NATALIA PÉREZ CASTELLANOS El Comercio
Un estudio publicado en la revista Proceedings of the Royal Society B señala que la población original de perros en el continente americano tiene su origen en Asia. Agrega que esta se ha mantenido intacta pese a la colonización europea ocurrida a fines del siglo XV.
La investigación del Instituto Real de Tecnología de Suecia se basó en el análisis genético de razas de perros americanos, incluido el perro sin pelo peruano, los chihuahuas y perros de trineo del Ártico. Estos fueron comparados con el ADN mitocondrial de perros asiáticos y europeos.
Además de ello, los investigadores compararon muestras genéticas arqueológicas de los primeros canes que poblaron el continente.
El estudio del genoma de fósiles caninos americanos arrojó una alta similitud con las razas autóctonas actuales.
Paralelamente, los canes guardaban menos del 30% de vínculos genéticos con razas europeas y tenían lazos más cercanos con las razas asiáticas.
“Nuestros resultados confirman que con la llegada de los europeos las razas indígenas mantuvieron su linaje asiático hasta la actualidad”, sugiere Peter Savolainen, investigador en genética y autor del estudio.
MIGRACIÓN A AMÉRICA La investigación debatía la idea de que los primeros conquistadores habían llegado junto a sus canes, de razas europeas y tras someter a los pueblos indígenas, los perros originarios desaparecieron junto con la cultura a la que pertenecían. La razón sería que no había nadie quien cuidara de estas mascotas.
No obstante, con los patrones de similitud encontrados se dio mayor peso a la teoría de poblamiento canino al continente americano junto con los humanos a través del estrecho de Bering. Así lo revela el fósil más antiguo de perro domesticado de hace 10.000 años, que fue hallado en una cueva de Hinds en Texas (EE.UU.).
PERRO MILENARIO Lizardo Talavera, arqueólogo y miembro de la Asociación Amigos de los Perros Sin Pelo, afirma que el antecesor del perro peruano ya habitaba por nuestro territorio cerca del final del período paleolítico. “Las evidencias del can más antiguo en el Perú están en Paracas. El esqueleto corresponde a un perro con pelo de hace 7.000 años”, indicó a El Comercio.
Luego, producto de una evolución fenotípica [rasgos característicos] en el tiempo, la raza sin pelo peruana propiamente dicha se acopló más a la cultura andina hacia el 400 d.C. Esa prueba se refleja en los huacos de la cultura Mochica.
“Si bien este estudio ha dado lugar a nuevas hipótesis sobre la antigüedad y condiciones que influyeron en el origen de las razas indígenas, se debe resaltar la importancia de la conservación de los canes originarios por ser piezas claves en el entendimiento de nuestra historia”, concluye el experto.