No existe un tratamiento que cure la enfermedad de Alzheimer. (Foto: Pixabay)
No existe un tratamiento que cure la enfermedad de Alzheimer. (Foto: Pixabay)
Redacción EC

La enfermedad de es un trastorno progresivo que hace que las células del cerebro se consuman (degeneren) y mueran. Es la causa más común de demencia, una disminución continua de las habilidades de pensamiento, comportamiento y sociales que altera la capacidad de una persona para funcionar de manera independiente.

Los primeros signos de la enfermedad pueden aparecer cuando se olvidan eventos recientes o conversaciones. A medida que la enfermedad avanza, una persona con la enfermedad de Alzheimer desarrollará un deterioro grave de la memoria y perderá la capacidad de realizar tareas cotidianas.

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Los medicamentos actuales para la enfermedad de Alzheimer pueden mejorar temporalmente los síntomas o retardar la tasa de disminución de las capacidades. En ocasiones, estos tratamientos pueden ayudar a las personas con la enfermedad a maximizar la función y mantener la independencia por un tiempo. Los diferentes programas y servicios pueden ayudar a las personas con la enfermedad de Alzheimer y a las personas responsables de su cuidado.

No existe un tratamiento que cure el Alzheimer o que altere el proceso de la enfermedad en el cerebro. En las etapas avanzadas de la enfermedad, las complicaciones de la pérdida grave de la función cerebral, como la deshidratación, la desnutrición o la infección, causan la muerte.

Síntomas

La pérdida de la memoria es el síntoma clave de la enfermedad de Alzheimer. Uno de los signos precoces de la enfermedad suele ser la dificultad para recordar eventos o conversaciones recientes. A medida que la enfermedad avanza, las alteraciones de la memoria empeoran y se manifiestan otros síntomas.

Al principio, es posible que el paciente con Alzheimer esté consciente de la dificultad para recordar las cosas y organizar los pensamientos. Es más probable que un familiar o un amigo noten el empeoramiento de los síntomas.

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Los cambios cerebrales ligados con la enfermedad de Alzheimer provocan dificultades en aumento relacionados con lo siguiente:

Memoria

Todo el mundo tiene lapsos de memoria ocasionales. Es normal olvidarte dónde pusiste las llaves o el nombre de un conocido. Sin embargo, la pérdida de memoria asociada con la enfermedad de Alzheimer persiste y empeora, lo cual afecta la capacidad de funcionar en el trabajo o en el hogar.

Las personas con Alzheimer pueden hacer lo siguiente:

  • Repetir expresiones y preguntas una y otra vez.
  • Olvidarse de conversaciones, turnos o eventos, y no recordarlos más tarde.
  • Perder habitualmente las posesiones, a menudo cuando las ponen en lugares ilógicos.
  • Perderse en lugares conocidos.
  • Eventualmente olvidar los nombres de los miembros de la familia y los objetos cotidianos.
  • Tener problemas para encontrar las palabras adecuadas para identificar objetos, expresar pensamientos o participar en conversaciones.
La actividad física puede ayudar a retrasar el inicio del Alzheimer. (Foto: Pixabay)
La actividad física puede ayudar a retrasar el inicio del Alzheimer. (Foto: Pixabay)

El pensamiento y el razonamiento

La enfermedad de Alzheimer dificulta la concentración y el pensamiento, en especial con conceptos abstractos tales como los números.

La realización de varias tareas es particularmente difícil, y es posible que se complique el manejo de las finanzas, el balance de las chequeras y el pago a tiempo de las cuentas. Estas dificultades pueden evolucionar y convertirse en una incapacidad para reconocer y lidiar con los números.

Hacer valoraciones y tomar decisiones

Disminuirá la capacidad para llegar a decisiones y opiniones razonables en situaciones cotidianas. Por ejemplo, la persona puede tomar malas decisiones o tener actitudes impropias en interacciones sociales, o usar ropa inadecuada para el clima. Puede ser más difícil responder de forma efectiva a las dificultades cotidianas, tales como cuando se quema la comida u ocurre algo inesperado al conducir.

