¿Quién no se ha quedado alguna vez sin batería en el celular justo cuando debía enviar un mensaje para que le pasaran a recoger por el aeropuerto o para concretar los detalles de una cita importante?

Este tipo de apagones tecnológicos puede tener los días contados gracias a un grupo investigadores de la Universidad de California-Los Ángeles (UCLA, por sus siglas en inglés), que ha desarrollado una lámina transparente de doble capa que podría ser instalada en las pantallas de los teléfonos inteligentes y otras superficies para almacenar la energía proveniente del sol.

El dispositivo está compuesto por dos delgadas células solares de polímero que recogen la luz solar y la convierten en electricidad.

Según los investigadores, es más eficiente que dispositivos anteriores similares debido a que sus dos células absorben más luz e incorporan nuevos materiales que reducen la pérdida de energía.

Igual que los autobuses de dos pisos de Londres pueden llevar a más pasajeros, estas láminas de doble capa pueden absorber más fotones y por lo tanto producir más energía, le explicó a BBC Mundo Yang Yang, el profesor de ingeniería de la UCLA que dirigió la investigación.

Según Yang, mientras que el dispositivo fotovoltaico desarrollado en la UCLA en 2012 era capaz de convertir en electricidad el 4% de la energía solar que recibía, las nuevas células logran una tasa de conversión del 7,3%.

TAMBIÉN EN LOS EDIFICIOS Yang y sus colegas aseguran que las láminas pueden ser instaladas en las pantallas de los celulares sin comprometer la capacidad de los usuarios para ver a través de su superficie.

Pero no sólo pueden ser utilizadas en teléfonos, sino también en los cristales de los automóviles o de los edificios.

Muchos rascacielos de Nueva York tienen ventanas recubiertas de una lámina para bloquear la luz infrarroja y evitar que el sol caliente el edificio. Con nuestras células, esa luz infrarroja podría transformarse en electricidad, asegura Yang.

Las células se pueden producir en color gris claro, verde o marrón para que combinen con el diseño de diferentes construcciones y superficies.

Según Yang, por el momento las células no servirán para cargar al cien por cien un dispositivo móvil, aunque recuerda que muchas veces lo que necesitamos es un poco de batería extra para hacer una llamada o mandar un mensaje, lo que se podrá conseguir con estas células.

El profesor de ingeniería de la UCLA se muestra confiado en que a medida que avancen en el desarrollo del dispositivo, aumentará su capacidad de almacenar energía.

Además, Yang destaca que las células se puede producir en gran volumen a bajo coste y asegura que una compañía australiana ya se ha hecho con los derechos para fabricarlas.

Puede que pronto, el quedarse sin batería en el celular no sea más que una mala excusa.