EL COMERCIO
La saga Rápidos y furiosos (Fast and Furious) se ha convertido en clásico moderno para los fanáticos de las carreras de autos y la velocidad. Luego del estreno de la sexta entrega de la saga, también aparece en el mercado la versión para videojuegos. El resultado es el mismo que en la mayoría de presentaciones basadas en una película, no vale la pena.
Fast Furious Showdown es un juego desarrollado por la empresa Activision y llegó al mercado el 21 de mayo como una estrategia de ventas por la versión en celuloide, pero se trata del peor juego evaluado en este espacio.
La historia se basa en partes de la película, en su mayoría se realizarán misiones en carreras ilegales. Hay persecuciones, asaltos en movimiento y escapes de la policía.
El problema radica en la física del juego y la pobre inteligencia artificial de los otros autos; por ejemplo, los policiales se siguen de frente sin frenar o chocar. No existe reto. Tampoco ofrece sensaciones diversas de acuerdo con el tipo de auto que se conduce. Es sorprendente la baja calidad gráfica que se puede confundir como un juego de Play Station 2 por la falta de detalles en el escenario, los autos y las sombras.
CALIFICACIÓN Fast Furious Showdown deja mucho que desear en todo aspecto. Las acciones que permite son monótonas y limitadas. El jugador se aburrirá a los pocos minutos de juego, pero lo peor es la calidad gráfica, comparable con presentaciones de la anterior generación de consolas. No lo recomendamos.