PAMELA MONTES ITURRIZAGA El Comercio

Ante el aumento de la población de la tercera edad en Alemania, científicos encontraron una creativa herramienta de empatía. El traje Age Man ayuda a los estudiantes de Medicina a sentir las dificultades motoras que enfrenta cada día un anciano.

La doctora Rachel Eckardt, del Centro Evangélico de Geriatría (EGZB) de Berlín, y la empresa Meyer-Hentschel Institute, especializada en productos para personas mayores de 60 años, acaban de presentar Age Man. El nombre, que bien podría sentarle a un superhéroe es en realidad un traje que permite a los futuros médicos saber lo que se siente al envejecer.

“En lugar de una presentación de Power Point, esta es la mejor manera de darles una idea real de lo que es ser anciano, es decir, de 75 años en adelante. Y solo una vez que tengamos su empatía, podemos realmente hacer que los estudiantes se interesen completamente en las personas mayores como pacientes”, indicó Eckardt a The Guardian.

El traje Age Man pesa 10 kilos y, junto al volumen, su diseño le ofrece al usuario la difícil experiencia de caminar, de sentir debilidad muscular y la imposibilidad de realizar movimientos rápidos. Realizar flexiones supone un riesgo de vuelco, y agacharse a recoger una moneda del suelo sería imposible.

Sin embargo, está la salvedad de que en la vida práctica de un anciano, estas trabas serían llevaderas si no tuvieran que soportar en forma permanente dolores articulares u óseos.

Además del mameluco de aspecto futurista, la indumentaria incluye unos guantes para sentir la poca flexibilidad en los dedos y la menor precisión que los ancianos tienen para tomar objetos. El complemento final es una especie de escafandra para experimentar la disminución de las capacidades auditiva y visual.

El dispositivo que recubre la cabeza y cara del participante contiene unos auriculares que aíslan parcialmente el sonido exterior, brindando no solo menos audición, sino también poco sentido de la orientación. Mientras que una visera de color amarillo ofrece visión borrosa y una disminución de la agudeza para distinguir texturas y volúmenes.

El experimento del EGZB pretende anticiparse a la necesidad futura de contar con más médicos geriatras empáticos, debido al acelerado aumento de la población de la tercera edad.

Alemania es uno de los países, junto a Japón y Mónaco, con la mayor tasa de ancianos. Se estima que para el 2030 el 26% de la población supere los 65 años.

El instituto alemán anunció que su traje Age Man también estará a disposición de los fabricantes en el sector de los electrodomésticos y la industria gastronómica.