debe adquirir la capacidad de trabajar el contenido para distintas plataformas (videos, audios y fotos).

SEO no es solo escribir las palabras claves de izquierda a derecha, de arriba abajo, resaltar lo principal del texto con negritas y más. Además de toda la parte técnica, yo veo al SEO como una oportunidad para darle mayor alcance a un texto, a una noticia.

Estoy de acuerdo con aquellos que achacan que algunos contenidos se han robotizado solo para que el algoritmo de los posicione en las primeras búsquedas y así, les dé mayor alcance. Yo sigo defendiendo a los periodistas que han entendido que aún se puede hacer buen periodismo, con análisis, narrando historias (reales), contrastadas con fuentes, pero que además deben de contar con los conocimientos técnicos que hoy demanda el nuevo periodismo para posicionar mejor el contenido. no es sinónimo de un texto mal escrito. Desde mi punto de vista, no. Es más, te puede ayudar a llegar a otros mercados geográficos o ayudar a que la gente lea y se enganche durante más tiempo y a lo largo del tiempo, con tu trabajo.

La relación con Google en la redacción es como la de los socios de una empresa o la de un matrimonio en búsqueda de la felicidad. A veces no estamos de acuerdo, discutimos, peleamos, pero sabemos que podemos caminar de la mano. Para ello es clave que el Periodismo no pierda calidad. Se puede generar volumen (tráfico) con SEO, Redes y sus demás amigos y con buenos estándares periodísticos. Su uso (buen uso) no condiciona el fracaso. Todo depende del equipo. Sí, de los periodistas con los que cuenta el medio o la cultura que les imparte. Los anunciantes o empresas que consideran que deben de destinar dinero de Marketing en alguna marca periodística deben de saber la verdad, empaparse de estos temas y colocar sus fichas en marcas confiables. Con contenidos de calidad.

Además, el algoritmo de Google no es perfecto. Hace unas semanas cuando el ex presidente se quitó la vida, muchos medios informamos, redactamos la noticia, así como la repercusión de la misma. En la mayoría de los casos se utilizó la palabra “homicidio” y “muerte”. Una de las líneas de negocio de Google es trabajar con lo que ellos llaman y es esa venta de publicidad programática, es decir, aquellas campañas que ellos cargan en distintos sitios web del mundo que trabajan de la mano con ellos y que van de acuerdo con el público objetivo que les han solicitado. Para ello cuentan con políticas de seguridad que no son finas. Ese día su sistema identificó que se venía produciendo mucho contenido con esas palabras (homicidio y muerte) que para ellos están vetadas en un “sistema publicitario feliz”, que terminó por penalizar a los sitios que las utilizaron, dejándolos fuera del negocio durante unos días. Es decir, los bloqueó porque publicaron (según ellos) mucho contenido con palabras consideradas o catalogadas como inadecuadas. Las pérdidas fueron cuantiosas. De nuevo, los matrimonios no siempre son felices y por eso no es bueno depender ni en tráfico, ni en ingresos, de nuevos jugadores tecnológicos. Tampoco estoy del lado de los extremistas que no quieren aceptarlos.

Lo que ha salvado y salvará al periodismo a lo largo del tiempo es la calidad. Información fiable. Y en ese terreno, en los últimos tiempos las ha estado viendo verde el otro gran hermano americano digital: .

Para esa nota del Mundial de olas grandes en Pico Alto y muchas más, tuve que ordenar mi información, recurrir a mis fuentes y procesar todo antes de contar lo que había vivido ese día. En digital debe de ocurrir lo mismo. Pero en vienen naciendo distinto tipo de historias que son ficticias. Y como las redes tienen un alcance estrepitoso y al mismo tiempo, temible. Sus usuarios suelen caer rendidos ante la inmediatez de un mundo embriagado por compartir contenido sin analizarlo previamente, sin pensarlo. El dedo o el clic se ha vuelto más rápido que la mente.

Alguna vez escuché que es más difícil matar con una espada grande e impetuosa como ‘Garra’, la de de , que con una pistola. Con esta última, el quiebre del dedo o el jalado del gatillo no da tiempo a pensar y las emociones se vuelven más grandes que el acto físico. Al menos, el acto de cargar, desenfundar y levantar una espada pesada como esa, de acero valyrio, te permite pensar por unos segundos en el acto. En nos vienen metiendo constantes balazos. Sí, de noticias falsas, sin sentido.

Pero el Periodismo también depende mucho de ellos. No todos. Y si se habla del tráfico de una página web, lo ideal es que no sea más del quince por ciento. No pongamos todos los huevos en un nido que no es nuestro. Pero tampoco dejemos de explorarlo. Hay que ver la mejor forma de llevarnos bien con la empresa de y sobre todo de aprender sus buenas prácticas. Una de ellas es lograr calar y cada vez con más fuerza en el público joven. Como lo hacen con y que para los medios tradicionales es cada vez más difícil.

En Instagram más del ochenta por ciento de su audiencia ya no es solo de Estados Unidos, según fuentes propias de Facebook. Y donde, además, su principal público (de 18 a 29 años), que representa más del cincuenta por ciento, son consumidores de noticias.

Otro gran mito, que publiqué en su momento en de Twitter es que los Millenials no consumen medios tradicionales. “Que para los periódicos sea cada vez más difícil captarlos es otra cosa”. Y es bueno dejar por sentado que no debemos de creer en todas que leemos en Internet. La gran mayoría han sido manoseadas. El gran reto hoy es no taparnos los ojos ante técnicas como el SEO de Google, o de aprender de nuevos espacios como Facebook, pero llevando con pinzas solo las mejores prácticas a los medios.

En ese difícil proceso en el que se encuentra el Periodismo actual es que a veces cocinamos con cáscara, grasa y pellejo y se nos hace difícil quedarnos con la pulpa, la carne. El secreto es no marearnos y enfocarnos en que el Periodismo es uno solo. En realidad, siempre lo ha sido. Recoger, elaborar y procesar correctamente la información para luego difundirla a través de distintas plataformas sigue siendo el fin. Grandes marcas periodísticas como las del grupo (El Mundo, Marca, Expansión y Telva), han logrado un ebitda positivo donde los ingresos digitales representan casi el treinta por ciento. Pero han entendido, como también lo ha hecho el grupo español , que deben de moverse en el mundo digital con calidad. Desde acá apuntamos hacia el mismo camino.


Sergio Sicheri se desempeña como Jefe del Núcleo de Audiencias del Grupo El Comercio, es gerente general de (asesoría en imagen de marca y soluciones digitales). Cuenta con una maestría en Dirección de Marketing y Gestión Comercial en el EOI de España y la escuela de postgrado de la UPC. Ha dictado cursos de marketing digital en la universidad Mayor de Chile, la universidad Científica del Sur y en ISIL.


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