¿Por qué nuestros antepasados se perforaban el cráneo?
¿Por qué nuestros antepasados se perforaban el cráneo?

Durante una gran parte de la prehistoria humana, en todas partes del mundo se practicaba la trepanación: un procedimiento quirúrgico que consiste en hacer un agujero en el cráneo de una persona viva, ya sea por perforación, corte o raspado de las capas de hueso con un instrumento afilado.

Pero a pesar de su aparente importancia, los científicos todavía no están completamente de acuerdo sobre por qué nuestros antepasados realizaban la trepanación.

Registros antropológicos de trepanaciones del siglo XX en África y Polinesia sugieren que, en estos casos por lo menos, la trepanación se realizó para tratar el dolor; por ejemplo, causado por un traumatismo en el cráneo o una enfermedad neurológica.

Pero además de ser utilizado para el tratamiento de condiciones médicas, los investigadores han sospechado durante mucho tiempo que los antiguos humanos trepanaban por una razón muy diferente: como parte de un ritual.

-¿Medicina o iniciación?-

La evidencia más temprana de la trepanación data de hace aproximadamente 7.000 años. Se practicaba en lugares tan diversos como la antigua Grecia, América del Norte y del Sur, el lejano Oriente, África y Polinesia. En estos dos últimos lugares hay evidencia de que estuvo en uso hasta comienzos del siglo XX.

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Esta pintura del siglo XIV muestra a una persona en la que se está practicando una trepanación. (Foto: SCIENCE PHOTO LIBRARY)

Desde que los primeros estudios científicos sobre la trepanación se publicaron en el siglo XIX, los estudiosos han estado debatiendo si nuestros antepasados también realizaban las trepanaciones para permitir el paso de los espíritus dentro o fuera del cuerpo, o como parte de un rito de iniciación.

Sin embargo, es casi imposible descartar completamente la posibilidad de una trepanación realizada por razones médicas, debido a que algunas enfermedades cerebrales no dejan huella en el cráneo.

Aun así, en un pequeño rincón arqueológico en Rusia han aparecido algunas de las mejores pruebas de la trepanación ritual.

-El misterio ruso-

La historia comienza en 1997. Los arqueólogos estaban excavando un lugar de enterramiento prehistórico cerca de la ciudad de Rostov del Don, en el extremo sur de Rusia, cerca de la parte norte del Mar Negro.

El sitio contenía los restos óseos de 35 personas, distribuidas en 20 tumbas separadas.

En base al estilo de los enterramientos, los arqueólogos sabían que databan de entre aproximadamente 5.000 y 3.000 años a.C., un período conocido como Edad del Cobre.

Una de las tumbas contenía los esqueletos de cinco adultos -dos mujeres y tres hombres-, junto con un bebe de entre uno y dos años y una niña en su adolescencia.

Las mujeres, dos de los hombres y la adolescente habían sido sometidos a trepanaciones.

La tarea de analizar el contenido de la tumba recayó en Elena Batieva, actualmente antropóloga en la Universidad Federal del Sur en Rostov del Don. Fue ella quien se percató de que las trepanaciones eran inusuales.

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Esta herramienta para agujerear el cráneo se usó en Alemania en el siglo XVIII. (Foto: SCIENCE PHOTO LIBRARY)

Todas habían sido hechas casi exactamente en el mismo lugar: un punto en el cráneo llamado obelión. Está en la parte superior del cráneo y hacia atrás, más o menos donde se recoge una cola de caballo alta.

Menos del 1% de todas las trepanaciones registradas se hicieron por encima del punto obelión. Claramente, encontrar una sola trepanación en el obelión es notable. Pero Batieva estaba examinando cinco, todas de personas enterradas en la misma tumba. Era, y es, algo sin precedentes.

-Posibilidades intrigantes-

Hay una buena razón por la cual la trepanación en el obelión es poco común: es muy peligrosa.

