A health worker performs a physiotherapy treatment on a COVID-19-infected patient at the intensive care unit of Anhembi emergency makeshift hospital in Sao Paulo, Brazil, on July 1, 2020. - The Red Cross decried Wednesday the politicisation of the pandemic in many countries, warning that the "divisive" response by leaders in places like Brazil and the United States was taking a heavy toll. The South-American country counts nearly 60,000 deaths from more than 1.4 million cases. (Photo by Miguel SCHINCARIOL / AFP)
A health worker performs a physiotherapy treatment on a COVID-19-infected patient at the intensive care unit of Anhembi emergency makeshift hospital in Sao Paulo, Brazil, on July 1, 2020. - The Red Cross decried Wednesday the politicisation of the pandemic in many countries, warning that the "divisive" response by leaders in places like Brazil and the United States was taking a heavy toll. The South-American country counts nearly 60,000 deaths from more than 1.4 million cases. (Photo by Miguel SCHINCARIOL / AFP)
/ MIGUEL SCHINCARIOL
Agencia EFE

La cantidad de anticuerpos que generan quienes han pasado el aumenta cuando se sufren otras patologías, como problemas respiratorios, digestivos o cardíacos, según un estudio de la Universidad de Medicina de Graz, en Austria, publicado hoy.

La investigación analizó los valores de anticuerpos de 326 personas que entre febrero de 2020 y enero de 2021 dieron positivo por COVID-19, pero no necesitaron ser hospitalizadas.

Aparte de señalar que el nivel de anticuerpos se mantiene estable hasta ocho meses, el estudio muestra que quienes tenían patologías previas desarrollaron un mayor nivel de protección, señaló la Universidad de Medicina de Graz en un comunicado.

“Las personas con enfermedades del sistema cardiovascular, el tracto respiratorio, el tracto gastrointestinal, la glándula tiroidea, el sistema nervioso o con presión arterial alta tienen un nivel de anticuerpos más alto” que quienes no tienen una enfermedad preexistente, señala Chiari Banfi, una de las autoras del estudio.

Además, aquellos positivos que mostraron al menos un síntoma importante del COVID-19, como fiebre, tos, dificultad para respirar, pérdida del gusto o del olfato, desarrollaron un nivel de anticuerpos más alto que quienes pasaron la enfermedad de forma asintomática.

El trabajo señala que dos tercios de los participantes seguían mostrando síntomas hasta 38 días después de la infección, principalmente cansancio (41 %), alteración del sentido del gusto (23,6 %), dolor de cabeza (23,3 %) y pérdida del olfato (19,9%).

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