Planificar y realizar actividades familiares

Con el avance de la enfermedad, las actividades que, en algún momento, fueron parte de la rutina y que requerían el seguimiento de pasos secuenciales, como planear y elaborar una comida o jugar un juego favorito, se transforman en una dificultad. Con el tiempo, las personas con la enfermedad de Alzheimer avanzada pueden olvidarse de cómo realizar tareas básicas, como vestirse y bañarse.

Cambios en la personalidad y en la conducta

Los cambios cerebrales que se producen en la enfermedad de Alzheimer pueden afectar el estado de ánimo y el comportamiento. Los problemas pueden incluir los siguientes:

  • Depresión
  • Apatía
  • Aislamiento social
  • Cambios de humor
  • Desconfianza en los demás
  • Irritabilidad y agresividad
  • Cambios en los patrones de sueño
  • Desorientación
  • Pérdida de la inhibición
  • Delirios, como creer que te robaron

Habilidades preservadas

Muchas habilidades importantes se preservan por largos períodos incluso mientras los síntomas empeoran. Las habilidades preservadas pueden incluir leer o escuchar libros, contar historias y recordar, cantar, escuchar música, bailar, dibujar o hacer manualidades.

Estas habilidades pueden preservarse por más tiempo porque las controla una parte del cerebro que se afecta más adelante en el curso de la enfermedad.

Causas

Los científicos creen que, en la mayoría de las personas, la enfermedad de Alzheimer se origina a partir de una combinación de factores genéticos, ambientales y del estilo de vida que afectan el cerebro a lo largo del tiempo.

Menos del 1 por ciento de las veces, la enfermedad de Alzheimer es producto de cambios genéticos específicos que virtualmente garantizan que la persona desarrollará la enfermedad. Estos casos poco frecuentes suelen dar lugar a la aparición de la enfermedad en la mediana edad.

Las causas exactas de la enfermedad de Alzheimer no se entienden por completo, pero en su esencia son problemas con las proteínas cerebrales que no funcionan normalmente, interrumpen el trabajo de las células cerebrales (neuronas) y desencadenan una serie de eventos tóxicos. Las neuronas están dañadas, pierden conexiones entre sí y, con el tiempo, mueren.

El factor genético es importante para diagnosticar el Alzheimer. (Foto: Pixabay)
El factor genético es importante para diagnosticar el Alzheimer. (Foto: Pixabay)

El daño comienza con mayor frecuencia en la región del cerebro que controla la memoria, pero el proceso comienza años antes de que aparezcan los primeros síntomas. La pérdida de neuronas se disemina en un patrón algo predecible a otras regiones del cerebro. En la última etapa de la enfermedad, el cerebro se ha reducido significativamente.

Los investigadores se centran en la incidencia de dos proteínas:

  1. Placas. La beta-amiloide es un fragmento residual de una proteína más grande. Cuando estos fragmentos se agrupan, parecen tener un efecto tóxico en las neuronas y alterar la comunicación entre las células. Estos grupos forman depósitos más grandes denominados placas amiloides, las cuales también incluyen otros desechos celulares.
  2. Ovillos. Las proteínas tau tienen incidencia en el soporte interno y el sistema de transporte de una neurona para llevar nutrientes y otros materiales esenciales. En la enfermedad de Alzheimer, las proteínas tau cambian de forma y se organizan en estructuras denominadas ovillos neurofibrilares. Los ovillos interrumpen el sistema de transporte y son tóxicos para las células.

Factores de riesgo

Edad

El avance de la edad es el mayor factor de riesgo conocido para la enfermedad de Alzheimer. La enfermedad de Alzheimer no es parte del envejecimiento normal, pero a medida que se envejece, aumenta la probabilidad de desarrollar la enfermedad de Alzheimer.

Un estudio, por ejemplo, descubrió que anualmente había 2 diagnósticos nuevos por cada 1,000 personas de 65 a 74 años, 11 diagnósticos nuevos por cada 1,000 personas de 75 a 84 años y 37 diagnósticos nuevos por cada 1,000 personas de 85 años o más.

Antecedentes familiares y genética

El riesgo de tener Alzheimer es un poco más alto si un familiar de primer grado (tus padres o hermanos) tienen la enfermedad. La mayoría de los mecanismos genéticos del Alzheimer en las familias carecen en gran medida de explicación, y los factores genéticos probablemente sean complejos.

