Una investigación publicada esta semana en las Actas de la Academia Nacional de Ciencias (PNAS) de Estados Unidos da cuenta de un descubrimiento que puede revolucionar los estudios sobre óptica: se trata de un “ojo artificial” inspirado nada menos que en los ojos de la mosca Drosophila (más conocida como la mosca de la fruta).

Los investigadores diseñaron un ojo (llamado CurvACE) compuesto de tres capas de lentes microscópicos que permiten captar sin distorsiones una visión panorámica con una alta definición.

Los ojos de estas moscas, al igual que los de otros artrópodos, se basan en múltiples imágenes que permiten seguir movimientos mínimos. Además, estos ofrecen una profundidad de campo mayor que la del ojo humano o una cámara digital.

El ojo artificial inventado por investigadores de la escuela politécnica de Lausana, en Suiza, y el Instituto de Ciencias del Movimiento del Centro Nacional de Investigación Científica, en Francia, tiene también una antena sensible a la luz que imita los circuitos neuronales de la mosca, y una placa de circuito flexible para programar la forma en la que las señales luminosas serán tratadas.