COP20: ¿Lima está preparada para albergar esta gran cita?
COP20: ¿Lima está preparada para albergar esta gran cita?
Redacción EC

MARTHA MEIER M.Q.
Editora central

La Conferencia de las Partes de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre Cambio Climático, COP-20, será  en Lima, del 1 al 12 de diciembre. Los ojos del mundo nos miran.
 
A la Cámara de Comercio de Lima (CCL) le preocupa que la organización no esté bien encarrilada. Y es que la cita congregará a más de 20 mil delegados, entre presidentes, ministros, empresarios y científicos de más de 190 países. No estamos para improvisaciones ni para perder la oportunidad de lucirnos ante el mundo.
 
Eficientes
Lima, lo mencionamos en una nota anterior, tiene  posibilidades de convertirse en lo que los sociólogos urbanos llaman ciudad Alfa. Una urbe como Londres, Nueva York, París o Tokio, creadora de tendencias, globalmente atractiva como centro económico, turístico y cultural. Pero la Lima Alfa será posible solo cuando nuestras autoridades abracen la eficiencia y apuren su perezoso paso.
 
Es evidente el desfase entre el lento andar de los gobiernos (central, regional y local) y el ritmo acelerado y  eficiente del ámbito empresarial. La organización de la COP-20 requiere planificación, innovación, competitividad, creatividad y eficiencia. Algo que no muestran los organizadores ni los anfitriones, es decir el Ministerio del Ambiente, Minam, y la Municipalidad de Lima.
 
¿Quién trabaja?
El Minam -cartera de Manuel Pulgar- habla de un grupo multisectorial que ya se reunió seis veces para ver temas de transporte, alojamiento, seguridad, visas, salud, y más. Otros cuatro equipos están a cargo de la organización, logística, comunicaciones, etc. Minam afirma trabajar “activamente para organizar la COP 20 [porque] tenemos el presupuesto” (unos S/.175 millones, desembolsados por el Economía y Finanzas). Veremos.
 
Aló ¿Lima?
Mientras tanto ¿cuál es el gesto dado por la alcaldesa de la ciudad anfitriona? ¿Qué hace para reducir la huella de carbono de Lima? Nada.
 
Susana Villarán no parece animada con la cumbre mundial. No vemos programas de forestación, campañas con los vecinos, alianzas con las empresas eléctricas para repartir material sobre ahorro energético y reducción de huella ecológica, entre otras.
 
El ejemplo Bloomberg
Michael Bloomberg fue alcalde de Nueva York durante  tres periodos y logró que esa megalópolis fuera más amigable con el ambiente. Demostró que localmente puede avanzarse más que desde el gobierno. Ahora el Secretario General de Naciones Unidas, Ban Ki-moon, lo ha nombrado “enviado especial para las Ciudades y el Cambio Climático”, y este asesora sus conversaciones con los alcaldes del mundo para luchar contra el cambio climático.
 
Durante su gestión, Bloomberg logró reducir casi 20%  las emisiones de gases efecto invernadero.¿Su estrategia?, más zonas peatonales, más seguridad, más carriles para bicicletas, incentivos para que los taxistas utilicen vehículos híbridos y que los constructores apuesten por infraestructura energéticamente eficiente.
 
En esas debería estar la alcaldesa, mientras el ministro tendría abocarse a la COP-20, una reunión de trascendencia planetaria, como pocas.

PNUD: el cambio que viene
El Programa Naciones Unidos de Desarrollo, PNUD, ha publicado el “Informe sobre Desarrollo Humano 2013 para el Perú”. Se trata de “uno de los productos emblemáticos”, que esperan convertir en “el resultado de un esfuerzo compartido con las instituciones del gobierno, de la sociedad civil y del sector empresarial”..

El Informe incorpora la variable del cambio climático y cómo  impactará sobre los avances, los planes y proyectos para el desarrollo humano. Esto en el afán de que el tema se incorpore en la “agenda del debate nacional como clave para los destinos del país”.

El cambio climático ya afecta a la población, a la propiedad, a las actividades económicas, la infraestructura y los ecosistemas.

“Las crisis climáticas –alerta PNUD- tienen la capacidad de erosionar o destruir las bases de sustento y capacidades de los más pobres, con el riesgo de lanzarlos a una espiral descendente  que se transmite a las generaciones siguientes”.

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