Un factor genético que se entiende mejor es una forma del gen de apolipoproteína E. Una variación del gen, APOE e4, aumenta el riesgo de padecer la enfermedad de Alzheimer, pero no todas las personas con esta variación desarrollan la enfermedad.

Los científicos han identificado cambios extraños (mutaciones) en tres genes, lo que prácticamente garantiza que la persona que herede uno de estos genes desarrollará la enfermedad. Pero estas mutaciones genéticas representan menos del 1 % de las personas con la enfermedad de Alzheimer.

Síndrome de Down

Muchas personas con síndrome de Down desarrollan la enfermedad de Alzheimer. Esto probablemente está relacionado con tener tres copias del cromosoma 21 y posteriormente tres copias del gen para la proteína que conduce a la creación de beta-amiloide. Los signos y los síntomas de la enfermedad de Alzheimer suelen aparecer entre 10 y 20 años antes en las personas con síndrome de Down que en las personas de la población general.

Sexo

Parece haber poca diferencia en el riesgo entre hombres y mujeres, pero, en general, hay más mujeres que padecen la enfermedad ya que suelen vivir más que los hombres.

Deterioro cognitivo leve

El deterioro cognitivo leve (DCL) es una disminución de la memoria u otras habilidades de pensamiento que es superior a lo que se esperaría a cierta edad de una persona, sin embargo, esa disminución no impide que la persona pueda funcionar en entornos laborales o sociales.

Las personas que padecen DCL corren un grave riesgo de desarrollar demencia. Cuando el déficit primario de DCL es la memoria, es más probable que la enfermedad progrese a la demencia debido a la enfermedad de Alzheimer. Un diagnóstico de DCL le permite a la persona enfocarse en cambios de estilo de vida saludable, desarrollar estrategias para compensar la pérdida de la memoria y programar consultas regulares con el médico para controlar los síntomas.

Traumatismo craneal en el pasado

Las personas que hayan sufrido un trauma grave tienen mayor riesgo de padecer la enfermedad de Alzheimer.

Patrones de sueño deficientes

Según investigaciones, los patrones de sueño deficientes, como dificultad para conciliar el sueño o mantenerlo, se asocian a un mayor riesgo de padecer la enfermedad de Alzheimer.

Estilo de vida y salud del corazón

Las investigaciones demostraron que los mismos factores de riesgo asociados con la enfermedad cardíaca también pueden aumentar el riesgo de la enfermedad de Alzheimer. Algunos de ellos son los siguientes:

  • Falta de ejercicio
  • Obesidad
  • Fumar o ser fumador pasivo
  • Presión arterial alta
  • Colesterol alto
  • Diabetes tipo 2 mal controlada

Todos estos factores pueden modificarse. Por lo tanto, cambiar los hábitos de vida puede, hasta cierto punto, modificar tu riesgo. Por ejemplo, hacer ejercicio regularmente y tener una dieta saludable, baja en grasas y rica en frutas y verduras se asocian con un menor riesgo de desarrollar la enfermedad de Alzheimer.

Educación permanente y participación en actividades sociales

De acuerdo con los estudios realizados, existe una asociación entre la participación permanente en actividades de estímulo mental y social y un menor riesgo de padecer la enfermedad de Alzheimer. Los niveles educativos bajos, inferiores a la formación secundaria, parecen ser un factor de riesgo de la enfermedad de Alzheimer.

Complicaciones

La pérdida de la memoria y del lenguaje, el deterioro del juicio y otros cambios cognitivos causados por la enfermedad de Alzheimer pueden complicar el tratamiento de otras enfermedades. Una persona con la enfermedad de Alzheimer, posiblemente, no pueda hacer lo siguiente:

  • Expresar que siente dolor, como el producido por un problema dental
  • Informar síntomas de otra enfermedad
  • Seguir un plan de tratamiento indicado
  • Darse cuenta de efectos secundarios de los medicamentos o describirlos

A medida que la enfermedad de Alzheimer avanza hacia las últimas etapas, los cambios en el cerebro comienzan a afectar las funciones físicas, como tragar, mantener el equilibrio y el control del intestino y de la vejiga. Estos efectos pueden aumentar la vulnerabilidad frente a otros problemas de salud, como los siguientes:

