Javier Artigas supo convertir su enfermedad en un negocio exitoso. (Foto: Javier Artiaga)
Javier Artigas supo convertir su enfermedad en un negocio exitoso. (Foto: Javier Artiaga)
BBC News Mundo

El uruguayo Javier Artigas tenía una reunión de trabajo que no podía postergar, pero necesitaba realizarse una sesión de , así que contactó a un centro asistencial en la ciudad argentina a la que se dirigía para recibir la terapia a las 6.00 am.

Pero cuando llegó al lugar, no lo atendieron. Intentó hacer el tratamiento en otros hospitales, pero no lo logró.

Los problemas que tuvo Javier para poder realizarse una diálisis en el extranjero están en el origen de su historia. (Foto: Javier Artigas)
Los problemas que tuvo Javier para poder realizarse una diálisis en el extranjero están en el origen de su historia. (Foto: Javier Artigas)

"La situación se complicó más porque era un día feriado en Argentina. Finalmente, 12 horas después de la prevista para mi cita, un hospital se apiadó de mí y me atendió", le contó Artigas al programa de la BBC Outlook.

En el camino de regreso a Uruguay, Artigas empezó a pensar en la dificultad que enfrentan los pacientes renales para recibir diálisis si tienen que viajar. El problema no es solo encontrar un centro en el que puedan recibir el tratamiento, sino pagar por él.

Y fue así como surgió Connectus Medical, una aplicación que le permite a quienes necesitan diálisis organizar las sesiones que tienen que recibir en más de 150 países.

El infarto

El proyecto de Artigas empezó de una manera muy modesta.
Creó una página web muy sencilla para poner en contacto a los pacientes con enfermedades en el riñón con centros en los que pudieran recibir el tratamiento.

"El costo total fue de US$1.700. Pensé que mi iniciativa sería de utilidad para uruguayos en una situación similar a la mía", dice Artigas.

Pero un infarto al corazón permitió que su idea traspasara las fronteras de Uruguay.

La primera idea de Artigas fue una página web para conectar a enfermos renales. (Foto: ISTOK)
La primera idea de Artigas fue una página web para conectar a enfermos renales. (Foto: ISTOK)

Con el objetivo de generar ingresos, Artigas empezó a alquilar una habitación en su casa a través de Airbnb, la plataforma tecnológica que pone en contacto a quienes necesitan alojarse en una ciudad por un período corto de tiempo con los dueños de inmuebles dispuestos a recibirlos.

Uno de sus huéspedes fue el escritor argentinoHernán Casciari, quien dos días después de haber llegado a Motevideo, sufrió un infarto.
"Cuando eso ocurrió, mi esposa consiguió una escolta policial ylogró que Casciari llegara al hospital en 12 minutos (ese trayecto suele tomar 35 minutos). Y la rapidez con la que lo atendieron, le salvó la vida", cuenta Artigas.

El mensaje

Luego de recuperarse, el escritor argentino escribió un comentario acerca de lo ocurrido en el sitio de Airbnb. Y ese relato lo leyó Joe Gebbia, fundador de Airbnb.

"El 31 de diciembre de 2015 recibí un mensaje de Joe Gebbia, pero creí que era una broma. Era como si me hubiera contactado Mark Zuckerberg", cuenta Artigas.

Pero el mensaje resultó ser genuino.

El fundador de Airbnb le dio su apoyo a Artigas. (Foto: ARIBNB)
El fundador de Airbnb le dio su apoyo a Artigas. (Foto: ARIBNB)

Gebbia le dijo que quería viajar a Uruguay para conocerlo. Artigas pensó que se tomaría un tiempo para hacerlo, pero una hora después de ese primer contacto, Gebbia le dijo que ya tenía un pasaje. Llegó a Montevideo el 1 de enero de 2016.

"Se quedó con nosotros, leía en el jardín y estaba muy relajado. Me dijo que había venido para conocer mi historia de primera mano", recuerda Artigas.

Y continúa: "Al día siguiente me dijo que revisara mi computadora, que debía haber recibido un mensaje. Pensé que era el pago por su estadía, aunque no pensaba cobrarle. Pero lo que me enviaron fue un contrato para desarrollar Connectus Medical con su apoyo".

Y fue así como pacientes que necesitan diálisis empezaron a usar la aplicación para viajar habiendo organizado previamente las sesiones en su ciudad de destino.

"Cobramos una tarifa por coordinar todo lo necesario para la terapia. Ahora trabajamos con gente de todo el mundo", dice Artigas.
"Un cliente, por ejemplo, se fue a Santa Ana, en California, a ver un concierto de Cold Play y allá recibió su tratamiento. En este momento tenemos 640 usuarios aprovechando nuestros servicios… vamos creciendo poco a poco", concluyó.

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