Capturar un asteroide y ponerlo en órbita alrededor de la Luna para estudiarlo suena a ciencia ficción, pero la agencia espacial estadounidense (NASA) ya tiene localizados tres cuerpos celestes para esa misión que prevé completar en 2025.
Los nuevos detalles sobre este ambicioso proyecto los presentó esta semana el director de la NASA, Charles Bolden, a la Oficina de Naciones Unidas para el Espacio Exterior, en Viena, donde tuvo un encuentro con un reducido grupo de periodistas.
La NASA, aseguró, ya ha identificado tres posibles rocas espaciales que cumplen con los requisitos buscados: medir hasta 10 metros de diámetro, moverse de forma relativamente lenta y ser estable en su rotación.
El peso del asteroide que se pretende secuestrar sería de unas 500 toneladas métricas. En la tierra, el mayor avión de pasajeros del mundo, el Airbus A380, supera en poco esa masa.
UN PREMIO NOBEL Tiene que ser estable en sus rotaciones. El problema de los asteroides pequeños es que suelen ser muy inestables. Pero tenemos ya tres candidatos, declaró Bolden, sin precisar esa selección.
El proyecto consta de dos fases, una primera, la captura con una nave robot del asteroide, a partir de 2017, y una segunda, enviar astronautas a ese cuerpo astral cuando esté en órbita alrededor de la Luna en 2025.
La misión necesitaría entre un año y 18 meses para arrastrar la roca espacial hasta la órbita de la Luna, donde la gravedad del satélite terrestre la atraparía y comenzaría a orbitar a su alrededor de forma estable durante un siglo, explicó.
Hacer esto es materia propia de un premio Nobel, dijo el responsable de la NASA.
Si lo ponemos alrededor de la luna tendremos un siglo para que la humanidad decida qué hacer con el asteroide, indicó.
UN DESAFÍO LEGAL Esta misión representa todo un desafío, para empezar, por el desarrollo de la tecnología que la debe de hacer posible y para la que ya se han destinado en el presupuesto de EE.UU. de 2014 unos primeros 105 millones de dólares.
Bolden aseguró que ha mantenido consultas con Naciones Unidas y con varios países para discutir la situación legal y los derechos sobre el uso y la propiedad del asteroide cuando se ponga en órbita alrededor de la Luna.
El tratado internacional de Naciones Unidas sobre el Espacio Exterior prohíbe de forma explícita que un Estado pueda reclamar la propiedad sobre un cuerpo celeste, ya que se los define como patrimonio común de la humanidad.