“Incluso aunque no tenga cabeza, puedes decir qué animal es”. Investigadores del laboratorio de biorrobótica (Biorob) de la Ecole Polytechnique Fédérale de Lausanne (EPFL) han desarrollado un robot que, según explican, reproduce “fielmente” la morfología de un felino, “un gato o un cachorro de guepardo”, explican en una investigación que publican en el último número de la revista International Journal of Robotics Research. Su objetivo: enriquecer la investigación en biomecánica, sobre todo en lo que se refiere a las patas, que siempre es uno de los puntos débiles en el diseño de robots morfológicamente inspirados en animales o humanos. La idea es que este tipo de robots sea usado en misiones de recate o exploraciones.
Se trata del prototpo de un pequeño robot cuadrúpedo y, según los investigadores, es el más rápido de su categoría (con menos de 30 kilos). Durante las pruebas, el robot corrió haste siete veces la longitud de su cuerpo en un segundo. Aunque no es tan ágil como un gato real, tiene un “excelente estabilidad”, dicen sus creadores, e incluso es capaz de dar pequeños pasos arrítmicos, como a veces hacen los animales cuando se encuentran un obstáculo. “Además, es extremadamente ligero, compacto, robusto y puede ser fácilmente ensamblado con materiales que son muy baratos y están fácilmente disponibles”.
Las patas del robot son su secreto. Con tres segmentos en cada una de ellas, sus proporciones son las mismas que en un gato. Los tendones son sustituidos por muelles, y unos pequeños motores que convierten la energía en movimiento han sido usados para reemplazar los músculos. “Esta morfología otorga al robot las mismas propiedades mecánicas de las que goza el gato, es decir, una marcada habilidad para correr, y una enorme elasticidad para asegurar la estabilidad”, dice Alexander Sprowitz, científico de Biorob, lo que significa que este robot es “por naturaleza, más autónomo”.