  • Inhalación de alimentos o líquidos hacia los pulmones (aspiración)
  • Neumonía y otras infecciones
  • Caídas
  • Fracturas
  • Úlceras de decúbito
  • Desnutrición y deshidratación

Prevención

La enfermedad de Alzheimer no es un trastorno que se pueda prevenir. Sin embargo, pueden modificarse varios factores de riesgo en el estilo de vida para el Alzheimer. La evidencia indica que los cambios en la dieta, el ejercicio y los hábitos para reducir el riesgo de enfermedad cardiovascular también pueden disminuir el riesgo de padecer la enfermedad de Alzheimer y otros trastornos que causan demencia. Las opciones de estilo de vida saludables para el corazón que pueden reducir el riesgo de Alzheimer incluyen las siguientes:

  • Realizar ejercicios físicos periódicamente
  • Consumir una dieta rica en productos frescos, aceites saludables y alimentos bajos en grasa saturada
  • Seguir guías de tratamiento para controlar la presión arterial alta, la diabetes y el colesterol alto
  • Si fumas, pídele a tu médico que te ayude a dejar de fumar
Mantenerse activo puede ayudar. (Foto: Pixabay)
Mantenerse activo puede ayudar. (Foto: Pixabay)

Los estudios han demostrado que las habilidades de pensamiento preservadas más adelante en la vida y un menor riesgo de enfermedad de Alzheimer se asocian con participar en eventos sociales, leer, bailar, jugar juegos de mesa, crear arte, tocar un instrumento y otras actividades que requieren un compromiso mental y social.

Cuándo debes consultar con un médico

Algunos trastornos, incluidos los trastornos tratables, pueden causar la pérdida de la memoria u otros síntomas de demencia. Si estás preocupado por tu memoria u otras habilidades de razonamiento, habla con el médico para que te realice una evaluación integral y un diagnóstico.

Si estás preocupado por las habilidades de razonamiento que observas en un familiar o amigo, habla acerca de tus preocupaciones y pídele que vayan juntos a una consulta con el médico.

Diagnóstico

Una parte fundamental de la evaluación diagnóstica son los síntomas que manifiesta la propia persona, así como la información que un familiar cercano o un amigo puede brindar sobre los síntomas y los efectos que estos tienen sobre su vida cotidiana. Además, el diagnóstico de la enfermedad de Alzheimer se basa en las pruebas que realiza el médico vinculadas a la evaluación de la memoria y las capacidades cognitivas.

Las pruebas de laboratorio y de diagnóstico por imágenes pueden descartar otras causas posibles o contribuir a que el médico describa mejor las características de la enfermedad que causa los síntomas de demencia.

El conjunto completo de herramientas de diagnóstico se encuentra diseñado para detectar la demencia y determinar con gran precisión si la causa se debe a la enfermedad de Alzheimer o a otra enfermedad. La enfermedad de Alzheimer se puede diagnosticar con total certeza luego de la muerte, momento en que el examen con microscopio del cerebro revela las placas y los ovillos característicos.

Pruebas

Un examen físico de diagnóstico suele incluir los siguientes análisis:

Exploración física y neurológica

El médico realizará un examen físico y probablemente evaluará la salud neurológica general al realizar las siguientes pruebas:

  • Reflejos
  • El tono y la fuerza muscular
  • Tu capacidad para levantarte de una silla y caminar por la habitación
  • Sentido de la vista y el oído
  • Coordinación
  • Equilibrio

Análisis de laboratorio

Los análisis de sangre pueden ayudar al médico a descartar otras causas posibles de la pérdida de la memoria y la confusión, como una enfermedad tiroidea o deficiencias de vitamina.

Análisis neuropsicológicos y del estado mental

El médico puede realizar una prueba breve del estado mental o un conjunto más extenso de pruebas para evaluar la memoria y otras capacidades intelectuales. Las pruebas neuropsicológicas más extensas pueden proporcionar detalles adicionales sobre la función mental en comparación con personas de edades y niveles de educación similares. Estas pruebas también son importantes para establecer un punto de partida para rastrear la progresión de los síntomas en el futuro.

