Elmer Huerta

, se registran 28′656.748 casos de , de los cuales 21′501.890 están cerrados por el sistema médico y 7′154.858 son aún casos activos. En esos casos cerrados se incluyen a 919.706 personas fallecidas, lo que indica un 4% de letalidad, y 20′582.184 que se han recuperado, lo que representa el 96% del total. Por su parte, los casos activos o con infección activa al momento incluyen 7′093.963 casos leves (es decir, 99% del total) y 60.895 casos graves, o sea, el 1% de los casos activos.

Dejando de lado los abrumadores números absolutos, es importante darse cuenta de que el 96% de se recuperan y el 99% de todos los casos son leves o moderados. Asumiendo que los casos graves están, sin duda, hospitalizados, debemos aceptar que los casos leves se están manejando en la casa.

Pero lo más importante es si usted sabe cómo manejar el COVID-19 en casa. ¿Sabría usted cómo actuar si mañana amanece con fiebre, dolor de garganta y su médico ?

—Control del pánico—

Lo primero que debe hacer es evitar el pánico y saber que la enfermedad se puede manejar en casa. Recordemos que el 99% de los casos son leves o moderados y el 96% de los infectados se recuperan.

Lo segundo, como lo mencionamos en el artículo anterior, es que –al ser causada por un virus– la enfermedad no tiene tratamiento específico. Es decir, no existe medicamento que pueda desaparecer inmediatamente al virus. Todas las medicinas que se usan son solo para controlar los síntomas.

Lo tercero es que, estando en casa, debe aprender a reconocer los síntomas que indican que su enfermedad se está agravando, para ser hospitalizado y recibir tratamiento médico especializado.

“Lo primero que se debe hacer es evitar el pánico y saber que la enfermedad se puede manejar en casa”.


—Etapas de la infección—

Para interpretar los síntomas, es muy importante conocer las etapas de la enfermedad. En mayo pasado, investigadores de la Universidad de Harvard publicaron en “” una descripción de las tres etapas de la enfermedad, aclarando que no todos los pacientes transitan obligatoriamente por las tres etapas. El 80% se queda en la primera etapa, el 15% pasa a la segunda y solo el 5% llega a la tercera.

La primera etapa –de infección temprana– ocurre inmediatamente tras la infección y dura de 7 a 10 días. Esa es la etapa en la que el virus se multiplica sin resistencia en las vías respiratorias de la persona infectada. Puede ocasionar síntomas leves y no específicos, tales como fiebre, tos seca, malestar general y cansancio.

La segunda, llamada fase pulmonar, tiene dos momentos: aquel que cursa con saturación normal de oxígeno en la sangre y que puede ser manejada en la casa, y aquella que presenta hipoxia o niveles bajos de saturación de oxígeno en la sangre. Ahí se necesita oxígeno y hospitalización. En esta fase es fundamental saber que el oxímetro de pulso es muy importante para monitorear la saturación de oxígeno en la sangre y saber en que momento la enfermedad se está complicando.

La tercera fase, que ocurre en menos del 5% de los casos, es muy grave y se llama de hiperinflamación sistémica o de inflamación exagerada del organismo. Esta necesita oxígeno, corticosteroides, anticoagulantes y tratamiento especializado en el hospital. Es en este grupo que ocurren los fallecimientos.

—Cómo proceder en casa—

Es muy importante saber que toda persona infectada en casa debe estar aislada por un mínimo de 14 días, con uso permanente de una mascarilla y aplicarse estrictas medidas de higiene en el baño. Es fundamental que un médico esté constantemente al tanto de lo que está sucediendo con el paciente.

Una guía muy simple y fácil de seguir es la del , la cual divide al en cuatro grupos: asintomático, leve, moderado y grave.

La enfermedad asintomática, que se descubre con una prueba molecular porque hubo contacto con una persona enferma, no necesita tratamiento alguno, solo observación por telemedicina si estuviera disponible.

La enfermedad leve, que incluye al 80% de los casos, debe ser seguida por telemedicina si estuviera disponible, y solo debe recibir medicamentos sintomáticos (paracetamol o ibuprofeno) para controlar los síntomas. El uso de hidroxicloroquina, ivermectina, azitromicina, zinc, vitamina C o D, magnesio u otros medicamentos no está recomendado. La dexametasona puede agravar la infección y no debe usarse nunca. Estos pacientes superan la enfermedad espontáneamente. Para el manejo de los síntomas se pueden usar remedios tradicionales y caseros para la gripe o el resfrío.

La enfermedad moderada o pulmonar, que incluye al 15% de los casos, debe ser reconocida muy temprano. El uso de un oxímetro de pulso es esencial. Los valores normales de saturación de oxígeno, medidos con el oxímetro, van de 95 a 100 al nivel del mar. Si la saturación disminuye a 93 o 94, debe obtenerse una consulta médica inmediata y un monitoreo más estricto. Algunos pacientes son hospitalizados en este momento. Si la saturación de oxígeno va por debajo de 92, el paciente debe ser hospitalizado para recibir tratamiento especializado.

—Corolario—

Es muy importante que –usando conceptos simples– el Ministerio de Salud diseñe y ejecute una campaña educativa nacional acerca de cómo . Dicha campaña debe estar dirigida a todos los grupos de edad y ser adaptada de acuerdo a los niveles educativos de la población. El no hacerlo contribuirá a la automedicación, a la polifarmacia y al pánico de la población.


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