“No podemos criar a un perro como si fuera un niño”
“No podemos criar a un perro como si fuera un niño”
Renzo Giner Vásquez

Un estudio de Ipsos Perú reveló en el 2014 que el 58% de hogares limeños tenía una mascota. Y la mayoría apostaba por un perro. Pero, ¿qué sucede cuando esta deja de obedecer a sus dueños? José Luis Díaz es experto en etología veterinaria. Es decir, analiza y modifica el comportamiento animal. “Nosotros preferimos no llamarlos mascotas, suena como a una maceta o a un objeto”, aclara.

— ¿Cuándo debe buscarlo alguien que tenga un animal en casa?
Lo recomendable es que quienes adquieran por primera vez a un perro sepan todo lo que tiene que ver con su crianza. Muchas veces quienes vienen se dan cuenta de que no estaban preparados para eso. Cuando tienen cachorros de 5 meses o 1 año se sorprenden por lo que hace.

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— Es decir, acuden en época de crisis… 
Así es. Lo que tratamos es que el cachorro que venga sea evaluado y determinar qué problemas presenta. Con base en eso les recomendamos iniciar la terapia.

— ¿Qué problemas suelen presentar?
Son muy bulliciosos, orinan por toda la casa, pelean con otros perros o incluso han mordido a alguien de la familia. El promedio de personas adquiere el perro porque lo vieron en un comercial o en una película e incluso le ponen el mismo nombre.

— ¿Y eso es malo?
Hay una raza determinada para cada temperamento, tipo de familia y ritmo de vida.

— ¿Por ejemplo?
Hay casos en los que deportistas tienen un bulldog inglés, que sufre de hipertensión cardiaca, y quieren hacerlo trotar. También hay de los otros, familias muy hogareñas, que no salen y tienen un labrador. Por otro lado, hay razas que exigen saber más sobre su crianza.

— ¿Como cuáles?
Todo perro con cabeza grande y que pesen de 35 kilos para arriba, como un pitbull o un bull terrier. Todo el que quiera criar a uno de esos perros debería haber criado perros antes, no puede ser un novato.

— ¿Qué es lo peor que uno puede hacer cuando adquiere un perro? 
Pensar que es un niño y comenzarlo a criar como tal. O pensar que está necesitado y tenemos que darle todo nuestro cariño y protección. Definitivamente necesita cariño y protección para formarse pero debe ser consciente, no podemos criar a un perro como si fuera un niño pequeño.

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— ¿Qué consecuencias traería eso?
Conductas antisociales. Justamente lo que tratamos de hacer es enseñarle cómo criar a ese pequeño can para que se adapte a la sociedad. Los perros que hacen bulla o no se adaptan son luego los que protagonizan las típicas noticias del pitbull que mordió o el rottweiler que atacó a una persona. Todas esas situaciones, te lo aseguro, son culpa del ser humano.

— ¿Las mascotas pueden presentar conductas similares a las humanas?
Sí. El perro termina siendo el reflejo del propietario. Si el propietario es ansioso, veremos a un perro ansioso; con una persona impulsiva, pasará lo mismo.

— ¿Y trastornos, como la bipolaridad, por ejemplo?
Hay perros que en su casa se comportan de una forma y acá de otra forma. Pero eso no tiene que ver con una bipolaridad porque implicaría que en uno de los casos el perro actúe a conciencia.

— Hace unos días un perro que nunca había mordido  mordió a dos personas. ¿Por qué se da un caso así?
Eso tiene que ver con errores en la comunicación entre humano y can. Bastaría con ver en qué momento se dio la acción o en qué situación para decirte por qué sucedió.

— ¿Cómo es una sesión?
Tras la consulta, que determina si hay algún problema, pasamos a descifrar cuál es ese problema. Luego, desarrollamos una historia clínica del perro y de la familia. Ponemos un marco de cómo se le debe criar y luego, de acuerdo con sus necesidades y tiempos, proponemos una serie de consultas.

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— ¿Hasta qué punto depende de usted el cambio del perro?
El propietario debe entender que esto no es un adiestramiento, sino una asesoría para ver cómo la familia modificará la conducta del perro. Y aclaro que no tengo nada en contra del adiestramiento, solo que son diferentes etapas. En nuestras terapias, si no vemos intenciones de cambiar en la familia, la crianza no tendrá mucho éxito. Las terapias dependen en un 60% de lo que pueda hacer el propietario porque el can no es un objeto programable. Acá no se trata de magia o de un aura especial como muchas veces les hacen creer a los propietarios, se tiene que saber a qué responde el perro.

— ¿Qué es más fácil, trabajar con las personas o con los perros?
Me gusta más trabajar con los perros [risas]. Su conducta se puede modificar si sabes qué cosa lo afecta.

— ¿Existe algún caso irreversible?
Definitivamente. Siempre que vamos a hacer una consulta debemos evaluar si hay niños, ancianos o algún discapacitado, determinamos que ese perro no puede ser tratado en su casa. Podemos ser especialistas en salud animal, pero también vemos salud pública.

— ¿El ritmo de vida actual ha influido en el comportamiento de los perros?
Así como vemos que los humanos están cada vez más estresados, lo mismo pasa con los perros. Años atrás veíamos que se criaban perros grandes pero nunca los veías en la sala, la habitación o incluso en la cama. Pero conforme la sociedad se va tugurizando vemos que hay más gente que vive con el perro dentro de casa. Y eso hace que el estrés aumente significativamente, en ese momento se debe saber manejar la situación. 

— Hoteles, líneas de ropa o spa exclusivos para animales. ¿Qué opina de esa tendencia?
Hay cosas bien implementadas, otras son una moda, afán de negocio o una exageración. El hotel sirve para personas que deben viajar mucho, si es bien manejado bienvenido. En el caso de la moda para animales... Respeto a los que les gusta pero la rusticidad de la crianza es muy importante. El perro no necesita ropa porque la lleva encima, si se engaña a ese mecanismo hacemos que el perro produzca menos pelo del que necesita.

José Luis posa junto al pastor alemán bicolor Lono y al west highland white terrier Bongo. (Percy Ramírez / El Comercio)

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