Diagnóstico por imágenes del cerebro

Las imágenes del cerebro se emplean fundamentalmente para identificar anomalías visibles vinculadas con enfermedades distintas del Alzheimer, como accidentes cerebrovasculares, traumatismos o tumores, que puedan provocar cambios cognitivos. Los nuevos recursos en materia de diagnóstico por imágenes, que en la actualidad se utilizan mayormente en los centros médicos principales o en los ensayos clínicos, permiten a los médicos detectar cambios cerebrales específicos provocados por el Alzheimer.

Las pruebas de diagnóstico por imágenes para el cerebro incluyen las siguientes:

  1. Imágenes por resonancia magnética (IRM). Una resonancia magnética emplea ondas de radio y un campo magnético poderoso para producir imágenes detalladas del cerebro. Las exploraciones por resonancia magnética se usan en primer lugar para descartar otras enfermedades. Si bien pueden usarse para mostrar una disminución del tamaño del cerebro, esta información, en realidad, no representa un valor significativo para el diagnóstico.
  2. Tomografía computarizada (TC). Una exploración por TC, una tecnología de rayos X especializada, produce imágenes transversales (cortes) del cerebro. En la actualidad se utiliza fundamentalmente para descartar tumores, accidentes cerebrovasculares y lesiones en la cabeza.

El diagnóstico por imágenes de los procesos de la enfermedad se puede realizar mediante una tomografía por emisión de positrones (TEP). Durante una exploración mediante TEP, te inyectarán un trazador radiactivo de bajo nivel en la sangre para revelar una característica particular en el cerebro. El diagnóstico por imágenes mediante TEP incluye lo siguiente:

  1. La exploración mediante TEP con fluorodeoxiglucosa (FDG) muestra las zonas del cerebro donde los nutrientes se metabolizan de manera inadecuada. La identificación de los patrones de deterioro, como las zonas de bajo metabolismo, puede ayudar a diferenciar la enfermedad de Alzheimer de otros tipos de demencia.
  2. El diagnóstico por imágenes mediante TEP para la detección de amiloide puede medir la carga de los depósitos de amiloides en el cerebro. Este tipo de diagnóstico por imágenes se usa principalmente en investigaciones, pero se puede emplear cuando una persona manifiesta un comienzo inusual o muy temprano de los síntomas de demencia.
  3. El diagnóstico por imágenes mediante TEP para la detección de tau mide la carga de ovillos neurofibrilares en el cerebro y solamente se utiliza en investigaciones.

En circunstancias especiales, como una demencia que avanza rápidamente o que se manifiesta de manera temprana, se pueden utilizar otras pruebas para medir la beta amiloide o tau anormal en el líquido cefalorraquídeo.

Pruebas de diagnóstico futuras

Los investigadores están trabajando sobre pruebas que pueden medir la evidencia biológica de los procesos de la enfermedad en el cerebro. Estas pruebas pueden mejorar la precisión de los diagnósticos y favorecer un diagnóstico temprano anterior a la aparición de los síntomas.

No se suele recomendar un análisis genético para una evaluación de rutina de la enfermedad de Alzheimer. Se da una excepción en aquellas personas que tienen una historia clínica familiar de aparición temprana de la enfermedad de Alzheimer. Se recomienda hablar con un asesor genético sobre los riesgos y beneficios del análisis genético antes de realizar alguna prueba.

Tratamiento

Medicamentos

Los medicamentos actuales para la enfermedad de Alzheimer pueden ayudar por un tiempo con los síntomas de la memoria y otros cambios cognitivos. Actualmente, se utilizan dos tipos de medicamentos para tratar los síntomas cognitivos:

· Inhibidores de la colinesterasa. Estos medicamentos funcionan al aumentar los niveles de comunicación celular que preservan un mensajero químico que se agota en el cerebro como consecuencia de la enfermedad de Alzheimer. La mejora es moderada.

Los inhibidores de la colinesterasa también pueden mejorar los síntomas neuropsiquiátricos, como la agitación o la depresión. Los inhibidores de la colinesterasa que se recetan comúnmente incluyen donepezil (Aricept), galantamina (Razadyne) y rivastigmina (Exelon).

