La pandemia está causando que las personas experimenten temor, ansiedad, angustia y depresión. Si estos síntomas no son tratados adecuadamente pueden desencadenar problemas de salud mental.  (Foto: iStock)
La pandemia está causando que las personas experimenten temor, ansiedad, angustia y depresión. Si estos síntomas no son tratados adecuadamente pueden desencadenar problemas de salud mental. (Foto: iStock)
Diego Suárez Bosleman

La semana pasada, la Organización Panamericana de la Salud (OPS) dejó un mensaje muy claro: la pandemia por el está causando una crisis de salud mental inédita en el continente americano. Esto no solo abarca la aparición de nuevos casos de depresión continua –asociados al miedo y el estrés–, sino también al empeoramiento de condiciones ya existentes, como la esquizofrenia, tendencias suicidas o adicciones. En el Perú, los especialistas ya están observando un incremento de los indicadores de riesgo en cuanto a problemas de salud mental.

—Peligro inminente—

“Es muy evidente el aumento de personas con sintomatología de trastornos mentales, sobre todo de malestares ansiosos: expresiones de angustia, palpitaciones, dolor en el pecho o crisis de pánico”, dijo a El Comercio Vanessa Herrera, médica psiquiatra del Centro de Investigación en Salud Mental de la Universidad Peruana Cayetano Heredia (UPCH).

Esto se ve reflejado en los resultados iniciales de una encuesta nacional –realizada por el Ministerio de Salud (Minsa) y la OPS– en la que participaron 58.349 personas. Se observó que el 28,5% de los voluntarios indicó haber experimentado sintomatología depresiva. De este grupo, el 41% presentó indicadores de depresión que iba de moderada a severa, y el 12,8% mostró ideas suicidas.

Para Rolando Pomalima, médico psiquiatra, “la pandemia del COVID-19 va a incrementar los casos de salud mental”. Él divide en dos grupos principales a los afectados. El primero está formado por personas que nunca presentaron problemas de salud mental pero que ahora experimentan de forma continua temor, ansiedad, angustia y depresión. El segundo se refiere a pacientes con enfermedades mentales que han experimentado un empeoramiento de su condición.

Asimismo, se debe considerar que los médicos y otros proveedores de atención médica también están expuestos a este tipo de problemas. Según estudios internacionales, este tipo de personal tiene mayor riesgo de tener estrés postraumático, depresión, ansiedad, ataques de pánico y problemas serios de insomnio.

Antes de la pandemia, los servicios de salud mental en el país se habían incrementado en poca proporción, pues la inversión en este sector siempre ha sido mínima. Pero ahora, con un número de casos en alza, es necesario fortalecerlo.

“Este año se iban a inaugurar diversas unidades de salud mental y adicciones en hospitales generales. Se inyectó presupuesto adicional para abrir nuevos espacios de unidad hospitalaria en salud mental. Lamentablemente, llegó la pandemia y se ha rebasado el uso de las camas. Espacios de hospitalización de salud mental se han visto reducidos a la mínima expresión en esta primera fase de la crisis por el COVID-19”, recalca Herrera.

Añade: “Este es el momento de respetar y mejorar los servicios de salud mental porque sabemos que habrá más emergencias psiquiátricas y, por ende, necesitamos la infraestructura necesaria: camas en hospitales generales, hospitales que atiendan de día y servicios diferenciados”.

—Puntos claves para mantener el bienestar emocional—

1. El consumo de psicofármacos debe ser solo con receta médica. La mayoría de los malestares emocionales pueden resolverse, incluso los trastornos de sueño, con autocuidado, sin necesidad de pastillas (que suelen generar dependencia).

2. La pandemia puede promover conductas adictivas. En todo el mundo se reporta, sobre todo en jóvenes adultos –incluso en adolescentes–, un mayor consumo de tabaco y alcohol. Este problema pone en riesgo la salud física y mental.

3. Tenga en cuenta medidas básicas de autocuidado. Priorizar la salud mental implica hablar de las emociones, tener una adecuada higiene de sueño, mantener una comunicación afectiva con los seres queridos y un tiempo de meditación.

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¿Cuáles son los síntomas del nuevo coronavirus?

Entre los síntomas más comunes del COVID-19 están: fiebre, cansancio y tos seca, aunque en algunos pacientes se ha detectado dolor corporal, congestión nasal, rinorrea, dolor de garganta y diarrea. Estos malestares pueden ser leves o presentarse de forma gradual; sin embargo, existen casos en los que la gente se infecta, pero no desarrolla ningún síntoma, precisó la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Además, la entidad dio a conocer que el 80 % de personas que adquieren la enfermedad se recupera sin llevar un tratamiento especial, 1 de cada 6 casos desarrolla una enfermedad grave y tiene dificultad para respirar, la gente mayor y quienes padecen afecciones médicas subyacentes (hipertensión arterial, problemas cardiacos o diabetes) tienen más probabilidades de desarrollar una enfermedad grave y que solo el 2 % de los que contrajeron el virus murieron.

¿Quiénes son las personas que corren más riesgo por el coronavirus?

Debido a que el COVID-19 es un nuevo coronavirus, de acuerdo con los reportes que se tienen a nivel mundial, las personas mayores y quienes padecen afecciones médicas preexistentes como hipertensión arterial, enfermedades cardiacas o diabetes son las que desarrollan casos graves de la enfermedad con más frecuencia que otras.

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