El punto obelión está situado directamente encima del seno sagital superior, donde la sangre desde el cerebro se concentra antes de desembocar en las venas salientes principales. Abrir el cráneo en esta ubicación puede provocar una hemorragia grave y la muerte.

Sin embargo, ninguno de los cráneos mostraba signos de haber sufrido alguna lesión o enfermedad, antes o después de la trepanación.

En otras palabras, parecía como si todas estas personas hubieran sido trepanadas mientras estaban completamente sanas. ¿Era evidencia de algún tipo de ritual? Era una posibilidad intrigante.

Batieva decidió buscar a través de los registros arqueológicos inéditos de Rusia, y sorprendentemente detectó dos mujeres jóvenes con trepanaciones en el obelión que se habían descubierto años antes: una en 1980 y otra en 1992.

Esto le dio a Batieva un total de ocho cráneos inusuales, todos agrupados en una pequeña región del sur de Rusia y, potencialmente, todos de la misma edad.

-Transformaciones rituales-

En el 2011, un equipo internacional de arqueólogos estaba analizando 137 esqueletos humanos, excavados de tres sitios separados de enterramientos de la Edad del Cobre cerca de la frontera con Georgia, cuando hallaron varios casos de trepanación.

Cuatro cráneos no mostraban ningún signo de daño o enfermedad y habían sido trepanados exactamente por encima del punto obelión.

Por casualidad uno de los investigadores -Julia Gresky, una antropóloga alemana- ya había leído el artículo de Batieva sobre las trepanaciones inusuales de la región de Rostov del Don.

Ahora Gresky, Batieva y otros arqueólogos se han unido para describir las 12 trepanaciones en el obelión del sur de Rusia. Su estudio fue publicado en abril del 2016, en el "American Journal of Physical Anthropology".

Los 12 cráneos habrían sido notables descubrimientos dondequiera que se hubieran encontrado. Pero el hecho de que todos ellos fueron descubiertos en la misma pequeña esquina de Rusia significa que había una conexión probable.

Gresky, Bateiva y sus colegas argumentan que, si bien esta idea es difícil de probar, es posible que el sur de Rusia haya sido un centro de trepanación ritual.

María Mednikova, de la Academia Rusa de Ciencias en Moscú y experta en trepanación, cree que las trepanaciones en áreas específicas y peligrosas del cráneo pueden haber se llevado a cabo para lograr "transformaciones" de algún tipo.

Ella sugiere que al trepanar en estos lugares la gente pensaba que podían adquirir habilidades únicas que los miembros comunes de la sociedad no tenían.

-Diferentes tasas de supervivencia-

Uno de los 12 cráneos pertenecía a una mujer menor de 25 años, que había sido enterrada en uno de los sitios cerca de Rostov del Don. No mostró signos de curación, lo que sugiere que murió durante su trepanación o poco después.

Otros parecen haber sobrevivido a las operaciones. Sus cráneos mostraron curación en el hueso alrededor de los bordes de los orificios de trepanación -aunque el hueso no sanó completamente alrededor de los orificios.

Tres de los 12 cráneos -dos de mujeres de entre 20 y 35 años y una persona de entre 50 y 70 años cuyo sexo no se pudo determinar- mostraron solo leves signos de cicatrización alrededor del agujero de trepanación, lo que sugiere que sus propietarios solo sobrevivieron entre dos y ocho semanas después de la operación.

Los otros ocho cráneos mostraron una curación más avanzada. Estos individuos probablemente sobrevivieron durante al menos cuatro años después de sus operaciones.

Todavía es posible que estas 12 personas sufrieran de enfermedades o lesiones en la cabeza. En ese caso, la operación de trepanación puede haber funcionado por lo menos para ocho de ellos.

Pero también es posible que Batieva y sus colegas estén en lo cierto, y que estas personas fueran trepanadas con un propósito ritual.

Si eso es verdad, solo podemos tratar de imaginar qué beneficios recibieron a cambio -o creyeron haber recibido- por la vida que les restó.

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