Los principales efectos secundarios de estos medicamentos incluyen diarrea, náuseas, pérdida de apetito y trastornos del sueño. En las personas con trastornos de la conducción cardíaca, los efectos secundarios graves pueden incluir la arritmia cardíaca.

· Memantina (Namenda). Este medicamento funciona en otra red de comunicación de células cerebrales y retrasa la progresión de los síntomas de la enfermedad de Alzheimer de moderada a grave. Ocasionalmente, se lo utiliza en combinación con un inhibidor de la colinesterasa. Los efectos secundarios relativamente poco frecuentes incluyen mareos y confusión.

En ocasiones, se pueden recetar otros medicamentos, como antidepresivos, para ayudar a controlar los síntomas de comportamiento asociados con la enfermedad de Alzheimer.

Creación de un entorno de seguridad y contención

Adaptar la situación de vida a las necesidades de una persona con enfermedad de Alzheimer es una parte importante de cualquier plan de tratamiento. Para alguien que padece Alzheimer, establecer y fortalecer los hábitos de rutina y minimizar las tareas que demandan memoria puede hacer la vida mucho más fácil.

Puede dar estos pasos para respaldar la sensación de bienestar y la capacidad continua de funcionamiento de una persona:

· Mantener las llaves, billeteras, teléfonos móviles y otros objetos de valor siempre en el mismo lugar de la casa para que no se pierdan.

· Mantener los medicamentos en un lugar seguro. Utilizar una lista de verificación diaria para realizar un seguimiento de las dosis.

· Hacer arreglos para que las cuentas estén en pago automático y depósito automático.

· Llevar un teléfono móvil con capacidad de ubicación para que cualquier persona responsable del cuidado pueda rastrear la ubicación. Programar números de teléfono importantes en el teléfono.

· Asegurarse de que los turnos regulares sean el mismo día a la misma hora, tanto como sea posible.

· Utilizar un calendario o pizarra en el hogar para hacer un seguimiento de los programas diarios. Desarrollar el hábito de tachar las tareas completadas.

· Quitar los muebles excedentes, eliminar el desorden y tirar las alfombras.

· Instalar pasamanos resistentes en las escaleras y en los baños.

· Asegurarse de que los zapatos y las zapatillas sean cómodos y proporcionen una buena tracción.

· Reducir el número de espejos. A las personas con Alzheimer las imágenes en los espejos les pueden parecer confusas o aterradoras.

· Asegurarse de que la persona con Alzheimer lleve una identificación o use un brazalete de alerta médica.

· Mantener fotografías y otros objetos significativos a la vista en la casa.

Medicina alternativa

Existen numerosos suplementos a base de hierbas, vitaminas y otros suplementos que se promocionan ampliamente como preparaciones que contribuyen a la salud cognitiva o previenen o retrasan el Alzheimer. Los ensayos clínicos han arrojado resultados variados sin evidencia suficiente como para considerarlos tratamientos efectivos.

Algunos de los tratamientos que se han estudiado recientemente incluyen los siguientes:

· Ácidos grasos omega 3. Los ácidos grasos omega 3 del pescado o de los suplementos pueden disminuir el riesgo de desarrollar demencia, pero los estudios clínicos no han demostrado beneficio alguno para el tratamiento de los síntomas del Alzheimer.

· Curcumina. Esta hierba proviene de la cúrcuma y posee propiedades antiinflamatorias y antioxidantes que podrían tener un efecto en los procesos químicos del cerebro. Por el momento, los ensayos clínicos no han demostrado beneficio alguno en el tratamiento de la enfermedad de Alzheimer.

· Ginkgo. El ginkgo es un extracto vegetal que contiene numerosas propiedades medicinales. Según un estudio extenso financiado por National Institutes of Health (Institutos Nacionales de la Salud), no tiene ningún efecto en la prevención o el retraso de la enfermedad de Alzheimer.

· Vitamina E. Si bien la vitamina E no es eficaz en la prevención de la enfermedad de Alzheimer, tomar 2000 unidades internacionales por día puede ayudar a retrasar el avance de la enfermedad en personas ya enfermas. Sin embargo, los estudios arrojaron resultados diversos, y solo algunos indicaron este beneficio. Se deben realizar más investigaciones sobre la seguridad del consumo de 2000 unidades internacionales por día de vitamina E en personas con demencia antes de que se pueda recomendar de manera sistemática.

