La impresión 3D no solo es una tecnología que permite crear armas o accesorios. Esta ya ha demostrado que es posible mejorar la vida de la gente. Ese es el caso de Leon McCarthy, cuyo padre Paul fue capaz de imprimirle una prótesis de bajo costo.

El pequeño había nacido sin dedos en la mano derecha y Paul buscó durante mucho tiempo una forma de ayudarlo. Sin embargo, el dinero era un problema hasta que descubrió la magia de la impresión 3D.

Paul invirtió dos mil dólares en la impresora y diez más en los materiales con los que, basándose en un modelo del inventor Ivan Owen que encontró en Internet, pudo fabricar la prótesis.