El cohete 'Long March 5B' se ha vuelto una preocupación para El Pentágono de Estados Unidos, mientras que China minimiza las consecuencias de su retorno sin control a la Tierra. (Foto: STR/ AFP)
El cohete 'Long March 5B' se ha vuelto una preocupación para El Pentágono de Estados Unidos, mientras que China minimiza las consecuencias de su retorno sin control a la Tierra. (Foto: STR/ AFP)
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Redacción EC

La caída de restos del cohete chino que lanzó el núcleo de su futura estación espacial, consumada sin daños este 9 de mayo sobre el Índico, ha enconado el debate sobre los desechos espaciales.

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El administrador de la NASA, el senador Bill Nelson, dijo en una declaración al respecto que “está claro que China no está cumpliendo con los estándares responsables con respecto a sus desechos espaciales”, horas antes de la caída en la Tierra de restos del cohete, y tras días de acusaciones de que el proceso estaba fuera de control y sin transparencia informativa.

“Las naciones con viajes espaciales deben minimizar los riesgos para las personas y los bienes en la Tierra de la reentrada de objetos espaciales y maximizar la transparencia con respecto a esas operaciones”, declaró Nelson.

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Para el administrador de la NASA, “es fundamental que China y todas las naciones y entidades comerciales con viajes espaciales actúen de manera responsable y transparente en el espacio para garantizar la seguridad, la estabilidad y la sostenibilidad a largo plazo de las actividades en el espacio exterior”.

En respuesta, el periódico Global Times -propiedad del órgano oficial del Partido Comunista Chino, Diario del Pueblo- publicó un editorial este 10 de mayo, en el que afirma que la reentrada en la atmósfera “es una forma común global de lidiar con los escombros de los cohetes, practicada por todas las potencias espaciales, incluido el propio Estados Unidos”, que el episodio de su último cohete Larga Marcha 5 ha sido objeto de una “exageración descarada”, y que todo procede de “personas celosas del rápido progreso de China en la tecnología espacial”.

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El editorial resalta que “no hay evidencia que demuestre que los puntos de aterrizaje de los restos de cohetes estadounidenses sean más controlables en comparación con los de China”.

A menos que un cohete se recicle por completo después de su lanzamiento, siempre habrá algunos factores incontrolables, agrega Global Times, que recuerda que durante los casi 60 años de actividades espaciales, la caída calculada de restos de cohetes no ha causado víctimas hasta ahora. “Además, los riesgos de caída de escombros de cohetes son los mismos, sin importar de quién sea el cohete. Es seriamente antiintelectual afirmar que los restos de cohetes de China son especialmente peligrosos”, zanja.

Gráfico: AFP.
Gráfico: AFP.

El reingreso

Los escombros del cohete portador Larga Marcha-5B Y2 de China volvieron a entrar en la atmósfera de la Tierra a las 02H24 UTC (21H21 en el Perú del sábado) del 9 de mayo y la mayoría de las partes se quemaron durante el proceso, dijo la Agencia Espacial Tripulada de China (CMSA). La ubicación de la reentrada fue 72,47 grados de longitud este y 2,65 grados de latitud norte, lo que indica algún lugar en el Mar Arábigo al oeste de las Maldivas.

La mayor parte de este segmento se desintegró y quedó destruida al entrar en la atmósfera, precisó.

El Comando Espacial estadounidense indicó en un comunicado que el cohete “entró sobre la península Arábiga a alrededor de las 02H15 GMT (21H15 en el Perú del sábado) del domingo”.

“No se sabe si los restos han caído en tierra o en agua”, agregó.

Las autoridades chinas habían afirmado que la vuelta fuera de control del segmento del cohete Larga Marcha 5B, que puso en órbita el primer módulo de su estación espacial el 29 de abril, presentaba poco peligro.

Space-Track, la red de vigilancia espacial de Estados Unidos, basándose en datos militares estadounidenses, también confirmó la entrada en la atmósfera.

Esta foto tomada el 29 de abril de 2021 muestra al cohete Long March 5B que transporta el módulo central de la estación espacial Tianhe de China, despegando del Centro de Lanzamiento Espacial Wenchang, en la provincia de Hainan. (Foto: AFP).
Esta foto tomada el 29 de abril de 2021 muestra al cohete Long March 5B que transporta el módulo central de la estación espacial Tianhe de China, despegando del Centro de Lanzamiento Espacial Wenchang, en la provincia de Hainan. (Foto: AFP).
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“Todos los que siguen el regreso de #LargaMarcha5B pueden relajarse. El cohete ha caído”, tuiteó Space Track.

La caída del segmento corresponde a las previsiones de algunos expertos que decían que había muchas probabilidades de que cayera en el mar porque el planeta está formado por un 70% de agua

¿Imprudencia?

“La probabilidad de causar daños a las actividades aéreas o (a las personas, construcciones) en tierra es extremadamente baja”, había afirmado la semana pasada Wang Wenbin, un portavoz del ministerio chino de Relaciones Exteriores.

El secretario de Defensa estadounidense, Lloyd Austin, aseguró esta semana que su país no tenía ninguna intención de destruir el cohete.

Sin embargo, Austin insinuó que China no planificó con suficiente cuidado su lanzamiento.

En 2020, desechos de otro cohete Larga Marcha se estrellaron sobre aldeas de Costa de Marfil, provocando daños, pero sin dejar heridos.

Imagen del reingreso de un segmento del cohete. (Foto:Gianluca Masi / Virtual Telescope Project)
Imagen del reingreso de un segmento del cohete. (Foto:Gianluca Masi / Virtual Telescope Project)

El laboratorio espacial Tiangong-1 se desintegró al reingresar a la atmósfera en 2018, dos años después de dejar de funcionar, aunque las autoridades chinas negaron haber perdido el control de la nave.

Para evitar que se repita esta situación, los expertos han recomendado un rediseño del cohete Larga Marcha 5B, que carece de la capacidad de controlar su descenso desde la órbita.

“Una entrada (en la atmósfera) sobre el océano siempre ha sido estadísticamente lo más probable”, tuiteó Jonathan McDowell, un astrónomo de Harvard.

“Parece que China ha ganado su apuesta (salvo que tengamos noticias de partes caídas en Maldivas). Pero aún así fue imprudente”, dijo.

“El hecho de que una tonelada de trozos metálicos caiga sobre la Tierra a cientos de km/h no es una buena práctica, y China debería revisar el diseño de las misiones Larga Marcha 5B para evitar esto”, agregó.

China ha invertido desde hace varias décadas miles de millones de dólares en su programa espacial.

El país asiático puso en órbita el 29 de abril el primer módulo de su estación espacial, gracias al cohete portador Larga Marcha 5B, el más potente e imponente lanzador chino.

El gigante asiático envió a su primer astronauta al espacio en 2003. Una sonda china se posó en el lado oculto de la Luna en 2019, una primicia mundial.

El año pasado, trajo muestras de la Luna y terminó Beidu, su sistema de navegación por satélite (competidor del GPS estadounidense).

Y en las próximas semanas, China prevé posar un pequeño robot con ruedas en Marte. Además, la agencia espacial china anunció su intención de construir una base lunar con Rusia.

Agencias

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