Los suplementos promocionados para la salud cognitiva pueden interactuar con los medicamentos que tomes por la enfermedad de Alzheimer u otras enfermedades. Trabaja junto con el equipo de atención médica para elaborar un plan de tratamiento seguro con todos los medicamentos recetados, de venta libre y los suplementos dietarios.

Estilo de vida y remedios caseros

Las opciones de estilo de vida saludables promueven una buena salud general y pueden desempeñar un papel en el mantenimiento de la salud cognitiva.

Ejercicio

La actividad física frecuente es una parte importante del plan de tratamiento. Realizar actividades, como una caminata diaria, puede ayudar a mejorar el estado de ánimo y mantener la salud de las articulaciones, los músculos y el corazón. La actividad física también puede fomentar el sueño tranquilo y prevenir el estreñimiento.

Las personas con enfermedad de Alzheimer que tienen problemas para caminar pueden seguir siendo capaces de utilizar una bicicleta fija o realizar ejercicios en una silla. Puedes encontrar programas de ejercicios en televisión o en DVD que están dirigidos a adultos mayores.

Nutrición

Las personas con Alzheimer pueden olvidarse de comer, perder el interés en preparar comidas o no ingerir una combinación saludable de alimentos. También pueden olvidarse de beber lo suficiente, lo que les genera deshidratación y estreñimiento.

Ofrece lo siguiente:

· Opciones saludables. Compra alimentos saludables que la persona con la enfermedad de Alzheimer quiera y pueda comer.

· Agua y otras bebidas saludables. Trata de asegurarte de que una persona con Alzheimer tome varios vasos de líquido todos los días. Evita las bebidas con cafeína, que pueden aumentar la inquietud, interferir con el sueño y provocar una necesidad frecuente de orinar.

· Licuados y batidos saludables, ricos en calorías. Puedes complementar los batidos de leche con proteínas en polvo o hacer licuados con sus ingredientes favoritos. Esto puede ser particularmente importante cuando comer se vuelve más difícil.

Participar en eventos sociales y otras actividades

Las interacciones y actividades sociales pueden respaldar las habilidades y las capacidades que se preservan. Realizar actividades importantes y agradables es importante para el bienestar general de una persona con enfermedad de Alzheimer. Estas pueden incluir lo siguiente:

· Escuchar música o bailar

· Leer o escuchar libros

· Realizar jardinería o manualidades

· Participar en eventos sociales en centros de atención a personas mayores o de la memoria

· Realizar actividades planificadas con niños

Estrategias de afrontamiento y apoyo

Las personas con la enfermedad de Alzheimer experimentan una mezcla de emociones, tales como confusión, frustración, ira, temor, incertidumbre, aflicción y depresión.

Si eres responsable del cuidado de una persona con enfermedad de Alzheimer, puedes ayudarla a enfrentar la enfermedad al escucharla, asegurarle que todavía puede disfrutar de la vida, brindarle tu apoyo y hacer todo lo posible para que no pierda la dignidad ni la autoestima.

Un ambiente tranquilo y estable en el hogar puede ayudar a reducir los problemas de conducta. Las situaciones nuevas, el ruido, los grupos grandes de personas, apurar o presionar a la persona enferma para que recuerde algo, o pedirle que haga tareas complicadas pueden causar ansiedad. Cuando la persona con la enfermedad de Alzheimer se altera, la capacidad para pensar con claridad disminuye todavía más.

Atención para la persona responsable del cuidado

El hecho de brindar atención a una persona con la enfermedad de Alzheimer puede representar una exigencia física y emocional. Son frecuentes los sentimientos de enojo, culpa, estrés, decepción, preocupación, duelo y aislamiento social.

Brindar atención a personas con Alzheimer incluso puede afectar la salud física de la persona responsable del cuidado. Una de las cosas más importantes para ti y la persona con Alzheimer es que prestes atención a tus propias necesidades y bienestar.

Si eres una persona responsable del cuidado de alguien con Alzheimer, puedes ayudarte a ti mismo de la siguiente manera:

· Aprende tanto como puedas sobre la enfermedad

· Haz preguntas a los médicos, trabajadores sociales y otras personas involucradas en la atención de tu ser querido

· Llama a amigos y familiares para pedir ayuda cuando lo necesites

· Toma un descanso todos los días

· Pasa tiempo con tus amigos

· Cuida tu salud respetando tus propias consultas médicas, comiendo de forma saludable y haciendo ejercicio

· Únete a un grupo de apoyo

· Utiliza un centro de día para adultos en tu localidad, si es posible

Muchas personas con enfermedad de Alzheimer y sus familias se ven beneficiados por el asesoramiento o los servicios de apoyo locales. Ponte en contacto con la filial local de la Asociación de Alzheimer para comunicarte con grupos de apoyo, médicos, terapeutas ocupacionales, recursos y derivaciones, agencias de atención en el hogar, centros de atención residencial, una línea telefónica de ayuda y seminarios educativos.

Preparación para la consulta

La atención médica para la pérdida de memoria u otra capacidad de pensamiento a menudo requiere de una estrategia de equipo o de colaboración. Si te preocupa tu pérdida de memoria o los síntomas relacionados, pídele a un familiar o a un amigo que te acompañe a la consulta médica. Además de servirte de apoyo, esta persona puede ayudar a responder las preguntas.

Si tu acompañas a alguien a una consulta médica, tu función puede ser la de brindar información sobre la historia clínica o contar tu punto de vista o los cambios que has observado. Este trabajo en equipo es una parte fundamental de la atención médica para las consultas iniciales y para la totalidad del plan de tratamiento.

El médico de atención primaria puede derivarte a un neurólogo, un psiquiatra, un neuropsicólogo u otro especialista para una evaluación más profunda.

Qué puedes hacer

Puedes prepararte para la consulta si anotas la mayor cantidad posible de información para compartir. Esta información puede incluir lo siguiente:

· Historia clínica, que incluya diagnósticos pasados o actuales y la historia clínica familiar

· Equipo médico, que incluya el nombre y la información de contacto de cualquier médico, profesional de salud mental o terapeuta que te atiende en la actualidad

· Medicamentos, que incluyan medicamentos con receta, de venta libre, vitaminas, medicamentos a base de hierbas u otros suplementos dietarios

· Síntomas, incluidos ejemplos específicos sobre los cambios en la memoria o las capacidades de pensamiento

Qué esperar del médico

Es probable que tu médico te haga algunas de las siguientes preguntas para comprender los cambios en la memoria u otras habilidades mentales. Si acompañas a alguien a una consulta, debes estar preparado para proporcionar tu perspectiva, según sea necesario. El médico puede preguntarte lo siguiente:

· ¿Qué tipo de dificultades de memoria o lapsus mentales tienes? ¿Cuándo los notaste por primera vez?

· ¿Estás empeorando continuamente, o a veces te sientes mejor y a veces peor?

· ¿Has dejado de realizar ciertas actividades, como administrar las finanzas o hacer las compras, porque estas actividades fueron demasiado difíciles para tu mente?

· ¿Cómo está tu humor? ¿Te sientes deprimido, con más tristeza o ansiedad de lo habitual?

· ¿Te has perdido en un camino o situación que por lo general es familiar para ti?

· ¿Alguien ha expresado una preocupación fuera de lo normal acerca de tu conducción?

· ¿Has notado cambios en la forma en que tiendes a reaccionar con la gente o las situaciones?

· ¿Tienes más energía de lo habitual, menos de lo normal o la misma de siempre?

· ¿Qué medicamentos tomas? ¿Estás tomando vitaminas o suplementos?

· ¿Bebes alcohol? ¿Cuánto?

· ¿Has notado temblores o problemas para caminar?

· ¿Tienes problemas para recordar las consultas médicas o los horarios para consumir medicamentos?

· ¿Te has hecho análisis de oído y vista de forma reciente?

· En tu familia ¿alguna vez alguien más tuvo problemas de memoria? ¿Se diagnosticó enfermedad de Alzheimer o demencia a alguien de tu familia?

· ¿Actúas tus sueños mientras duermes (golpeas, te agitas, vociferas, gritas)? ¿Roncas?

Fuente: Mayo Clinic

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